La UCI, pionera contra el acoso sexual y la brecha salarial
La internacional del ciclismo, cuya secretaria general es una mujer, obliga a firmar un código de conducta y publica los datos del empleo femino
En las oficinas centrales de la Unión Ciclista Internacional (UCI) en Aigle (Suiza) trabajan casi 100 personas, 54 hombres y 43 mujeres. Su reparto en los diferentes niveles de responsabilidad y mando es significativo, así como las diferencias salariales. En el nivel más bajo, el de asistentes, la mayoría son mujeres, 22 frente a 13 hombres. En términos salariales, según el informe económico de la UCI en 2017 recién publicado, si un hombre gana 100, una mujer 74. En el nivel intermedio, el de coordinadores y técnicos, ya hay más hombres (23) que mujeres (17), y salarialmente cobran lo mismo prácticamente (la mujer un 98% respecto a los hombres).
En el nivel superior, el de mánagers y directores, los hombres son 18 y cuatro las mujeres. La diferencia salarial, sin embargo, favorece a la mujer, que percibe 111 francos suizos por cada 100 francos que gana el hombre. La razón es sencilla: la principal ejecutiva de la UCI, la que más manda por debajo del presidente, David Lappartient, es una mujer, la marroquí Amina Lanaya. Ninguna otra federación publica datos sobre la brecha salarial y el empleo de la mujer. Forma parte de su Carta para lograr la igualdad de género.
En el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), el supremo que dirime por ley los pleitos deportivos, prácticamente todos los arbitrajes los han llevado a cabo hombres. Hay 28 federaciones internacionales de deportes olímpicos de verano: 27 las presiden hombres. La única presidenta, en la federación de triatlón, es la española Marisol Casado, que destaca que, sin embargo, algunas mujeres empiezan a mandar en las federaciones desde el cargo ejecutivo de secretaria general. Habla de cinco mujeres, en concreto, las secretarias generales de la internacional de esgrima (Sabrina Ibáñez), fútbol (Fatma Samoura), escalada (Debra Gawrych), ciclismo y pentatlón moderno (Shiny Fang). Y más allá del incienso que les regala Casado, su peso se nota. Al menos en la UCI, que el jueves tomó decisiones insólitas a favor de la igualdad de la mujer. Y no solo la publicación de la brecha salarial junto a una promesa de trabajar para eliminarla.
Al lado de declaraciones genéricas de apoyo a una federación más equitativa, la UCI puso en marcha un protocolo para prevenir y castigar el acoso de las ciclistas por parte de los directores, mecánicos y masajistas de sus equipos, normalmente hombres. Todos ellos deberán firmar obligatoriamente un código de conducta de respeto a la mujer cuyo incumplimiento dará lugar a sanciones.
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