Kaspárov tumba a Firouzja, empata con Carlsen y cae ante Svídler en una 1ª jornada de gran tensión

Un talento inmenso que morirá con él y la experiencia de sus 57 años sirvieron para que Gari Kaspárov ganase al prodigioso iraní Alireza Firouzja, de 17, en la 1ª ronda y arrancase medio punto al actual campeón, el noruego Magnus Carlsen, en la 2ª. Pero la biología le pasó su factura en la 3ª, cuando cayó ante el octacampeón de Rusia, Péter Svídler. El escandinavo lidera junto al sorprendente estadounidense Leinier Domínguez a falta de seis rondas en el torneo rápido por internet 9XL, que se disputa bajo la modalidad 960 (la posición de las piezas se sortea antes de cada partida).

“Mi partida contra Kaspárov ha sido muy mala. Tenía una posición muy superior cuando me hecho un gran lío y he perdido gran parte de mi ventaja. De todos modos, debo reconocer que la defensa de Kaspárov ha sido muy tenaz”, reconoció Carlsen al final, mucho más sereno que cuando mostró su enorme enfado tras empatar con Kaspárov.

La jornada empezó con el sorteo de posiciones para la primera ronda. Y Kaspárov se enojó mucho unos minutos después: por alguna razón que los comentaristas oficiales del Club de Ajedrez de San Luis (EEUU) no aclararon, recibió en su pantalla una posición equivocada, lo que le hizo perder un tiempo precioso (cada jugador tiene derecho a pensar sobre la posición sin que corra el reloj y sin recurrir a computadoras ni teléfonos móviles en los minutos previos a la partida). Y su rival era nada menos que la nueva estrella, Firouzja, 40 años más joven que el ruso; empezar con una derrota ante él sería un golpe psicológico muy duro para el excampeón.

Quizá todo ello influyó en que Kaspárov estuviera peor cuando empezó el medio juego. Pero sus abundantes recursos de veterano provocaron que el persa se hiciera un lío y cayera en una trampa posicional hábilmente urdida por su veterano rival, que logró imponerse, con negras. Era justo lo que necesitaba para enfrentarse con blancas a Carlsen en la segunda ronda. La otra noticia importante de la ronda inaugural fue la victoria de Leinier sobre el segundo gran favorito, su reciente compatriota Hikaru Nakamura. Carlsen y el también estadounidense Wesley So cumplieron el pronóstico con sendas victorias sobre el francés Maxime Vachier-Lagrave y Svídler, respectivamente, mientras terminaba en tablas el duelo entre el armenio Levón Aronián y el cuarto estadounidense, Fabiano Caruana.

Nada más empezar la pelea con Carlsen que millones de aficionados anhelaban, Kaspárov tomó una decisión extraña, contraria a su temperamento guerrero y al estilo que exhibió durante casi toda su carrera (luego explicó que sufrió una especie de cortocircuito mental durante la apertura): ofreció el cambio de damas en el séptimo lance, a pesar de que es una verdad universalmente asumida -Anatoli Kárpov la certificó hace un mes- que las probabilidades de que el noruego se equivoque son mayores en posiciones muy complicadas. En consecuencia, Carlsen logró una muy cómoda, ligeramente ventajosa, muy apropiada para exprimir al excampeón como ha hecho con tantos otros, y además con siete minutos de ventaja (once contra cuatro).

Todo indicaba que el resto iba a ser un paseo militar para el actual campeón del mundo. Salvando las enormes distancias, la situación recordaba a lo acontecido en la famosa sexta partida del duelo contra el programa Deep Blue (IBM) en 1997): lo correcto es afirmar que perdió Kaspárov, no que ganó Deep Blue. Tal vez un exceso de motivación o de miedo al escandinavo -esto sería muy raro en Kaspárov- hizo que el ruso rindiera claramente por debajo de su nivel, incluso si tenemos en cuenta su edad.

Sin embargo, la lucha tomó un rumbo distinto cuando parecía sentenciada. De pronto, se vio que Carlsen movía su cabeza en señal de incredulidad, y tenía motivos para ello: su última jugada había evaporado gran parte de la ventaja, cuando tenía la victoria muy cerca. Kaspárov se transfiguró entonces en aquel adolescente que activaba sus piezas a cualquier precio y, en un apasionante y electrizante final de torres -con menos de un minuto en el reloj para ambos-, el veterano excampeón arrancó un empate de oro al actual rey del ajedrez. “Creo que he logrado poner muy nervioso a Magnus en el final de torres, y quizá ahí esté la clave”, comentó unos minutos después de firmar el empate.

De modo que Kaspárov seguía en el grupo de cabeza tras dos rondas, porque en las otras partidas solo hubo una victoria, la de Caruana sobre Vachier-Lagrave; los duelos Nakamura-Aronián, So-Leinier y Firouzja-Svídler terminaron en tablas.

Pero tanto esfuerzo y tensión pasaron factura a Kaspárov en la tercera y última ronda del día, ante Svídler, quien se limitó a aprovechar de manera implacable las imprecisiones de su compatriota e ídolo. Kaspárov, cuyos rivales del sábado serán Caruana, Leinier y Nakamura, no hizo declaraciones tras su derrota.

En esa ronda, Carlsen tumbó a Caruana en una gran partida tras salir peor de la apertura. Leinier ganó a Firouzja para compartir el liderazgo con el noruego. Vachier-Lagrave reconfirmó su mala forma durante toda la pandemia con una tercera derrota consecutiva, ante Nakamura. Aronián y So decepcionaron, firmando tablas tras solo 14 movimientos.

Clasificación (tras la 3ª ronda de las 9 previstas): 1º-2º Carlsen y Leinier 2,5 puntos; 3º So 2; 4º-8º Caruana, Kaspárov, Aronián, Nakamura y Svídler 1,5; 9º Firouzja 0,5; 10º Vachier-Lagrave 0.