Martillazo de Hamilton en Montmeló
Segundo triunfo consecutivo del campeón, que aumenta su brecha al frente del Mundial en una carrera en la que Sainz termina séptimo y Alonso, octavo
Lewis Hamilton desempolvó el martillo este domingo en Montmeló, donde se adjudicó su segunda victoria del curso después de la de hace dos semanas, en Bakú. A diferencia de aquella que le cayó del cielo, ésta fue inapelable y dejó sin respuesta a todos sus rivales comenzando por Sebastian Vettel, a quien los estrategas de Ferrari le hicieron una jugarreta tras zamparse el anzuelo que les soltaron sus homólogos de Mercedes. El muro de las Flechas de Plata amagó con llamar al taller a Valtteri Bottas pero no consumó la parada. Sí lo hizo el corredor de Heppenheim, que en aquel momento circulaba el segundo y que se reincorporó a la pista el cuarto y por detrás de Max Verstappen (tercero), que sacó los colmillos para defenderse y que lo logró, a pesar de rodar con solo medio alerón delantero. Bottas agradeció el regalo de Il Cavallino Rampante y terminó el segundo, materializando el primer doblete de la temporada para el fabricante alemán.
Carlos Sainz cruzó la meta el séptimo después de darse cera de la buena con Marcus Ericsson y Fernando Alonso lo hizo detrás de él, el octavo. El asturiano perdió cualquier opción de meterse entre los seis primeros al verse involucrado en el accidente que Romain Grosjean provocó nada más comenzar.
Como ya ocurrió el año pasado, Ferrari comenzó la temporada con mucho ímpetu a la vez que Mercedes se fue colocando en su sitio. La marca de la estrella esperó a que el campeonato estabilizara su pulso, algo que normalmente ocurre cuando el calendario se asienta en Europa, y en ese momento liberó todo su potencial. A la vista de los acontecimientos, la compañía de Stuttgart se ha marcado el objetivo dominar la era de los motores híbridos, y los cuatro dobletes que acumula desde que se introdujo este tipo de tecnología en 2013 bien pueden ser cinco si la dinámica que se vio este fin de semana en el Circuit no encuentra réplica por parte de la Scuderia.
La tropa de Brackley (Gran Bretaña) revitalizó su prototipo en las últimas dos semanas y Hamilton les agradeció el gesto con su mejor versión. El chico de Tewin estaba en Nueva York el miércoles en un sarao de esos que le gustan. El jueves se quitó el esmoquin blanco que llevó en la fiesta y voló a Barcelona, el viernes se enfundó el mono de carreras, el sábado se sacó de la chistera una pole antológica –rebajó en tres segundos el récord anterior, también suyo– y el domingo logró uno de los triunfos más cómodos que se le recuerdan. “No había sentido esta sintonía con el coche hasta ahora. Aquí empieza la lucha con Ferrari. Vamos a presionarles tanto como podamos”, resumió Hamilton, que ha sido capaz de puntuar en los últimos 30 grandes premios (desde el Gran Premio de Japón de 2016), nueva plusmarca absoluta.
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