Rudy prolonga la racha del Real Madrid ante un correoso Baskonia

Una canasta de Rudy Fernández a dos segundos del final prolongó la racha del Real Madrid y rindió a un Baskonia firme (75-73). Los de Laso alcanzaron su 13ª victoria consecutiva tras superar al conjunto vitoriano en un duelo bravo resuelto en el alambre. Agarrados de nuevo a su defensa (solo 12 puntos concedidos en el último cuarto, tan solo tres canastas en contra en los ocho minutos finales con una zona clave), a la potencia de la pareja Thompkins-Tavares y al acierto de Caseur y Rudy, los blancos escaparon del atolladero en el que les metió la pizarra de Pedro Martínez para consolidar sus aspiraciones de hacerse hueco entre los cuatro primeros de la competición.

Las torres de ambos equipos acapararon el protagonismo en un inicio de partido desinhibido que derivó en un duelo de altura. En el baile de dobles parejas, Thompkins y Shengelia afinaron puntería y Tavares y Voigtmann calibraron su capacidad de intimidación con éxito desigual. El Baskonia dominaba tímidamente el marcador, pero el ritmo lo manejaba el Madrid. Primero con Campazzo y después con Doncic, los blancos buscaron instaurar la velocidad de crucero que les ha impulsado en su excelsa racha y aceleraron en el tramo final del cuarto para marcar territorio. Siete puntos, dos asistencias y un robo de Doncic en sus tres primeros minutos en pista y el primer triple de un inspirado Rudy asentaron un gobierno madridista que luego se demostró inconstante (18-17, m. 10).

Pedro Martínez buscó alternativas en su rotación y encontró la afinación de Vildoza, el dinamismo de Beaubois y el poderío de Poirier para lanzar un inopinado demarraje aprovechando el exceso de confianza del Madrid (24-31, m. 16). Doncic confundió la velocidad con las prisas y se ofuscó con el trío arbitral en una manía persecutoria que fue censurada por Laso enviándole a la silla de pensar. En mitad del descontrol, la agitada reprimenda del técnico madridista a sus jugadores surtió efecto inmediato con un vibrante parcial de 8-0 con triples de Campazzo y Rudy (32-31, m. 19).

Para entonces, el Madrid era uno sin Tavares y otro bien distinto abrazado a los 221 centímetros de su refuerzo. El pívot caboverdiano cerró la primera mitad con dos tapones y un puñado de tiros rivales abortados por su intimidatoria envergadura. Aun así, el Baskonia seguía por delante en la contabilidad reboteadora como sustento para firmar las tablas al descanso tras un agitado final de cuarto, con Granger encarándose con Rudy y Pedro Martínez con los colegiados camino del túnel.

Con la correosa fórmula con la que le ganó la última Liga a los blancos, el técnico del Baskonia volvió a enredar a los de Laso, con Beaubouis como estilete y Shengelia ganando jerarquía. Volvió entonces Tavares con varias canastas poderosas y Causeur con tres triples providenciales desde el rincón para devolver la iniciativa a los locales tras unos minutos de sofoco (53-50, m. 26). El febril intercambio de golpes hizo palidecer las defensas y elevó las revoluciones del duelo con un parcial de 25-27 en el tercer acto que cargó de intriga el desenlace.

El Baskonia comenzó a jugar con el sistema nervioso de un Madrid atascado que, como primera medida de urgencia, intentó rearmarse en defensa (61-68, m. 34). La zona cortocircuitó al conjunto vitoriano con un parcial final de 11-1 en los cinco minutos finales. La reacción madridista llevó el partido a la cornisa tras una canasta agónica de Doncic (73-73, a 1m 25s). El genio esloveno pretendió sentenciar con un triple precipitado que se estrelló en el aro; Shengelia falló el mano a mano ante Thompkins y el tiro de gracia fue para Rudy.