Aimar Oroz, la nueva joya de Osasuna por la que preguntan Madrid y Barcelona
El canterano de 20 años, todavía con ficha del filial, convence a Arrasate de que puede ser uno de los jugadores claves del equipo
Jagoba Arrasate, el entrenador de Osasuna, siempre ha sabido a qué club dirige y cómo funciona. Por eso aseguró, cuando le preguntaron sobre la llegada de jugadores de la cantera al primer equipo, que, “para mí, hacer debutar a alguien es estar seguro de que se puede asentar o puede tener recorrido en Osasuna”. En su momento puso como ejemplo a Jon Moncayola. Ahora el elegido es Aimar Oroz (Arazuri, Navarra, 20 años), la perla de la cantera del club rojillo, cuya cocción a fuego lento recuerda en cierto modo, –con las diferencias evidentes entre el fútbol y el ciclismo–, al gran fenómeno navarro, Miguel Indurain, nacido a sólo 12 kilómetros. Villava está, como el pueblo del futbolista, al norte de Pamplona, aunque al Este; Arazuri está al Oeste, en un meandro del río Arga.
Como al campeón ciclista, a Aimar le han modelado en Tajonar con paciencia desde que llegó procedente del San Juan. En 2013 había sido elegido mejor jugador del torneo Interescolar de Navidad y Osasuna se fijó en él, un chaval menudo, bastante delgado, que a los 16 años firmó su primer contrato como profesional, con una cláusula de dos millones ampliable. Con esa edad, el club le preparó un plan específico de entrenamientos para aumentar de peso y fortaleza física. Pocos meses más tarde, Arrasate, que ya le había puesto el foco, le premió, poniéndole a entrenar con el primer equipo. Con el ascenso en el bolsillo, le hizo debutar en Segunda frente al Córdoba. “Aimar Oroz le gusta a cualquier entrenador”, dijo entonces. Ahora, el centrocampista de Osasuna, con más kilos, más fuerte gracias al plan de Tajonar, ha derribado la puerta del primer equipo. Su entrenador no hace concesiones a la galería. Juega el más preparado.
Y deseado. “No es que haya venido un club a por él. Han venido seis”, apuntaba en una entrevista en el Diario de Navarra, Ángel Alcalde, director de Tajonar. “No es que le hayan ofrecido diez o quince veces lo que hay aquí. Le han ofrecido treinta o cuarenta. No estamos hablando de que hayan venido el Athletic o el Villarreal a por él. Han venido el Barça y el Madrid”, confesaba. “Pero él prefirió formarse en Tajonar”. En 2020, renovó y el club le blindó con una cláusula de 14 millones de euros, la más alta para un jugador de la cantera. Ahora, con un nuevo contrato hasta 2026, tiene una cláusula de 28 millones, la más elevada de la primera plantilla. Las de Chimy Ávila y Nacho Vidal son de 30 millones, pero los derechos de ambos no pertenecen en exclusiva a Osasuna.
Hubo ciertas dudas cuando pareció que su progresión se ralentizaba, pero la temporada pasada, en el filial, acabó con números dobles en goles y asistencias. Arrasate le llamó en la pretemporada: “Me dijo que me sintiera uno más del grupo. Eso me ayudó”. Todo, a pesar de que Braulio Vázquez abrió una rendija a su salida a finales de mayo: “Ha mejorado, lo reflejan los números”, decía. “Los goles marcados, las asistencias... Aimar además ha ganado peso. Si tiene ofertas de Segunda, podría salir. Dependerá de lo que diga Jagoba”.
Y Jagoba dijo que no. Frente al Sevilla, en su debut ante la afición del Sadar, Aimar no se puso nervioso, ni cuando supo que iba a jugar: “Me enteré el día anterior, y la verdad es que dormí muy bien”, confesaba. “Era el primer partido en El Sadar con el campo lleno y me sentí muy cómodo, la verdad, no tuve ninguna presión”. En su juego no hubo lagunas. Recorrió 9,7 kilómetros e intentó 22 pases, de los que no falló ninguno.
Cuando el árbitro señaló penalti a favor de su equipo, pensó que podía tirarlo: “Se lo pedí a Moi, y él le dio el balón a Chimy, que me lo dio a mí”. Lo tiró por el centro, y Bono lo tocó con el pie, pero no pudo desviarlo. “Si lo llega a fallar, no le hubiera afectado”, apunta Jagoba Arrasate. “Aimar es un tío natural, muy normal y muy inteligente. El único momento que le veo nervioso es aquí, en el campo de entrenamiento en ningún momento, ni en el penalti ni nada y durante la semana tampoco”. Según el entrenador osasunista, “le encanta jugar y seguro que está deseando que mañana lleguen las cinco y media”, –la hora del partido ante el Cádiz–. “Eso es lo importante. Por lo demás, normalidad. Está bien asesorado también por su familia y creo que eso es lo más importante para un chico que acaba de debutar y le ha llegado todo de golpe”. Y concluye: “Ahora mismo entendemos que está preparado para ayudarnos y por eso está con nosotros”.
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