Davidovich cae, pero se lleva oro
El malagueño, que se estrenaba en los octavos de un grande, choca con la cruda realidad de Zverev (6-2, 6-2 y 6-1, en 1h 34m), aunque firma un prometedor despegue en el primer nivel: “Me voy contento”
Chico atrevido, a Alejandro Davidovich le basta muy poco para entrar al juego, al enredo, y otro tenista al que le gusta gamberrear como Alexander Zverev, también joven pero bastante más curtido en las alturas del circuito, le lanzó el anzuelo cuando estaba a punto de cerrar el segundo parcial. El alemán, con esa desidia tan característica, le tiró una derecha cortada y el malagueño, que se estrenaba en los octavos de un grande, quiso juguetear y rizó el rizo un poco más. Tú provoca, que yo te lío. Le correspondió con una dejada y obtuvo una réplica aún más contundente: Zverev llegó a tiempo a la red, encontró el ángulo más complicado y en su intento por cazar la bola, el español se estiró lo que pudo, se lastimó el tendón de Aquiles derecho y firmó su sentencia definitiva.
Había partido por delante, pero ni antes ni después hubo color. 6-2, 6-2 y 6-1 (en 1h 34m) para Sascha.
Era la primera presencia de Davidovich (21 años) en un partido de tanta envergadura, y ante un rival que a su corta edad (23) ya presume de cierta magnitud. Y lo pagó el andaluz, que tiene proyección y golpes para imaginar un futuro más que interesante, pero al que todavía le quedan horas de vuelo para poder abordar de tú a tú a tenistas como Zverev. No obstante, se marcha más que satisfecho de la burbuja neoyorquina, donde ha demostrado y se ha demostrado que tiene el nivel, y que ahí hay tenista. Y de los buenos. Escala virtualmente al 70º de la lista mundial y poco a poco va aprendiendo a corregir la intermitencia para ganar consistencia.
“Ha sido un partido bastante duro. He intentado poco a poco construir mi juego, pero en los momentos importantes siempre aparecía. La verdad es que estoy muy contento del nivel que he ofrecido”, expuso en la conversación a distancia con los periodistas españoles. “Me llevo muchas experiencias, un partido a cinco sets y otros dos a cuatro; sabía que tenía buen físico, pero la verdad es que he aguantado bastante bien y me voy con esa sensación. obviamente, tengo que mejorar en todo, pero creo que voy por el buen camino y he crecido mentalmente”, valoró el español.
Davidovich, al que le gusta ir de frente y está aprendiendo a contemporizar para no desengancharse de los partidos, llegó media hora tarde al pulso. Comenzó fallando mucho, hasta 12 errores había cometido cuando todavía no habían transcurrido ni quince minutos. En ese pequeño margen ya había concedido dos breaks, y Zverev se le vino encima en tromba. En poco más ya había atado el primer set y a Davidovich le sonó el despertador, pero de poco le sirvió al malagueño la rotura nada más arrancar el segundo. El siete del mundo contragolpeó y le endosó una serie de seis juegos. Y acto seguido, llegó la acción. Dejada, contradejada y ese estirón que requirió de la intervención del médico.
“El tendón se me ha fastidiado un poco, aunque seguramente no sea nada”, explicó, agregando que no piensa demasiado en el ranking, sino en subir peldaño a peldaño. “Hace tres años ya tuve la presión después de ganar en Wimbledon [júnior] y la noté mucho. Lo gestioné muy mal. Ahora acabo de perder, pero estoy bastante contento de mi progreso y esto me servirá de mucho”, selló Davidovich.
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