Nadal es el rey de la agonía
El campeón de 20 grandes, superado solo por Borg en duelos a cinco sets, encara a Berrettini en las semifinales tras escapar a una situación límite contra Shapovalov
Parafraseando a Alfredo di Stéfano, en esa frase que medio siglo después popularizó Luis Aragonés y su “ganar, ganar, ganar y volver a ganar”, la vida deportiva de Rafael Nadal se traduce en un bucle similar porque para el balear, resiliencia pura, el tenis y los partidos consisten en volver, volver, volver y volver a volver. En el duelo de cuartos de final, la enésima muestra. Inmerso en una situación límite, disminuido físicamente debido a un golpe de calor que le impedía respirar bien y con el rival reenganchado e igualando dos sets adversos, el español se rehízo y sorteó un cepo que hubiera atrapado a la mayoría. Cuando su estómago se retorcía y Denis Shapovalov exprimía sus posibilidades, ingirió una pastilla sanadora, reformuló su servicio y después de cuatro horas (4h 08m) logró el aterrizaje en las semifinales del grande australiano: 6-3, 6-4, 4-6, 3-6 y 6-3. Es decir, Nadal volvió a dejarlo claro: a épica no le gana nadie.
“Lo que he tenido ha sido un golpe de calor en toda regla. Se me ha cerrado el estómago y no tenía buenas sensaciones a nivel de respiración. Los niveles de energía han ido bajando y ha sido mucho más complicado. Tenía malas sensaciones y no podía luchar los juegos al resto como quería hacerlo”, explicó. “Cada juego que ganaba con mi servicio era una victoria, confiando en que en algún momento iba a tener una oportunidad. He terminado sacando bien y economizando, y jugando de una forma un poco arriesgada porque debía hacerlo. He jugado del modo más inteligente posible”, continuó, previa sentencia: “Ha sido un ejercicio de supervivencia, de resistencia tanto mental como física. He intentado mantenerme vivo, de alguna manera, y al final se ha sacado adelante un partido que parecía imposible”.
Sobrevivió Nadal, una vez más. Hasta el contratiempo estomacal, que empezó a notar al final del segundo set y dejó ver cuando ya no podía más y solicitó la asistencia médica, transcurridas tres horas y 4-1 por debajo en el cuarto, el mallorquín había firmado un partido impecable. Sólido con el servicio, afilado con el drive y definitivo en los tiros, su cuerpo fue pagando la incidencia del sol australiano y finalmente reclamó una tregua. Entretanto, el canadiense Shapovalov (22 años), hasta entonces muy dócil y extremadamente frágil en los peloteos, fue recuperando terreno hasta plantear un escenario a cara o cruz. Sin embargo, de nada le sirvió. En la intersección del duelo, el campeón de 20 grandes se lo llevó por delante. Poco importó que registrase más dobles faltas (11) que nunca; hasta ahora, el máximo eran 8.
“Honestamente, estaba destrozado físicamente. Era un día muy caluroso [30 grados, 50% de humedad], las condiciones eran brutales. En el vestuario me han mirado la tensión y las constantes vitales, y me he quedado más tranquilo”, expuso Nadal ante los periodistas. “Por suerte, el saque me funcionó en el quinto set y me dio la victoria”, valoró, sin saber todavía que chocará en la penúltima ronda con Berrettini, el primer italiano que alcanza dicha cota en Melbourne. Lo hará con un buen chute anímico: “Estos partidos me ayudan, me dicen que no se me ha olvidado jugar al tenis después de tanto tiempo. Estoy súper contento de haber conseguido una victoria bajo estas circunstancias y de verme competitivo ante un rival así. Estoy disfrutando de cada momento y de cada día aquí”.
“Los ‘top’ no tenemos ventajas”
Nadal salió vivo de un pulso en el que pasaron muchas cosas y que dejará para el recuerdo una frase. “You guys are all corrupt!” (“¡Sois todos unos corruptos!”), les recriminó a él y al juez Carlos Bernardes el canadiense, al entender que el español se dilataba en exceso entre punto y punto y también en la visita al vestuario para cambiarse de ropa. “Le respeto, pero debe haber ciertos límites”, denunció en la sala de conferencias Shapovalov.
“No solo juegas contra él, también contra el árbitro. Me he equivocado con lo que he dicho, pero no es justo que se salga con la suya. No es lógico que yo esté preparado y el reloj marque 0, y que no le sancionen. Puedo estar un minuto y medio esperándole y no recibe una advertencia, esto es una broma”, prosiguió; “el juez me ha dicho que le estaba evaluando el médico, cuando ya lo habían hecho antes en pista, y al volver veo que se ha ido a cambiarse. ¿Dónde está el límite?”.
Advertido de esas palabras, Nadal se refirió con una actitud paternalista. “Es joven, y a esas edades todos cometemos errores. Cuando pasen las horas se dará cuenta de que se equivoca. No se lo tengo en cuenta porque es un buen chico. Hay una idea de que los jugadores top tenemos una serie de ventajas en la pista, pero no es así. Las reglas son iguales para todo, no hay tu tía. Por mucho que él diga, los jueces hoy día tienen menos margen para decidir: hay máquinas que cantan el bote, un cronómetro, en el vestuario te cantan el tiempo… Supongo que se lo cantarán a él también. Le deseo lo mejor, creo que no hay que darle más importancia”, respondió el de Manacor, azote de los zurdos —22 triunfos sucesivos, 33 victorias y tres derrotas en los majors, y un balance global de 111-15— y únicamente superado por legendario Björn Borg en términos de larga distancia.
A cinco sets, solo el nórdico (89,3%) mejora el promedio del balear (88,4%), por encima en ese territorio para mentes y chasis de titanio de especialistas como Novak Djokovic (87,2%) y Roger Federer (85,7%), y de otros pura sangre como Pete Sampras (82,7%), Jimmy Connors (81,9%), Andy Murray (81,1%) o Ivan Lendl (79,6%).
Nadal se encontrará en la madrugada del jueves al viernes con Berrettini, en el turno diurno. Por la noche se medirán Yannik Sinner o Stefanos Tsitsipas (programado esta madrugada) contra Daniil Medvedev o Félix Auger-Aliassime (9.30, Eurosport). En el cuadro femenino, este martes lograron el pase Ashleigh Barty (6-2 y 6-0 a Jessica Pegula) y Madison Keys (6-3 y 6-2 a Barbora Krejcikova). Por el otro lado confluirán Danielle Collins o Alizé Cornet y Kaia Kanepi o Iga Swiatek (fijados esta madrugada, a las 1.00 y 3.00 respectivamente).
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