Luto eterno por Lev Yashin
La Araña Negra, imagen del Mundial de Rusia y único portero Balón de Oro, reposa en un cementerio de Moscú
Hay cementerios imán para los turistas, como el Père Lachaise en París; están los que sirven para entender a la aristocracia de una sociedad como el de La Recoleta en Buenos Aires; hay otros que funcionan como perfecto lugar de reflexión como el de Highgate en Londres. Y también está el cementerio de Vagankovskaya, en Moscú. Ni el inquietante quejido de los cuervos rompe su armonía; un poco ostentoso, un pelín hortera, sus bóvedas lo convierten en un paseo agradable, un repaso por las grandes figuras del deporte soviético, como Lev Yashin (Moscú, 1929-1990).
“¿Lev Yashin? Claro, está aquí”. Hasta una vendedora de flores de un cementerio cambia su cara de circunstancia cuando se le pregunta por el mítico portero. “Es fácil llegar. Tira recto, luego gira a la derecha y después a la izquierda”, dice un guardia de seguridad. Pero, el camino a Yashin está minado de sorpresas. Aparece la estatua de un joven Alexander Gomelsky, el entrenador que llevó a la URSS a conquistar el oro olímpico en baloncesto en Seúl 1988; a Konstantín Béskov, el técnico de la URSS que perdió ante España en 1964, lo custodian dos niños con la bufanda del Spartak; Valentín Bubukin, campeón de la Eurocopa 1960, descansa junto a su mujer, en una tumba con forma de estadio de fútbol; y siempre hay flores frescas para Nikolái Stárostin, fundador del Spartak, el equipo del pueblo.
Siempre aparece alguien que pregunta por Yashin”, rematan en Vagankovskaya. A veces esos preguntones también son ilustres. Como cuando el Txopo, José Ángel Iribar, pasó a rendirle a homenaje. “Era algo que me había quedado pendiente. No había podido estar en su funeral —fue multitudinario— y quería tener un detalle con él. Tenía la necesidad de saber dónde estaba y cómo estaba”, cuenta Iribar. Cosas de leyendas. El mito de la araña negra es ajeno al paso del tiempo, imposible borrar de la memoria futbolera su sobria vestimenta, su agilidad bajo entre los palos y su tremenda capacidad para detener penaltis (151). “Para mí el mejor de todo. Yo lo admiraba como futbolista, también como persona. Era sencillo, pero imponía mucho”, cuenta el Txopo. Probablemente no exista un jugador ruso más emblemático, ni popular. “Es la imagen del Mundial, ¿no? Eso demuestra todo lo que significó para el fútbol”, vuelve Iribar. “Que el póster oficial lleve una foto de Yashin es el fiel reflejo del patrimonio artístico y futbolístico de Rusia”, asegura Fatma Samoura, secretaria general de la FIFA. Sobran los motivos. Es el único portero que levantado el Balón de Oro (1963). Nunca pudo salir de la Unión Soviética. Aunque no le faltaron ofertas, eran otros tiempos.
Tampoco le faltaron novias a Igor Vladimirovich Akinfeev (Vidnoye, Rusia, 1986), actual portero de la selección rusa. Hasta el Manchester United lo tuvo en la mira para reemplazar a Van der Sar, puesto que, finalmente, se quedó su rival de mañana, David de Gea. “Tengo un estilo parecido al de Casillas”, decía Akinfeev cuando no había quien discutiera al exmeta del Madrid. Comparado muchas veces con Yashin, Akinfeev comparte algo con La Araña Negra: nunca salió de Rusia. Pero él para defender al CSKA Moscú, viejo rival del Dinamo, equipo de toda la vida de Yashin.
Eso sí, Akinfeev se para bajo los tres postes de verde, difícil salir al campo de negro como el legendario Yashin. Él vestía de luto, un duelo eterno en el cementerio de Vagankovskaya.
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