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El fútbol español sella una presunta tregua

El CSD y la FEF recibirán mayor porcentaje económico de LaLiga tras pactar el regreso a los entrenamientos y acordar la modificación del decreto que regula los derechos televisivos

Luis Rubiales, Irene Lozano y Javier Tebas, el pasado sábado en el palacio madrileño de Viana.
Luis Rubiales, Irene Lozano y Javier Tebas, el pasado sábado en el palacio madrileño de Viana.EFE
Ladislao J. Moñino

El fútbol español vislumbra una posible paz tras meses de conflicto perpetuo entre sus principales instituciones. En unos momentos de tanta zozobra, LaLiga se comprometió a ser de nuevo un flotador económico e inyectar nuevos fondos para el fútbol modesto y otras federaciones. Una reunión mantenida el pasado sábado entre Irene Lozano, presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD), Luis Rubiales, primer dirigente de la Federación Española de Fútbol (FEF) y Javier Tebas, mandatario de LaLiga, tuvo como punto estrella el rescate económico que el fútbol profesional habrá de afrontar en los próximos meses. El principal acuerdo al que llegaron la secretaria de estado, el presidente federativo y el de la patronal fue el de una futura modificación del Real Decreto-ley/2015 que regula la venta centralizada de los derechos de retransmisión del fútbol. Esta será la herramienta utilizada para el rescate anunciado.

Según pudo saber EL PAÍS, el principio de acuerdo apunta a que en el próximo texto quedará reflejado que los clubes aportarán al CSD y a la FEF un 1% más de los 1.700 millones que obtienen de la comercialización de los citados derechos. LaLiga ya contribuía a las cuentas de una y otra institución con el 1% de sus ingresos por televisión, por lo que ambas pasarán de los 15,9 millones que perciben en la actualidad al doble, unos 32 millones. El pacto de la modificación del decreto, alcanzado por dos enemigos irreconciliables durante ocho horas de reunión en el palacio madrileño de Viana, era una vieja aspiración de Rubiales desde que Pedro Sánchez reemplazó a Mariano Rajoy en la presidencia del Gobierno.

Pese a las pérdidas que LaLiga ya padece por la pandemia, el mayor músculo financiero de esta acude al rescate del fútbol aficionado y del resto de deportes federados en medio de la merma económica que se avecina tanto para el CSD como para la FEF. Lozano es consciente de que el presupuesto para el deporte será recortado y Rubiales puede ver peligrar la disputa de la final de la Copa entre el Athletic y la Real a puerta abierta. Y también queda en duda la Supercopa en Arabia Saudí, el balón de oxígeno que ha permitido al presidente federativo cumplir con su promesa de aumentar las partidas de dinero destinadas al fútbol modesto.

A cambio del rescate, tanto Lozano como Rubiales se comprometieron a no entorpecer el regreso de los equipos profesionales a los entrenamientos, aunque siempre bajo los tiempos que marque Sanidad. LaLiga tiene previsto que los clubes recuperen su actividad preparatoria en el primer tercio de mayo para concluir los campeonatos de Primera y Segunda. La reanudación de las competiciones se prevé para primeros de junio.

Reforma en Segunda B

La reducción de equipos de la Segunda División B también fue abordada por la terna de dirigentes. Esta reforma de la categoría que es la antesala del fútbol profesional ya estuvo a punto de ser ejecutada por el expresidente Juan Luis Larrea en mayo de 2018 tras obtener el visto bueno en un congreso del fútbol aficionado celebrado en San Sebastián, pero con la llegada de Rubiales a la presidencia fue frenada en seco. La intención es crear una categoría más atractiva y más fuerte económicamente que sirva para rebajar el abismal escalón diferencial existente con la Segunda A. Presidentes de clubes de la categoría apuntaron a la creación de una especie de Segunda B Premium que también obligaría a la reestructuración de la Tercera División y las categorías regionales.

En un comunicado emitido por el CSD, también se anunció “un compromiso para crear un fondo de contingencia de 10 millones de euros —al que invitarán a participar a otras entidades como la Asociación de Futbolistas AFE— para ayudar a los deportistas más vulnerables”. También está previsto incluir en la modificación del decreto que los derechos de retransmisión de las competiciones de fútbol no profesionales sean explotados por la federación mediante su venta centralizada.

El sindicato de futbolistas, por su parte, valoró la tregua aparente entre Rubiales y Tebas. “En relación con la reunión del CSD celebrada el pasado sábado y el acuerdo sobre la vuelta a la competición y el fondo de ayuda, la Asociación de Futbolistas Españoles quiere manifestar que, a pesar de nuestra sorpresa por no haber sido convocados a dicho encuentro donde los futbolistas somos una parte fundamental de este deporte, AFE agradece el principio de acuerdo alcanzado y que por fin se hayan aparcado polémicas y peleas estériles entre instituciones que en nada benefician al fútbol español en la situación actual”.

El sindicato reiteró su “firme compromiso de colaboración” con el resto de instituciones en la búsqueda de soluciones a la situación actual. Ante una posible reanudación de las competiciones, la AFE ha mantenido durante las últimas semanas diversos encuentros con el resto de organismos deportivos, con los capitanes y capitanas de los clubes de las diferentes categorías del fútbol español, y ha iniciado una ronda de contactos con distintos grupos políticos, así como con especialistas sanitarios.

Un código de conducta

El acuerdo se produce en un contexto de máxima tensión por los conflictos entre la federación y LaLiga que han terminado por salpicar al Consejo Superior de Deportes. La imputación de Luis Rubiales y Andreu Camps, secretario general de la federación, por falsificación de documento público en su intento por aumentar el número de miembros natos de la asamblea federativa con derecho a voto en las próximas elecciones a la presidencia podría llevar a declarar a María José Rienda, predecesora en el cargo de Irene Lozano, y a funcionarios de alto rango que aún permanecen en el CSD.

La denuncia fue interpuesta por Paco Díez, presidente de la territorial madrileña y opositor a Rubiales, y forzó a que este último desistiera de incluirla en los puntos que debía aprobar la conflictiva comisión directiva del CSD celebrada el pasado 25 de febrero. La última a la que asistió Tebas, porque la semana pasada, cuando se conoció la imputación de los dos dirigentes federativos, adelantada por el diario ABC, Lozano no renovó al presidente de la patronal como miembro de la comisión directiva del CSD. De fondo también emerge el conflicto desatado por la federación al designar los clubes que jugarán la Champions y la Liga Europa si la UEFA solicitara la lista antes de que la Liga se reanude o concluya.

Ambos bandos, los de Rubiales y Tebas, tienen suficiente munición como para judicializar los conflictos de intereses que enfrentan a la federación y a LaLiga y también los personales que alimentan la guerra sin cuartel entre los dos dirigentes. La tregua actual, aliñada con un código de conducta, ha frenado por el momento el chascarrillo cinematográfico que al respecto circula desde hace tiempo en los mentideros futbolísticos y que elude a la película Los Inmortales: “Solo puede quedar uno”.

Ahora incluso han incluido en el pacto el compromiso de colaboración: “Trabajar conjuntamente y de forma coordinada en el exterior, para contribuir a la reputación de España y al fortalecimiento de nuestra imagen como país de deporte seguro. En este contexto cobra especial importancia la candidatura ibérica al Mundial de fútbol 2030, evento al que el Gobierno prestará todo su apoyo entendiendo que el entendimiento en el fútbol resulta imprescindible para las posibilidades de nuestro país”, según el comunicado del CSD.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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