Peter Lim elige a Javi Gracia

El empresario singapurense Peter Lim, propietario del Valencia CF, ha pegado un nuevo cromo en su álbum de entrenadores: Javi Gracia. El octavo desde que se hizo cargo del club de Mestalla en 2014. Tras Pizzi, Nuno, Neville, Ayestarán, Prandelli, Marcelino y Celades —más las cuatro interinidades de Voro—, llega la hora del navarro.

Javi Gracia (Pamplona, 1970) firma, como es costumbre en el Valencia desde la compra del club por parte de Meriton, por dos temporadas. El navarro estaba en el paro desde que fue despedido por el Watford en septiembre de 2019 tras temporada y media de servicio. Al frente de los hornets, desde enero de 2018 a septiembre de 2019, Gracia consiguió 25 victorias, 12 empates y 29 derrotas en 66 partidos, con 87 goles a favor y 103 en contra. Su mayor gesta fue llevar al modesto Watford a la final de la FA Cup que perdió ante el Manchester City de Pep Guardiola por 6-0. En Vicarage Road no olvidarán que fue el entrenador que los llevó a la segunda final de la historia y que los salvó del descenso de manera holgada en la temporada 2018-19. Su despido, contra pronóstico, llegó tras el mal arranque de este curso. Tras las cuatro primeras jornadas de liga, el presidente del club, Scott Duxbury, anunció su destitución. El Watford era colista entonces con tres derrotas y un empate. Su sustituto fue Quique Sánchez Flores, que también fue despedido meses después. Los hornets descendieron ayer a Championship.

Apuesta de Corona

Antes de llegar a la Premier, el camino del preparador de Pamplona pasó por Pontevedra, Cádiz, Villarreal B, Olympiakos, AOK PAE Kerkira (segunda división griega), Almería, Osasuna y Rubin Kazan. Formado en Lezama, como futbolista, Gracia jugó en Lleida, Valladolid, Real Sociedad, Villarreal y Córdoba, donde colgó las botas.

Javi Gracia llega al Valencia con la bendición de Peter Lim y del agente Jorge Mendes. Su nombre lo sugirió su amigo Miguel Ángel Corona, miembro de la secretaría técnica desde enero cuando entró junto a César Sánchez, que recientemente presentó su dimisión. Gracia dirigió a Corona en el Almería en la 2012-13. En Paterna coincidirá con Ibán Andrés, también miembro de la secretaría técnica blanquinegra, que fue su segundo en Almería, Málaga y Rubin Kazan.

El viernes 17 de julio Gracia cenó con Corona y con el presidente del club, Anil Murthy, para fijar los términos de su contrato. Desde entonces, y tras valorar otras opciones, Lim ha validado económicamente la operación y sus empleados han cerrado el acuerdo.

En la carrera por acceder al banquillo del murciélago, Gracia se ha impuesto a técnicos como José Bordalás, al que ha penalizado la disputa de la Europa League con el Getafe en agosto, y Leonardo Jardim, por el que Mendes, su agente, no ha hecho, curiosamente, mucha fuerza. Hasta Singapur han llegado ofrecimientos de un puñado de entrenadores como Rubén Baraja, al que su representante García Quilón ha tratado de colocar con mucho empeño en Mestalla.

Gracia será cabeza del séptimo proyecto del singapurense en Mestalla. Tendrá que levantar un equipo que será sometido en los próximos días a una gran reforma si el mercado lo permite. Con Garay ya fuera, el club pretende vender a pesos pesados como Parejo, Rodrigo, Coquelin o Kondogbia. El pujante Ferran Torres, uno de los jugadores jóvenes revelación de LaLiga, está muy cerca del Manchester City y hasta Guedes, el futbolista franquicia de Lim, saldrá si la oferta es buena.

Todos en venta

Hoy, cualquier jugador del Valencia es susceptible de salir traspasado. El club, sin los 60 millones de la Champions, tiene que vender por valor de 100 millones de euros este verano. El coste de plantilla, de 160 millones de euros actualmente, se va a reducir en un 20% y tampoco se esperan grandes fichajes.

El derrumbe de la última temporada deja a Gracia, además, en medio de un escenario en ruinas y sin competición europea. Desde que Lim se convirtió en el máximo accionista de la entidad, el equipo, habitual en competición europea cada año, ha estado tres veces en Liga de Campeones y se ha quedado en casa otras tantas veces.