Serena Williams: de Tom Brady a Florence Griffith

“¡Tengo que irme, tengo que irme! ¡Estás tomándote demasiado tiempo! Quiero terminar para ver el resto del partido… Somos americanos, ¡así que amamos la Super Bowl!”.

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Serena Williams acaba de resolver su estreno en este Open de Australia en 56 minutos, con un doble 6-1 ante Laura Siegemund, e invita al entrevistador a abreviar porque tiene prisa por regresar a sus dependencias australianas para ver con los suyos el desenlace final del gran acontecimiento deportivo del año en los Estados Unidos; sobre todo, la exhibición de facultades de su amigo Tom Brady, al que conoció hace cinco años en un encuentro en el que la tenista parecía una fan más del quarterback y no la heroína que le mira de tú a tú en el escalafón histórico de los tótems deportivos de su país.

“Él es de mi grupo de edad… así que es emocionante”, dice después de haber cerrado en un abrir y cerrar de ojos su puesta de largo en un torneo que la vio debutar en 1998 —un curso más tarde que su hermana Venus, un año mayor— y donde suma ya 100 partidos. Siegemund se llevó el primer juego, pero el resto fue coser y cantar para la gran campeona moderna de la raqueta, quien a sus 39 años persiste sin remisión en un objetivo que está a un solo paso, pero que cada día que pasa parece más lejano. ¿Será esta la ocasión de alcanzar los 24 grandes de la australiana de Margaret Court, después de haber fallado en dos finales de Wimbledon y otras dos del US Open tras haber ganado su último major, precisamente en Australia, cuatro ediciones atrás?

“Eso está en mi mente, y creo que es bueno que tenga ese objetivo constantemente en mi cabeza. Estoy tranquila, no siento la presión”, comentaba unos días antes, cuando una dolencia en el hombro derecho había hecho saltar las alarmas; nada nuevo, en realidad, porque su cuerpo cada vez le pide más tregua y las lesiones se han convertido en una constante desde que retornó a las pistas tras ser madre primeriza, en septiembre de 2017. La propia Serena reconocía a su llegada a Australia que, de haberse disputado antes el torneo no hubiera podido jugarlo, puesto que aún renqueaba de la lesión en el talón de Aquiles que le hizo desistir en octubre en Roland Garros.

“No había podido entrenar, así que fue una bendición que se retrasara esas tres semanas. A mi edad no puedo forzar nada. Ahora espero que el hombro no me afecte durante las dos próximas semanas”, confía mientras Brady, de 43 años, está a punto de triunfar con los Bucaneers y lograr su séptimo campeonato de la NFL. “Él es un campeón, una inspiración”, le describe. De GOAT a GOAT (Great Of All Times). ¿Quién es el mejor deportista de la historia de EE UU? Arden las redes: Jordan, Biles, Phelps, Von, Woods, Ledecky, Lewis, Ali. Serena o Brady, tal vez. Mientras tanto, ella, que está acompañada en Melbourne por su séquito más cercano —es una de las condiciones que impuso a la organización para participar, además de alojarse en la confortable burbuja de Adelaida—, sigue pensando en Court y en la obsesión frustrada de lograr el 24.

De su cuello cuelga una chapa con el emblema Queen, porque se diga lo que se diga ella proclama, se repite, que es la reina. Encuentra un espejo en Brady, y también ha querido hacer un guiño con su vestimenta a Florence Griffith Joyner, la velocista que batió ganó tres oros y una plata en Seúl 88 y que pulverizó las marcas de los 100 y los 200m, inflada de anabolizantes. “Flo-Jo También me inspiró”, recuerda. “Fue una atleta maravillosa, increíble. Veía su estilo, que siempre cambiaba, y cuando pensábamos qué hacer para este año, el equipo de Nike —la firma que la patrocina desde los inicios de su carrera— pensó en este diseño. Y yo pensé: ‘Oh, Dios mío, es tan brillante…”.

VENCEN CARREÑO Y MARTÍNEZ, CAE RAMOS

El miércoles, Serena se las verá con la serbia Nina Stojanovic (6-3 y 6-4 a Irina-Camelia Begu) y su hermana Venus (40 años) también figurará en el programa de la segunda ronda, ya que derrotó a la belga Kirsten Flipkens (7-5 y 6-2) en una velada, en horario español, que despidió a la campeona de 2016, Angelique Kerber (6-0 y 6-4 para Bernarda Pera), y al décimo cabeza de serie del torneo, el francés Gael Monfils (3-6, 6-4, 7-5, 3-6 y 6-3 con Emil Rusuuvuori).

 

Desfiló por la Rod Laver Arena el número uno masculino, Novak Djokovic. El serbio, muy entonado en la sesión nocturna, se deshizo sin ningún tipo de enredo del francés Jéremy Chardy (6-3, 6-1 y 6-2) y se enfrentará a Frances Tiafoe (7-6, 6-2 y 6-2 a Stefano Travaglia). Otro aspirante al cetro, Dominic Thiem, también avanzó sin sustos: 7-6(2), 6-2 y 6-3 a Mikhail Kukushkin, para citarse con Dominik Koepfer. Y progresó en la misma línea la japonesa Naomi Osaka: 6-1 y 6-2 a Anastasia Pavlyuchenkova.

 

En clave española, el valenciano Pedro Martínez batió por 6-7(3), 6-1, 6-1 y 6-1 al japonés Yoshihito Nishioka y Albert Ramos cayó contra el estadounidense Taylor Fritz por 7-6(6), 3-6, 6-2 y 7-5. También intervieno el asturiano Pablo Carreño, que se impuso a Kei Nishikori por 7-5, 7-6(4) y 6-2. La próxima madrugada entrarán en escena once representantes nacionales.

Open de Australia: resultados (lunes 8) y orden de juego (martes 9).