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Kilian Jornet sobre la polémica del Everest: “Eso no se puede llamar alpinismo”

Tras ganar por novena vez la maratón de montaña de Zegama, el corredor y alpinista catalán reflexiona sobre su trayectoria, sus nuevos retos y los atascos en los ochomiles

Kilian Jornet atiende este lunes a la prensa. En vídeo, sus declaraciones a EFE.Vídeo: SALOMON / EFE

"Hace demasiado calor aquí. ¿Cómo se dice? Eso, bochorno. Hace un bochorno tremendo. Casi no se puede ni respirar". Acostumbrado a la vida en Romsdal, una pequeña región noruega donde hay casi más picos que personas, a Kilian Jornet (Sabadell, 31 años) le cuesta moverse entre las altas temperaturas que se están dando en los últimos días en Madrid. Recién llegado de Gipuzkoa, donde este domingo se impuso por novena vez en la durísima maratón de montaña de Zegama, el alpinista y corredor de montaña catalán reflexiona, durante la apertura de la tienda Salomon Store, sobre la competición, su pasión por la montaña y temas tan candentes como la polémica turística del Everest con la calma y el poso que le dan sus más de 15 años de trayectoria.

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Con una entereza física difícil de comprender para cualquier persona corriente tras recorrer 42 kilómetros hasta alcanzar la cima de Aizkorri, Jornet asegura que su felicidad ya no se encuentra en ganar carreras. "Yo me sigo considerando un corredor amateur, en el sentido de que voy a correr porque me gusta el deporte, explorar un recorrido y compartirlo con los otros corredores, antes que por un resultado. Ayer gané Zegama y hoy estoy contento por la victoria, pero tampoco es algo muy especial. En 2007 ganar una carrera así era un montón de emoción, adrenalina y ahora sé que estas sensaciones no las voy a conseguir compitiendo", explica quien cuenta con un palmarés inabarcable en ultramaratones de montaña. "Prefiero hacer cosas que me llenen más a nivel emocional. Cuando estoy en la montaña siento una satisfacción más profunda. Desde la planificación, el imaginar que algo es posible, prepararlo a nivel logístico...", añade.

Aún así, el montañero no se ve todavía abandonando la competición. "Sigo siendo muy competitivo y me sigue gustando enfrentarme a grandes corredores. Obviamente, cuando estoy en medio de una carrera sigo dándolo todo para acabar primero, pero igual sí que habrá temporadas que no haré 50 carreras como hacía antes". Este año, con el objetivo de estar más en casa y para pasar tiempo con su hija recién nacida, solo participará en tres carreras. "Todo es cuestión de organizarse. Pero sí que es verdad que también quiero estar con ella más ratos".

Mientras, en Noruega, Jornet busca nuevos retos para seguir llevando su cuerpo al límite y mejorar en facetas en las que no se encuentra especialmente cómodo. Este año, por ejemplo, se ha lanzado a preparar series de carrera en llano, algo que nunca había hecho. "Nunca había hecho más de dos, tres kilómetros a la semana en asfalto o en pista. Es aburrido, pero a la vez es divertido ver cuánto progresas", reconoce entre risas. Acostumbrado a correr por la montaña, Jornet cada vez se encuentra más cómodo en el llano. "Los gemelos se cargan un montón y de una forma distinta a como lo hacen en montaña, por lo que hay que vigilar a nivel muscular para no romperse. Yo en llano soy muy patoso, aunque ahora un poco menos.Creo que he mejorado bastante, es algo que noté al principio de la Zegama".

"Tristeza" por las imágenes del Everest

El rostro de Jornet, sonriente en todo momento, dibuja una mueca de contrariedad cuando sale a la palestra la polémica sobre los atascos y las muertes de turistas subiendo el Everest. El catalán, que en 2017 alcanzó sin oxígeno la cima del mundo en dos ocasiones en apenas una semana, se siente contrariado. "La primera reacción es de tristeza porque piensas que esa no es la montaña que a mí me gusta. Pero al final la montaña no es mía ni es de nadie", reflexiona. "No es lo mismo subir una montaña que estar en la cima. No se puede llamar alpinismo a lo que hacen. Pero por otra parte, también hay que pensar que la economía de Nepal, sobre todo en las regiones de montaña, se basa mucho en el turismo. Gracias a las expediciones comerciales viven sherpas, porteadores de altura, cocineros... Si dejas la montaña solo para los que van en estilo alpino estás fastidiando a muchas familias".

Para Jornet, lo ocurrido en los últimos días llevará a las autoridades a tomar medidas. "Quizás el Gobierno, el Ministerio de Turismo, llegue con alguna regulación. Lo más lógico sería que la persona que no haya subido a otro ochomil, u otra cima alta, no pudiera subir. Yo creo que la cosa irá más por ahí. Y eso quizás hace que la gente llegue más rodada, con más experiencia".

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