Griezmann, más amigo que goleador

El Dream Team de Johan Cruyff reía con Julio Salinas, al Barça de Pep Guardiola lo alegraba Dani Alves y el equipo de Ronald Koeman cuenta con Antoine Griezmann (Mâcon, Francia; 30 años). “Es como Alves, siempre está de buen rollo, hace bromas, genera complicidad entre los distintos grupos. Es una persona que suma en la convivencia de un vestuario”, cuenta un empleado del Barcelona. Criado bajo el mando de Xabi Prieto en la Real Sociedad, el delantero es cercano a los jóvenes. “Pasa mucho tiempo en el grupo de los franceses, pero es normal verlo conversar con Araujo, Riqui o Ansu. Los ha ayudado mucho en su integración”, añaden las mismas fuentes. Superada la hostilidad inicial con Messi —gracias a la buena relación de sus parejas, antes del confinamiento era habitual que compartieran cenas en familia—, Griezmann es el amigo perfecto del vestuario. Da la cara cuando nadie quiere hablar tras los partidos y hasta les regaló un bolso Louis Vuitton (marca que le patrocina) a cada uno de sus compañeros en navidades.

El problema de Griezmann no está en el camerino sino en el campo. El delantero suma 14 goles en los 42 partidos que ha disputado esta temporada. Una media de 0,33 por encuentro. A sus estadísticas, hay que sumarle también 11 asistencias. Y es el segundo máximo artillero del Barcelona, detrás de Messi (29). Pero Griezmann no termina de arrancar. Superada la temporada de transición —”en un año y medio en el Barça tuve a tres entrenadores”, se defendió el pasado noviembre en una entrevista con Jorge Valdano—, el exjugador del Atlético no justifica los 120 millones de euros de su cláusula, más 15 millones por un derecho de tanteo por Saúl y Giménez, ni ha estado cerca de borrar el vacío que dejó Neymar. En los dos clásicos de la temporada, por ejemplo, comenzó los partidos en el banquillo.

El fichaje de Griezmann fue una apuesta del expresidente Josep Maria Bartomeu. El directivo se había empecinado a fichar al francés a pesar de que no era la prioridad de la dirección deportiva, mucho menos el favorito del vestuario. La nueva junta de Joan Laporta no quiere saber nada con Griezmann. “Nunca rindió como se le esperaba a un jugador que costó 120 millones. Además, en la posición en la que mejor rinde Griezmann nosotros ya teníamos al mejor jugador de la historia”, explica un directivo. El Barça, sin embargo, todavía no sabe qué será de la vida de Messi después del 30 de junio. Por ahora, muchos besos y abrazos entre el capitán y Laporta, pero el futuro del 10 sigue en el aire. “Si Leo se queda, deberíamos traspasar a Antoine”, aseguran desde la Ciudad Deportiva.

No será, en cualquier caso, una operación sencilla. El francés figura segundo en el escalafón salarial del Barcelona con un salario cercano a los 18 millones netos por temporada. Un sueldo asequible a muy pocos clubes en Europa. El segundo problema es la amortización pendiente de su fichaje: al finalizar el curso, al Barça le quedarán por amortizar 72 millones. Es decir, que si no quieren perder sumar más perdidas al ejercicio deberían traspasar al francés por una cantidad superior a lo que resta por amortizar.

En el presupuesto para el curso 2020-2021 que dejó la junta de Bartomeu, se planeaban traspasos por 88 millones de euros para cuadrar las cuentas. Si no quieren desprenderse de los jóvenes talentos, el club azulgrana deberá mirar a los jugadores con mercado como Coutinho, Dembélé y Griezmann. “Será un mercado complicado, como también lo fue el anterior. Lo positivo es que ya hay luz al final de túnel y que hay dos grandes escaparates como la Copa América y la Eurocopa”, aseguran desde el área deportiva. El Barça quiere poner a Griezmann en el mercado. En el entorno del francés, sin embargo, no quieren saber nada de moverse de Barcelona: “Tiene contrato. Tranquilidad absoluta”.

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