Ceballos se desata
El volante escapa del desánimo al que le llevó Zidane en su primer año en el Madrid gracias a la confianza de Lopetegui y Luis Enrique. “Nunca tiene miedo”, aseguran Pepe Mel y Víctor
Pocos jugadores de la plantilla del Real Madrid sintieron una sensación de liberación cuando en la mañana del 31 de mayo un mensaje de WhatsApp les advirtió de la repentina dimisión de Zinedine Zidane. Uno de ellos fue Dani Ceballos. El volante de 22 años, desdeñado por el entrenador francés en su primer año en Chamartín, tenía decidido solicitar al club una cesión. Pero la contratación de Julen Lopetegui dejó en suspenso su petición. Cuatro meses después, el vasco le considera un jugador importante en su rotación y Luis Enrique le reservó una plaza en su primera convocatoria con La Roja, con la que debutó con nota ante Croacia.
"Llegó muy bien preparado y ha aprovechado su oportunidad en la pretemporada. El trabajo tiene premio, está viviendo un gran inicio de temporada. Ahora tiene que tener continuidad. Está en el buen camino", le estimuló Lopetegui en la previa del partido ante el Athletic en San Mamés (20.45. Movistar+ Partidazo). Tampoco escatimó en elogios Luis Enrique. "Si acepta el reto de esta manera, nos va a ayudar muchísimo", señaló. "Es un jugador diferente. De los que ya no hay. No le superan los problemas, no le tiemblan las piernas".
Ceballos terminó la temporada pasada con la creencia de que su carrera corría el riesgo de estancarse si continuaba en el Madrid. Pero la llegada de Lopetegui lo cambió todo. El técnico le telefoneó unas tres semanas antes del inicio de la pretemporada para comunicarle que contaba con él. Ceballos, que reconoció hace unos días en Radio Marca que con Zidane tuvo que recurrir a un preparador personal para no perder la forma, recortó 15 días sus vacaciones. Quería llegar un punto por encima del resto. Se ejercitó primero en Utrera e intensificó la carga con otra semana de trabajo en Madrid junto a un entrenador. "Estaba motivadísimo", asegura un amigo cercano que compartió aquellos días con él. "Tenía muchas ganas de ser importante este año. Tiene claro que va a ser el suyo; ha empezado muy bien".
La corta carrera de Ceballos siempre ha estado marcada por un temperamento peculiar, rebelde para lo bueno y lo malo, para meterse en líos extradeportivos o para verse capacitado al mismo tiempo de liderar a un Betis de Segunda con apenas 18 años. "Es su carácter", explica Pepe Mel, técnico con el que despuntó en el equipo verdiblanco. "Tiene ese desparpajo, ese ser un poco caradura. Aquel Betis era un equipo con problemas y con la obligación de ascender. A él no le pesó y aunque había jugadores veteranos en el equipo, cogió responsabilidad", expone el técnico de 55 años. "Tiene cosas muy poco habituales, como ese descaro. No tiene miedo cuando está en el campo, no se queda nunca en una posición de acomodamiento. Se atreve con todo. No es habitual ver a gente con tantas ganas de crecer", suma Víctor Sánchez del Amo, entrenador del volante en su último año en el Betis.
"Cuando irrumpió jugaba de enganche o por las bandas, pero según fue madurando creí que dónde podía convertirse en un futbolista importante era por el centro, estando permanentemente en contacto con el balón y en puestos de responsabilidad", cuenta Mel, que fue moldeando al madridista hasta convencerle de que su sitio estaba en la medular. "Tiene mucha visión de juego y una habilidad para encontrar líneas de pase y salir de situaciones de muy pocos espacios que no tienen muchos futbolistas", le describe Víctor, que destaca también su capacidad defensiva. "Recupera muchísimos balones, recorre muchísimo espacio y es muy inteligente a la hora de colocarse en el aspecto defensivo".
Desencuentro con Zidane
"Pepe me dijo que donde me iba a hacer millonario era jugando por el centro", confesó el propio Ceballos en una entrevista a EL PAÍS durante el Europeo sub-21 en junio de 2017, en el que fue nombrado el mejor jugador del torneo. Unos días después se decantó por la oferta del Madrid, pero Zidane no cumplió con los pronósticos del chico, que clausuró el año como el jugador de campo con menos minutos, 899. Solo fue titular en cuatro partidos de Liga y en Champions no se le vio más allá de la fase de grupos. Nunca entendió los motivos de su situación. "Hubo un momento en el que Kroos y Modric estaban lesionados y él cambiaba el sistema para poner a otros", denunció Ceballos esta semana. "Intentaba ponérselo difícil, pero llega un momento en el que ves que es imposible".
Fue el jugador de campo del Madrid que menos minutos disputó el año pasado, 899.
La del Madrid no fue su única experiencia traumática. En su último año en el Betis, Gustavo Poyet, técnico verdiblanco entre verano y noviembre de 2016, le relegó al banquillo cuando estaba predestinado a ser la estrella del equipo. Por primera vez su descaro sobre el césped se solapó con las dudas. Del bucle le rescató Víctor, relevo del uruguayo. "Hubo que recuperar su confianza" cuenta el preparador, con experiencia en abordar este tipo de casos y ahora en busca de nuevos desafíos en los banquillos. "Tuvimos que saber escucharle, entenderle y sacarle de ese momento de dudas. También insistirle en la consistencia, trabajar con él la gestión de los errores y la toma de decisiones".
Lopetegui ha vuelto a completar un proceso similar un año y medio después. Ceballos y su desparpajo asoman de nuevo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.