De final en final hasta el Mundial de Qatar
La falta de contundencia defensiva a la hora de hacer faltas tácticas, las pérdidas y un ataque previsible lastran a España, condenada ahora a un camino tortuoso para lograr el billete mundialista
El final del encuentro en el estadio Friends Arena dejó imágenes reveladoras del sofocón que supuso la derrota de España ante Suecia (2-1). Sobre la hierba, el presidente federativo, Luis Rubiales, y el director deportivo, José Francisco Molina, enfilaban el túnel de vestuarios dialogando. Sus rostros denotaban preocupación. Minutos antes, Luis Enrique soportó los improperios que le dedicó un aficionado que se dirigió a él en español. Según la prensa sueca, el preparador asturiano respondió con una peineta. Empleados de la federación que se encontraba junto al seleccionador aseguran no haber visto gesto alguno hacia la grada, pero sí advirtieron que al técnico le pareció demasiado tener que aguantar reproches tras el traspié que ha complicado sobremanera la primera plaza del grupo que otorga el acceso directo al Mundial de Qatar 2022.
El lema final a final ya ha sido acuñado en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, en referencia a los cuatro partidos de la fase de grupos que restan. España necesita ganar todos los encuentros y esperar como mínimo un empate y una derrota de Suecia para luego poder jugar con la diferencia de goles, los tantos a favor o los resultados obtenidos en los enfrentamientos directos con los escandinavos. El término final a final también es válido para la repesca, en la que se necesita ganar una semifinal y una final, ambas a partido único, para obtener el billete a Qatar. La idea de no participar en un Mundial por primera vez desde 1974 es sobrecogedora.
Ayer, la sensación entre algunos de los internacionales es que Suecia empezó a ganar el partido desde su mejor forma física para interpretar el plan de Janne Andersson de repliegue intensivo, no tan atrás como en el duelo de la Eurocopa en Sevilla (0-0), y de salida al contragolpe. El seleccionador sueco interpretó que España no pudo superar ni su planteamiento ni el haber recibido el gol del empate solo 11 segundos después de que Carlos Soler marcara. “Les ganamos muchos balones y les amenazamos más que en Sevilla. Hubo un par de cosas que salieron bien y nos hicieron crecer”, analizó Andersson.
Después de una buena primera media hora, España no pudo mantener el ritmo y sucumbió al empuje de los suecos. Sin el fuelle del arranque, al ideario de Luis Enrique se le vieron las costuras. Un plan de juego tan atrevido necesita de futbolistas en plenitud y a algunos de los internacionales españoles se les apreció que aún no estaban a punto para responder a las exigencias de una selección tan física y veloz como Suecia. “Hemos concedido más transiciones que en los últimos 10 partidos juntos”, se lamentó el seleccionador español en la sala de prensa del Friends Arena. “Es evidente que contra un rival de este perfil, si perdemos los duelos y no somos capaces de cortar las transiciones, alguna por mal posicionamiento, lo pagas”, abundó Luis Enrique. El análisis interno de los técnicos admite que no se hicieron faltas tácticas para cortar los contragolpes cuando hubo ocasiones para ellos. En total, España solo registró seis faltas, peo también es cierto que los dos tantos de Suecia no fueron al contragolpe. El primero fue un error en el control del balón entre Soler y Busquets y el segundo se forjó en la continuación de un saque de esquina a favor de los suecos.
En sus reflexiones, el preparador asturiano también señaló errores individuales en el segundo gol de Suecia y de los jugadores del centro del campo y de los defensores en las disputas. “Perdimos demasiados duelos y hay cosas que los entrenadores no podemos controlar y que son cualidad de los jugadores, pero no solo de los defensas, también de los medios”, insistió el técnico. Eric García y Laporte sufrieron con la velocidad de Isak y Kulusevski.
Gerard Moreno, baja
En ataque, cerrados los pasillos interiores, España fue forzada a un sinfín de centros al área, la mayoría interceptados por la defensa local. Hasta 40 realizaron los internacionales españoles. Solo contra Inglaterra (2-3) en el Benito Villamarín, en octubre de 2018, España trató de llegar al gol con más centros al área (45) bajo las órdenes de Luis Enrique. Con todo, el técnico no consideró que el equipo atacara mal. “No es un partido malo para mí en cuanto a posicionamiento en términos de ataque y situaciones que hemos generado”, reflexionó el seleccionador español. De ese torrente de centros al área, Morata y Ferran solo remataron uno y Gerard Moreno ninguno. Este dejó este viernes la concentración por molestias musculares y no será reemplazado. Los tres delanteros se frustraron viendo cómo los pases no les llegaban cuando se encontraban en posición de remate. Con el transcurrir de los minutos, España volvió a ser una selección previsible, con exceso de pases al pie. Terminó por fiar casi todas sus acciones a la velocidad y al desborde de Adama Traoré, que entró en el segundo tiempo.
Las pérdidas de balones propiciaron contragolpes francos para los suecos. Ni los centrocampistas estuvieron finos en el pase cuando el cansancio les pasó factura, ni los defensas fueron contundentes. Busquets, que comandó el buen arranque español, terminó por perder 10 balones, uno de sus peores registros con Luis Enrique como seleccionador. Lo mismo sucedió con Koke, que contabilizó nueve pérdidas. Sin contundencia defensiva, con menos seguridad en el balón y sin un repertorio variado en ataque, la derrota en Solna obliga a España a ir de final en final hasta Qatar.
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