Athletic y Villarreal se reparten los puntos bajo la lluvia
Berenguer iguala el tanto inicial de Gerard Moreno en San Mamés y el encuentro termina en tablas
Parecía que el de San Mamés iba a ser un partido de café cargado, un ristretto de los que dejan dos noches sin dormir, pero con tanta agua que cayó sobre Bilbao desde media tarde, acabó convirtiéndose en un café americano, largo y suave. Empataron a méritos los dos equipos y repitieron el marcador de la primera vuelta.
Mientras en el palco se repartían las sonrisas después de la aprobación de los presupuestos a la segunda, a pesar de la censura a la actuación de la directiva, en el campo hubo momentos de ceños fruncidos en la primera parte, cuando al Athletic no le salía nada y al Villarreal todo. Eso todo y ese nada eran relativos, claro, porque el nada del Athletic y el todo del Villarreal eran prácticamente lo mismo. Una ocasión de gol le bastó al equipo de Emery, sepultado en la grada por su sanción, para adelantarse en el marcador después de un eslalon de Pedraza, el segundo, que aprovechó Gerard, siempre oportuno, tras el rebote. El Athletic había tirado más sobre la portería de Asenjo, pero sin demasiado fuste, pero penaba sobre el césped con un Villarreal que tapaba huecos y veía el partido desde el sofá, sin tomar riesgos.
Claro que al Athletic no se le puede dar demasiada cuerda, porque puede estar torpe y desacertado, pero no ceja, y cuando el descanso llamaba a las puertas, Yuri metió un balón horizontal al área pequeña, Williams tocó en dirección a la portería y apareció por allí Berenguer para marcar su tercer gol en dos jornadas, y convertirse en el máximo e inesperado goleador de los bilbaínos.
Tomó la iniciativa el Athletic tras la pausa, confiado el Villarreal en alguna contra letal, pero a los amarillos les pesaban las piernas después del jueves europeo. Podía llegar, pero más por torpezas ajenas que méritos propios. Cargó la cafetera el equipo bilbaíno, una buena decisión en noche tan inhóspita y apretujó a su rival en las inmediaciones de su área, con las bandas más operativas que al principio.
Generó sensación de peligro y obligó a Asenjo en un remate cruzado de Berenguer y otro de cabeza de Williams desde cerca. Con Muniain más activo ganó peso el Athletic, pero se defendió bien el Villarreal, que con los cambios en los minutos finales se refrescó y se permitió el lujo de apretar algo más, no demasiado, para al menos sacudirse el dominio. No le dio para más.
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