Jorge Lorenzo: “Fue difícil encontrar la motivación para seguir dos años más”
El piloto habla en esta entrevista de su salida de Ducati, de cómo llegó a enamorarse de una moto que cree antinatural para su estilo de pilotaje y de su futuro en Honda
Está feliz. “Lo tengo todo en la vida. Soy un afortunado. He cumplido mis sueños con creces”, dice. Jorge Lorenzo (Palma, 31 años) es cinco veces campeón del mundo. Y ha conseguido ganar con la Ducati. “Algo que mucha gente no preveía”. Pese a que dejará la marca a final de año, tiene una excelente relación con su equipo y los ingenieros de la fábrica italiana, que “trabajan mucho y bien”. Por eso, con mucho esfuerzo, consiguió enamorarse de la moto. Por eso, se quería quedar. Hasta que entendió que quienes firman los contratos querían cambiarle por otro. “Dentro de todo el caos, saldré bien parado”, concede respecto a su fichaje por Honda. El español derrocha optimismo en Misano, un circuito en el que ayer consiguió la pole; un escenario en el que quiere sumar su cuarta victoria con la Desmosedici (14.00, Movistar MotoGP).
Pregunta. Es tres veces campeón de MotoGP y, de un día para otro, se quedó sin equipo. ¿Cómo vivió esas semanas hasta que se decidió su futuro?
Respuesta. Estaba sorprendido. Sorprendido de que por los malos resultados de un año y tres meses Ducati olvidase lo que había conseguido en el pasado. Y me decidieran cambiar, incluso con la posibilidad de pagarme mucho menos salario, por pilotos que son muy buenos pero que no habían ganado todavía ninguna carrera en MotoGP. Por ejemplo, Petrucci. Yo había ganado 44 y tres Mundiales. No entendía por qué no tenían paciencia. Les estaba demostrando que podía liderar carreras; y la velocidad la tenía porque había hecho el récord de la pista en Sepang. No entendía que no insistieran un poco y confiaran en que soy un piloto que cuando tiene la moto en su sitio gana carreras y campeonatos, o al menos lucha por ellos. Me hizo pensar: “ahora lo voy a hacer con más fuerza todavía”.
P. Pero no pudo convencerles.
R. Al final, en MotoGP dependes de pequeños detalles, de cosas muy tontas. Se ha visto con el cambio en el depósito; se le ha dado mucha trascendencia. Y no la tiene. Fue la última pieza de todo el puzle, la que faltaba. Desde Jerez empecé a liderar casi en cada carrera, muchas vueltas. Pero, si siempre sucedía lo mismo porque salía bien, lideraba unas cuantas vueltas y me iba hacia atrás, al final parece que todo es un desastre y que falta muchísimo. Pero faltaba nada. No lo supieron ver. Una sola pieza fue el detonante para conseguirlo.
P. ¿Cómo revirtió la situación?
R. Faltaba menos de lo que la gente pensaba. Y no era la velocidad, que es lo más difícil de encontrar en este deporte. Simplemente, faltaba la resistencia física, porque a partir de mitad de carrera si no me quería caer tenía que bajar el ritmo. Y esa resistencia me la dio una tontería como un supletorio en el depósito. Pero antes de eso, Ducati, en Jerez, ya consiguió endulzar el comportamiento del motor, que se había vuelto agresivo al ganar potencia. La moto era un poco difícil de controlar a la salida de las curvas.
Cuando empecé a pensar en retirarme, aprecié cuánto me gustan las motos
P. ¿Pensó en la retirada?
R. Era difícil esforzarse tanto, trabajar tantas horas físicamente, estudiar tantos datos en los circuitos y fuera de ellos, pasarte tantas horas entrenando y que los resultados no saliesen. Era un poco frustrante seguir compitiendo así. Fue difícil encontrar la motivación para seguir dos años más. Pero fue justamente cuando empecé a plantearme la posibilidad de retirarme que empecé a apreciar cuánto me gustaban las motos y la competición. Y a partir de ahí quise seguir por encima de todo.
P. Hasta que ganó en Mugello, ¿dudó de sí mismo?
R. Somos humanos, no somos robots. Todos tenemos emociones. Y, evidentemente, cuando las cosas van mejor uno está más convencido de sí mismo que cuando van mal. Pero lo que diferencia a los campeones de los buenos deportistas es esa capacidad para seguir pensando en positivo incluso en una situación difícil que se prolonga en el tiempo.
