Isco: “Aquí el seleccionador cree en mí”
El volante explica que no cuenta en el Madrid con la continuidad que necesita: "Quizás la culpa es mía, que no me he ganado el puesto"
“Estoy muy contento”, dijo Isco en los micrófonos de Telecinco, a pie de campo; “cuando no tienes protagonismo y continuidad en tu equipo los partidos con la selección te dan la vida. Aquí el seleccionador cree en mí. Tengo mucha ilusión por demostrar que soy buen jugador. Julen me demuestra su confianza con minutos y con partidos. En el Madrid no tengo la continuidad que un futbolista desea y necesita. Quizás la culpa es mía, que no me he ganado el puesto”.
Por su parte, Marco Asensio regresó a la titularidad con España y lo hizo con pie firme. Llevaba meses de altibajos. Un invierno de alternancia, entre momentos brillantes y largas desapariciones con el Madrid. En el Wanda se creció. Fue fundamental en las dos jugadas que abrieron el marcador. Solo lo superó Iago Aspas entrando en la segunda mitad en sustitución de Costa. El gallego se situó en el eje del ataque y desencajó a los notables centrales argentinos. En cada maniobra se escapó del radar de Otamendi y, sobre todo, de Rojo. Fue indispensable en los goles que cerraron el partido y, más importante aún, desahogó el juego de su equipo, repentinamente fluido con él en la punta. Tan fluido que rompió el dique. Argentina se quebró. Solo había recibido seis goles en contra en el Mundial de 1958, contra la República Checa. El desastre que originó la primera gran crisis histórica del fútbol rioplatense.
La velada comenzó con un error. El primer ataque argentino fue iniciado por Asensio. Una mala entrega del jugador mallorquín desencadenó una crisis en campo español. Ramos y Piqué desactivaron el peligro. Quedaba todo el partido por delante. Asensio se colocó como extremo izquierda. Fue punzante en el mano a mano con Bustos. Desequilibró casi siempre. Pero sus jugadas acabaron en centros. Envíos con la zurda desde la izquierda. Todos desmontados por los centrales argentinos.
Lo temían los analistas de Sampaoli. El seleccionador argentino estaba advertido de que Asensio era más peligroso a pierna cambiada. Por la derecha, como extremo puro y centrándose en diagonal para desarrollar su potencia, su sensibilidad en el toque, y su disparo. Iniesta destapó la lata con un pase en profundidad a Carvajal. Marcado por Biglia, el mediapunta se revolvió y envió la pelota a través de dos líneas defensivas. Carvajal combinó con Asensio, que recibió y asistió a Costa para el 1-0. El 2-0 fue un pase al punto de penalti que Isco no tuvo más que empujar.
España hizo más faltas que Argentina en la primera parte. Durante 45 minutos el choque fue más parejo de lo que se anunciaba. La balanza se inclinó hacia España cuando entró Aspas. Sus desmarques, sus bajadas al mediocampo y sus fintas propiciaron la goleada. Tocó una pelota y provocó el 3-1. Tocó otra y facilitó el 4-1. Isco se alimentó en el banquete. Su triplete le animó a reivindicarse.
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