El exfutbolista Eusebio Sacristán permanece estable y en coma inducido tras ser operado este jueves

El exfutbolista Eusebio Sacristán (La Seca, Valladolid, 56 años) se encuentra estable y en coma inducido después de ser operado este jueves tras sufrir un traumatismo craneoencefálico severo en la noche del miércoles. El también entrenador sufrió una caída y un fuerte impacto en la cabeza que provocó su ingreso hospitalario y posterior intervención médico para aliviar la presión de un coágulo en la cabeza. Eusebio está en la UCI y las próximas horas marcarán su evolución, según ha informado la Fundación Eusebio Sacristán.

Esta entidad ha comunicado también el agradecimiento de los familiares del vallisoletano hacia las numerosas muestras de cariño y apoyo que han recibido desde que se produjo el accidente. La operación se llevó a cabo en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid.

Tanto los equipos en los que formó parte como los aficionados y la familia futbolística han remitido su respaldo a Eusebio, considerado uno de los mejores jugadores de la historia del Real Valladolid. Él formaba parte de aquella plantilla pucelana que alzó el único título que hasta el momento guardan las vitrinas de Zorrilla: la Copa de la Liga conseguida en 1984. El de La Seca disputó 658 encuentros como profesional y empezó en Valladolid su carrera profesional en 1983, para concluirla también allí, como capitán, en 2002. Sacristán perteneció también al Atlético de Madrid (1987/1988), al Barcelona (1998/1995) y al Celta (1995/1997) y fue internacional absoluto en 15 ocasiones.

Su mayor rendimiento lo ofreció en el Camp Nou, pues como azulgrana ganó una Champions League, cuatro Ligas, una Copa del Rey, tres Supercopas de España, una Supercopa de Europa y una Recopa en aquel Dream Team comandado por el mito Johan Cruyff.

El buen recuerdo durante su carrera en activo en Barcelona le sirvió para comenzar en la entidad culé sus primeros andares como técnico. Eusebio fue asistente del holandés Frank Rijkaard y ocupó varios cargos en equipos filiales antes de tomar el timón de otro exconjunto, el Celta de Vigo en 2009. En 2011 regresó a la ciudad Condal para ocuparse del FC Barcelona B y después pasó a ocupar el banquillo de la Real Sociedad, su primera experiencia en Primera División. Su último proyecto como entrenador se lo brindó el Girona, si bien el vallisoletano no logró la permanencia y abandonó el club. Actualmente se encontraba trabajando en la fundación que lleva su nombre.