Escocia amenaza con acciones legales si se cancela su partido ante Japón
El seleccionador Gregor Townsend pide un plan B ante el tifón Hagibis y plantea incluso jugar en un campo de prácticas sin televisión
Mientras las redes sociales se llenan con los irónicos lamentos de aficionados escoceses en Japón, su selección busca el resquicio para sortear los efectos del supertifón Hagibis y que su partido con Japón se decida en el césped. Cualquier césped, porque su seleccionador, Gregor Townsend, dejó claro que le vale un campo de entrenamiento: “Solo necesitamos jugadores y árbitros”. Ni siquiera cámaras de televisión o espectadores. Tras la suspensión el jueves del Inglaterra-Francia y del Italia-Nueva Zelanda, los primeros que se cancelan en la historia del Mundial de rugby, los escoceses exigen un plan de contingencia si el paso del tifón por la zona de Tokio no permite la disputa del encuentro del domingo ante los anfitriones en Yokohama. Y, aseguran, tomarán acciones legales si caen eliminados en los despachos.
Escocia necesita la victoria para superar a Japón, que le aventaja en cuatro puntos. La cancelación del encuentro significaría un empate a cero y dos puntos para cada uno, insuficiente para el XV del Cardo, que quedaría eliminado. Los aficionados escoceses se preparaban para el peor escenario mientras esperaban la llegada del virulento tifón. “Si sigues el deporte escocés, lo mejor es llegar pronto a los sitios para pasarlo bien antes de perder”, aseguraba uno de ellos. Una derrota contra la meteorología superaría cualquier precedente de mala fortuna.
Con todo, Townsend esgrime optimismo. “Creemos que el partido no se ha cancelado porque las previsiones son mucho mejores para el domingo. Parece que el partido se jugará y tenemos que mantener la fe en que así sea”. La apuesta de World Rugby es esperar a que pase el tifón el sábado y evaluar daños el domingo por la mañana. La federación internacional descartó este jueves trasladarlo a otra sede y no parece factible que cambie de opinión e incentive el desplazamiento de 72.000 espectadores con entradas en medio de lo que podría ser un desastre natural de gran magnitud.
El argumento del seleccionador escocés es que sería “muy inusual” suspender el encuentro el mismo día. “Digamos que estás mirando por la ventana del hotel a las cinco de la tarde y hay sol. Sería extraño que el partido no pudiera jugarse”. En cualquier caso, acepta cualquier contingencia. “Si se juega en Yokohama, genial, pero tenemos fe en que el partido juega jugarse incluso si tiene que ser a puerta cerrada o en otra sede. O si tiene que ser el lunes porque sea necesario un día para poner las cosas en orden”. A la macedonia del grupo A se añade Irlanda, que sí jugará el sábado en Fukuoka ante Samoa. Una victoria les clasificaría para cuartos; necesitarían una derrota de Japón para liderar el grupo A y evitar a los All Blacks, que esperará el sábado 20 al segundo clasificado.
El precedente de Italia no es bueno. La cancelación de su partido ante Nueva Zelanda supuso su eliminación, pues la matemática les daba opciones de clasificarse si hubieran ganado, un hito fuera de cualquier previsión, pero posible. “Si ellos hubieran necesitado los puntos, no se habría cancelado. Seguro que todo el mundo piensa que el partido no habría contado para nada porque habríamos perdido de cualquier forma, pero merecemos ser respetados como equipo. Teníamos la oportunidad de jugar en un gran estadio ante un gran equipo”, subrayó su capitán, Sergio Parisse.
El delantero italiano lamentó la circunstancia de su compañero Leonardo Ghiraldini, que iba a despedirse ante los All Blacks. “Que tu carrera con la selección acabe después de un entrenamiento es algo difícil de encajar”. Parisse criticó con dureza a World Rugby por no tener un plan alternativo en una parte del planeta habituada a estos fenómenos. “Es ridículo que no haya plan B, no es que falten precisamente noticias de tifones impactando en Japón...”
Mientras, el seleccionador de Japón, Jamie Joseph, lamentó el escenario legal. “Todas estas conversaciones sobre procedimientos legales sobre algo incontrolable como un tifón ignoran lo importante que es este partido para nosotros”. El neozelandés reivindicó a sus pupilos de cara al encuentro más importante de su historia, pues sería su primer pase a cuartos. “Hemos ganado tres partidos. No es casualidad, hay mucho trabajo detrás. Este equipo lleva concentrado 240 días y somos una selección amateur en la que ningún jugador cobra nada más allá de las dietas. Todos queremos jugar el partido. Es importante para nosotros levantarnos el lunes y saber si merecemos estar entre los ocho mejores o si no somos suficientemente buenos. Mi equipo está motivado por conseguir algo grande, no por evitar un bochorno”.
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