Felipe Reyes: “Me quedan muchos años y muchas cosas por ganar”
Llegó al Real Madrid en 2004 y se ha vuelto tan indeleble como el escudo. En su 14ª temporada en el club blanco sueña con que el viaje a la Final Four de Belgrado acabe con su foto levantando la Décima
Llegó al Real Madrid en el verano de 2004 y se ha vuelto tan indeleble como el escudo. Felipe Reyes (Córdoba, 1980) cumple su 14ª temporada en el club —a solo dos de Brabender y Luyk; a tres de Romay y Corbalán; y a cuatro del récord de Rullán—. Ninguno de los históricos aguantó hasta sus 38 años. Un prodigio competitivo que bate plusmarcas con la misma facilidad con la que abraza rebotes. El capitán madridista sueña ahora con que el viaje a Belgrado acabe con su foto levantando la Décima. El CSKA del Chacho será mañana el primer obstáculo en la Final Four de la Euroliga.
Pregunta. Sin su exhibición en Atenas en el segundo partido del playoff igual no estamos hablando de la Final Four.
Respuesta. Aquel partido fue muy importante; marcó un punto de inflexión. Veníamos de un día horrible y si el Panathinaikos se hubiera puesto 2-0 habría sido casi imposible levantarnos.
P. ¿Esa reacción fue la metáfora de toda la temporada?
R. Sí. Está siendo un año complicadísimo por culpa de las lesiones, pero hemos sabido cohesionarnos ante la adversidad. Los problemas nos han hecho mucho más fuertes. Hemos demostrado que sabemos sobreponernos a todo. Esa dureza es la que necesitamos ahora en la Final Four. Llegamos con hambre.
P. En la semifinal de Belgrado estará enfrente Sergio Rodríguez, su compañero de habitación muchos años.
R. Es raro y difícil enfrentarse a un amigo, pero en la pista todo se olvida. Es como cuando me enfrentaba a mi hermano. Somos rivales y cada uno juega por el bien de su equipo. Si en algún momento hay que darle se hará, siempre dentro de lo deportivo, eso sí. Si él no juega bien tendremos muchas opciones de ganar. Es un jugador básico en este CSKA.
P. En su caso, ¿cómo logra seguir siendo básico año tras año?
R. Cuando uno se cuida, trabaja duro y lo da todo cada día, se ven los resultados. Estoy bien física y mentalmente y no hay por qué ponerse límites ni tener bajones. Todo se basa en la confianza. Los años no tiene nada que ver, los bajones son mentales. Con la renuncia a la selección aproveché el verano para descansar y también para trabajar duro. Luego con las ausencias comencé a tener minutos y a ganar confianza. Me están saliendo bien las cosas.
P. Habla de los años pero ¿y la altura? ¿Qué hubiera sido de Felipe con 10 centímetros más?
R. Estoy muy orgulloso de todo lo que he conseguido con mis 2,04m. No he pensado mucho en como hubiera sido todo con más altura. Estoy feliz así. Empecé en esto para divertirme y porque me encantaba competir. Nunca pensé que lograría tantas cosas.
P. ¿Le molesta que en muchas ocasiones se elogie más su carácter que su talento?
R. Está claro que mi carácter me ha traído hasta aquí, pero sin talento no se logran las cosas. En mi caso, hay gente que se piensa que es todo cuestión de huevos, pero hay que tener talento, para saber colocarse por ejemplo. He conocido a jugadores con muchos huevos que nunca han tenido talento para rebotear o para meter las canastas que meto yo.
P. Y eso que, de jovencito, le dijeron que no valía para esto.
R. Es verdad. Un entrenador me dijo eso de que yo no era Alfonso y que no iba a llegar muy lejos. Pegué el estirón tarde y cuando eres pequeño se nota mucho la diferencia. En su momento me hundió un poco pero, visto en perspectiva, esos inicios me hicieron muy fuerte mentalmente.
P. ¿Cómo llegan a esta Final Four en comparación con las anteriores?
R. El pálpito es bueno. Vamos con ganas de jugar bien y de levantar el título.
P. ¿Qué recuerda de las cinco anteriores que ha jugado?
R. En 2011 nos faltó mucha experiencia y se notó. Veníamos de un año muy complicado, con cambio de entrenador y un montón de cosas que no ayudaron. No llegamos preparados. En 2013 hicimos una Final Four muy buena, pero en la final chocamos contra un equipo que venía de ser campeón [Olympiacos] y estaba en plenitud. La de 2014 fue un palo muy duro. Esa Euroliga la podíamos haber ganado perfectamente. En la prórroga ganó merecidamente el Maccabi, pero ese año nos la merecíamos por cómo habíamos jugado. Tenía que haber sido nuestra. En 2015 encontramos el premio por no dejar nunca de buscarla.Y el año pasado, en Estambul, no estuvimos al nivel.
P. ¿Es de los que valora los 13 títulos en siete años o de los que piensa que podían ser más?
R. Es muy grande lo que hemos conseguido en estos años, pero hay títulos que se nos han escapado por muy poco y no se te olvidan.Esas espinas siempre quedan, pero este ciclo es increíble.
P. ¿Cómo se ha vivido desde dentro la ausencia de Llull?
R. Perder a un jugador como él fue durísimo, pero todo el mundo ha respondido. Sabía que volvería igual o más fuerte. Ha trabajado como un loco, como nunca antes le había visto trabajar y aquí están los resultados. Llega al momento importante.
P. ¿Y el fenómeno Doncic?
R. Se veía venir. Desde que empezó a entrenar con nosotros sabíamos de lo que era capaz. Aun así siempre sorprende que un chaval de 18 años haga un año como el que ha hecho y pueda llegar a ser el MVP de la Euroliga. Antes de su aparición era algo impensable. No tiene límite.
P. Y Felipe ¿dónde se pone el límite y dónde se ve cuando se retire?
R. De entrenador, no. Ya bastante presión he tenido durante estos años. Me gustaría seguir vinculado al baloncesto y ojalá pueda seguir en el Madrid. Sería mi sueño. Pero aún no he pensado en lo que haré cuando me retire porque me quedan muchos años y muchas cosas por ganar.
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