Con la Ducati haces la curva sin gas, lo opuesto a como yo entiendo la velocidad
P. El inicio de año fue malo, pero desde Mugello es el piloto que más puntos ha sumado.
R. Estamos fuertes. Tenemos una moto más completa, que nos permite ir rápido en circuitos donde antes era imposible, por ejemplo aquí en Misano. He entendido la moto, que es muy particular y tienes que pilotarla de manera muy especial, extraña. Porque cuanto más inclinas, la moto gira menos. Es ilógico, porque normalmente es al revés. Con la Ducati tienes que usar mucho el freno trasero, hacer la curva sin gas, que es lo opuesto a como yo entiendo la velocidad y la competición. He tenido que cambiar radicalmente la forma de afrontar las curvas. Pero una vez lo he entendido, he podido aprovechar las cualidades que tiene, que son bastantes y muy fuertes, como la estabilidad en frenada y el motor en las aceleraciones.
P. ¿Sigue pensando en cómo llevarla durante una carrera?
R. Menos que antes, pero todavía en algún momento tengo que ir corrigiéndome. Desafortunadamente, nunca conseguiré que la Ducati sea natural para mi pilotaje.
P. Le separan 71 puntos de Márquez en la general. ¿Qué le motiva?
R. Seguir desarrollando la moto, llevarla mejor, ganar el máximo número de carreras posible y terminar segundo del Mundial. Ganarlo no diría que es imposible, pero si Márquez tiene un 90% de posibilidades, nosotros tenemos un 10%.
P. En los últimos grandes premios ha renunciado a su estrategia habitual. No tenía el mejor ritmo y optó por jugársela en las últimas vueltas.
R. Influyen una serie de factores. Primero, que la Yamaha era una moto menos física que me permitía empujar más durante toda una carrera. Segundo, que los Michelin en la mayoría de carreras no te permiten ir en modo clasificación de la primera vuelta a la última, como pasaba con los Bridgestone. Así que ahora no saco tanta ventaja de mis puntos fuertes: la salida, las primeras vueltas, esa concentración y precisión, el no cometer errores. Ahora, a veces, tirar desde el inicio puede ser una desventaja: si empujo demasiado al principio, consumo más neumático. He entendido que en según qué tipo de carreras, en estas condiciones, no queda otra que, si quieres llegar al final con neumático y energía, te tienes que dosificar. Y planificar mejor la estrategia.
“En las primeras carreras del año vi que la confianza se deterioraba”
El pasado invierno Jorge Lorenzo fue de reunión en reunión. Habló mucho con Gigi Dall’Igna, ingeniero jefe del proyecto de Ducati, y “alguna vez” con Claudio Domenicali, CEO de la casa italiana. “Me gusta controlarlo todo, soy muy perfeccionista y me gusta estar encima de las cosas, seguir la evolución de la moto”, señala el piloto. Pero un año después algo se había roto en su relación con Domenicali. “Fue a partir de las primeras carreras del 2018 cuando vi que la confianza se iba deteriorando”, concede.
Quizá por cómo se dieron las cosas, quizá porque siempre fue de decisiones valientes, nunca pensó en que acabaría en el equipo del campeón del mundo, donde otros rehusaron recalar por no competir con Márquez con sus mismas armas. “No sé si en alguno de esos casos el interés de Honda fue real o fueron los pilotos los que se ofrecieron a la fábrica a través de sus representantes, que solo querían aumentar el precio para la renovación con su marca actual. En mi caso, la realidad es que hasta que no me quedó otra opción que buscarme la vida, yo quería seguir en este proyecto. Terminarlo significará que el desafío está inacabado. Yo quería el título o, al menos, luchar por él hasta la última carrera”.
P. Últimamente se está saliendo de lo que llama su zona de confort, ¿lo de adaptarse a la Honda será pan comido?
R. Puede ser más difícil, pero espero que no. Estar más de un año y medio sin conseguir resultados es muy duro. Y no es lo que quiere Honda ni lo que quiero yo. Puede pasar, pero la lógica dice que la adaptación será más fácil. Por lo que veo parece que la moto inclina más que la nuestra y puedes abrirte más para aprovechar el paso por curva, que es una de mis cualidades. Siempre ha sido una moto más corta, más pequeña, más nerviosa, pero también más ágil.
P. ¿Ducati se ha equivocado?
R. Yo no soy la persona indicada para decirlo. Solo ellos lo sabrán en su fuero interno. Después de verme ganar es muy fácil decir “Ducati se ha equivocado”; veremos qué sucede en el futuro.
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