El Barça gana en Cádiz con y sin Lewandowski
Los azulgrana acabaron por sumar una nueva goleada después de un partido difícil de digerir hasta la aparición del nueve
El Barça ganó en el Nuevo Mirandilla con y sin Lewandowski, señal de que Xavi cuenta con una amplia plantilla y un equipo titular para enfrentar al Bayern, un partido que trasciende la clasificación de la Champions. Los azulgrana no vencían al Cádiz desde los tiempos de Ronaldinho. Ya sumaban dos derrotas y dos empates hasta que llegó el jugador al que los barcelonistas quieren ver como el activador del círculo virtuoso: Lewandowski. Nadie mejor que un recién llegado que no se sabe la historia del Carranza para acabar con una cita embrujada para los azulgrana y que tuvo en vilo a cuantos estaban en el estadio por el infarto de un hincha que provocó la suspensión del choque durante casi una hora a partir del minuto 81.
Lewandowski marcó el 0-2, su noveno gol en cinco partidos, cuando los azulgrana mandaban con un gol de Frenkie De Jong. El ariete tiene la misma voracidad y eficacia como suplente que cuando forma de titular, siempre protagonista de los partidos del Barça. No le afectan de momento las rotaciones de Xavi, que ya ha alineado a todos sus futbolistas en los dos últimos encuentros para que el equipo comparezca unido y fresco en Múnich. El riesgo era que al técnico se le fuera la mano y al Barça se le escaparan los puntos camino de Baviera. De Jong compareció cuando la gente preguntaba por los cambios de Xavi.
Animado por la rebajada alineación del Barça, el Cádiz fue a por Ter Stegen, convencido de que su suerte dependía de un gol después de cuatro partidos a cero, sin marcar ni puntuar, colista de la Liga. Hubo mucho alboroto en el área del Barça. Los azulgrana cerraban mal, el balón botaba peor y en el alboroto se agrandaba Alejo. El ruido se paró cuando Gavi recuperó el balón y Raphinha remató al poste izquierdo de Ledesma. Al Barça, sin embargo, le faltaba continuidad y finura, velocidad y profundidad, sobre todo por el costado de Bellerín.
No sabía cómo sacarse de encima a un Cádiz enérgico y agresivo, muy dispuesto para el cuerpo a cuerpo, reiterativo en las faltas y enchufado a una afición vibrante y feliz por la presencia de Mágico González. Al partido, abierto y desordenado, le faltaba un artista para marcar las diferencias, ausentes Pedri, Dembélé y Lewandowski. El más atrevido era Balde, frenado por Alejo en una acción que el árbitro no consideró penalti ante las quejas de Xavi. El colegiado dejaba jugar, permisivo con los dos equipos, a gusto con el choque físico del Nuevo Mirandilla.
No había espacios, tampoco fluidez ni ritmo, apenas se contaban jugadas y menos ocasiones en Cádiz. La contienda demandaba la intervención de Xavi. No medió el técnico y continuaron las interrupciones hasta que Raphinha filtró un pase para el desmarque de Gavi y el centro chut del andaluz fue rechazado por Ledesma y remachado por De Jong. Los azulgrana espabilaron cuando se preparaban Dembélé, Lewandowski y Pedri. De Jong, muy dinámico y rebelde, reivindicó entonces a los que formaron de salida antes de que terciara Xavi.
Los que salieron al campo después sellaron la victoria con un segundo gol que marcó Lewandowski, un tercero de Ansu y un cuarto de Dembélé. El polaco apenas tardó ocho minutos en embocar el cuero después de un rechazo provocado por una jugada de Bellerín y Raphinha. El oportunismo del nueve, que no paró de correr para meter la pierna antes que el defensa, embelleció un partido difícil de digerir para el Barça. El encuentro parecía finiquitado cuando el infarto de un aficionado finalmente reanimado obligó a su interrupción ante la tensión emocional del Mirandilla. El parón no afectó a Lewandowski, asistente de Ansu en el 0-3, ni a Dembélé, autor del 0-4. No para el Barça de golear y Xavi continúa invicto fuera del Camp Nou.
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