El Espanyol se agranda ante el Villarreal
Hernán Pérez, Darder y finalmente Piatti abaten a un frágil conjunto amarillo
Ya no quedan dudas: Rubi no engañó a su hinchada cuando advirtió que llegaba a Cornellà para ilusionar al Espanyol. No hay mejor equipo en LaLiga en casa que el conjunto blanquiazul. Lo saben el Valencia, el Levante, el Eibar y ahora también el Villarreal. Borró el Espanyol a los muchachos de Calleja en el primer tiempo. Padeció después un rato por su falta de puntería, sin más acierto que el gol de Hernán Pérez. Pero cuando parecía que despertaba el Villarreal, después del empate sorprendente de Ekambi, resurgió el Espanyol más audaz, siempre al ritmo de Darder, cerca de Granero y Sergio García. Darder tuvo su premio, al igual que Piatti, para cantar el 3-1 ante un débil Villarreal.
Borja Iglesias, de entrada, parecía dispuesto a hacer olvidar rápido a la hinchada que su ídolo Gerard Moreno regresaba a casa. Ni dos minutos tardó El Panda en marcar territorio en el área de Asenjo. Reclamó el 7 un penalti de Víctor Ruiz; no lo entendió así el VAR. No se desenchufó Borja Iglesias ni tampoco el Espanyol, dispuesto a arrollar al Villarreal, sin tregua en la presión, rápido para mover el balón, impreciso, en cualquier caso, para liquidar a Asenjo. Se le nubló la vista por duplicado a Borja Iglesias para liquidar al meta amarillo; pero, en cambio, tuvo toda la habilidad y paciencia para regatear Álvaro y Víctor Ruiz y dejar solo a Hernán Pérez. Esta vez no falló el Espanyol, el paraguayo con un toque suave puso el 1-0.
LaLiga se le está atragantando al cuadro de Calleja. No encuentra todavía a sus delanteros, desconectados del gol y del equipo, da lo mismo si atacan Gerard y Bacca, Fornals y Ekambi. Erráticos los goleadores, los volantes del Villarreal no encuentran el balón ni los espacios, solo arropados por Funes Mori, demasiado pendiente de juntar las líneas en un equipo que se descose pese a que hasta ayer estaba imbatido fuera. Un dolor de cabeza para la zaga amarilla, tan frágil para defender como para sacar el balón. Un equipo sin fútbol ni gasolina, después de pelear con el Spartak el pasado jueves (3-3) en la Liga Europa. Lo aprovechó el Espanyol, sobre todo Granero y Darder. A los interiores, se les sumó Sergio García, todos con la mira puesta en Borja Iglesias, hábil para marcar los pases, sin puntería para batir a Asenjo.
El juego de Borja
Hasta ocho disparos a puerta contó el Espanyol, siempre con Borja Iglesias como protagonista, pero el delantero, en su primera temporada en la élite, todavía no terminar de afinar la puntería. La hinchada, por ahora, no se lo tiene en cuenta, ni siquiera cuando Gerard Moreno anda de visita por Cornellà. Pero todo lo que no supo aprovechar el 7 blanquiazul, lo aprovechó el Villarreal en el arreón final del primer tiempo, cuando Ekambi se encontró con un balón suelto en el área para batir a Diego López, hasta entonces sin demasiado trabajo. Tuvo que aparecer el VAR para validar el gol del Villarreal; suspense para analizar si hubo o no fuera de juego de Funes Mori en el inicio de la jugada. La espera duró tres minutos, antes de que el Espanyol se lamentara por encajar el primer gol de LaLiga en Cornellà.
El tanto del Ekambi le cambió el ritmo al duelo. El Espanyol ya no apretaba con la misma intensidad, ni tampoco dominaban a placer Granero y Darder. Entonces apareció un Villarreal más reconocible, con más pausa, más presente Trigueros en el juego, más incisivos Fornals y Layún. Entonces, volvió a acelerar también el Espanyol. Borja Iglesias no pudo rematar de cabeza el buen centro de Javi López, ni Baptistão pudo con Asenjo, después de enseñar toda su velocidad para dejar en el camino a Víctor Ruiz. Pero el cuadro de Rubi tiene la autoestima por las nubes cada vez que juega en casa. Lo entendió Gerard Moreno, que chocó con Diego López, y sobre todo Darder, que le puso la guinda a la paciencia de sus compañeros para mover el balón. El marcador lo cerró Piatti para que el Espanyol celebre una victoria rotunda ante el Villarreal.
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