Luis Suárez acaba con su abstinencia goleadora
El Barça se aprovecha del olfato del uruguayo y de las paradas de Ter Stegen en un partido decidido en las áreas
El Barça en Butarque fue más que nunca un equipo de áreas. En esos metros cuadrados de césped el equipo de Valverde ganó al Leganés, que posiblemente fue mejor en el resto del verde. Pero es que una punta del campo estaba Ter Stegen y en la otra Luis Suárez. El alemán evitó con sus paradas tantos goles como metió el uruguayo.
El parón de las selecciones le vino bien a Luis Suárez para descansar su maltrecha rodilla. Liberado de los amistosos de Uruguay, el nueve del Barça apareció en Butarque con ganas de acabar con su mala relación con el gol y lo consiguió. A los 27 minutos el delantero culé olió un balón que botaba casi en la línea de gol tras un fallo del portero Cuéllar y lo remachó a la red con furia. Mucho tiempo, más de un mes, sin marcar era demasiado para alguien que se alimenta del gol.
"No tenía ansiedad por marcar. Trato de ayudar al equipo y lo importante es que hoy sirvió para un partido muy difícil", admitió Suárez. Valverde se mostró satisfecho por partida doble: la victoria y el final de la sequía de su nueve. "Antes me preguntabais siempre por si Luis marca o no marca, ahora ya con esto se acabó", dijo Valverde tras el partido.
La victoria culé alimenta la marcha casi impoluta del Barcelona, pero el juego no convenció. Tampoco al técnico, que reconoció que su equipo no estuvo brillante: "Lo ideal es dominar el juego, pero si eso no puede ser, tenemos gente resolutiva arriba. El juego debe concretarse en las áreas y eso hicimos". Valverde asumió que el equipo debe mejorar para el difícil calendario que se le avecina al Barça, la semana que viene van a Mestalla, a luchar contra el segundo, y sin Piqué, sancionado por la tarjeta que vio y que su entrenador "ve excesiva. Pudo ser falta a favor o en contra".
El año pasado, en la primera visita del Barça a Butarque, el extinto tridente Messi-Suárez-Neymar destrozó a un Leganés valiente en apenas 20 minutos. En esta ocasión no estaba Neymar, que tanto enervó a la parroquia local. Messi tampoco apareció hasta mediada la primera parte, muy bien controlado por la defensa pepinera. Así pues el Barça se agarró a ese gol de oportunista del uruguayo para capear una mala actuación colectiva.
"A todos nos gusta ganar y hacer muchas ocasiones y dominar", apuntó Valverde, "pero el Leganés es un equipo muy combativo y nos costaba traspasar sus líneas. La mejor manera era buscar su espalda cuando dieron un paso adelante". El entrenador culé admitió también que el 0-3 final fue un poco excesivo para los méritos de uno y otro. Preguntado sobre si su Barça está dónde quería, Valverde fue claro: "En la clasificación, sí, desde luego. Los entrenadores nunca están contentos del todo, pero los buenos resultados te ayudan a dar pasos y mejorar. Este no fue nuestro mejor partido, pero en otros dimos una gran medida".
Una de las claves para que el Barça crezca es Luis Suárez. En Butarque el equipo recuperó sus goles, aunque al uruguayo le costaba llegar a los balones que en profundidad le ponían Messi o Alcácer. Mientras el charrúa afina su físico, va tirando de olfato. Estuvo en los dos rechaces que decidieron el encuentro. En el segundo aprovechó un balón que era un caramelo, solo en el punto de penalti y con el portero desplazado.
Suárez no paró de buscar más goles. Tampoco de presionar e incordiar, tanto que los últimos minutos se le vio apoyando las manos en las rodillas cada vez se paraba el juego. Bullanguero como siempre, vio la amarilla por un rifirrafe con Cuéllar y encrespó a la grada con su agresiva celebración del segundo tanto. "Son piques que se quedan en la cancha. Es algo normal", restó importancia el nueve culé.
Más adusto es siempre Ter Stegen. Hierático como suele, el alemán se limitó a parar todo lo que iba a portería, lo fácil y lo difícil. Parecía que los delanteros del Leganés se nublaban cuando encaraban solos al meta, que los esperaba rodilla en tierra antes de sacar un brazo o pierna salvadora."Marc transmite siempre mucha sobriedad y seguridad, y lo agradecemos", señaló Valverde.
Pese a la espesura general del Barça, la dupla Suárez-Ter Stegen fue demasiado para el humilde Leganés, que acabó vacío por el esfuerzo y desesperado. La buena imagen mostrada no fue suficiente para Asier Garitano, que acabó con mal sabor: "La primera media hora nos ha costado. No me ha gustado. Demasiado respeto. Necesitamos mejorar para seguir compitiendo", afirmó tajante el técnico del Leganés. Los tres goles llegaron tras rechaces, cosa que disgustó aún más al vasco. "La diferencia en primera está en las áreas. Últimamente en nuestra área estamos recibiendo muchos goles. Necesitamos ser más agresivos", concluyó.
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