El VAR avala el triunfo del Barcelona ante el Athletic
Los azulgrana ganan un partido desbravado con un gol de Raphinha y recibirán con nueve puntos de ventaja al Madrid en el Camp Nou
Incluso San Mamés validó el 0-1 al que se ha abonado el Barça. Los azulgrana llegarán al clásico con una ventaja de nueve puntos después de sumar su novena victoria liguera por 1-0 o 0-1, tanto da, ante un desbravado y desafortunado Athletic. A falta de fútbol, se contaron dos jugadas de VAR que certificaron el triunfo del Barça: una validó el gol de Raphinha y la otra anuló un tanto a Iñaki Williams ante la irritación de San Mamés.
El plan de Xavi funcionó mejor que el de Valverde. Ausente Araujo, jugó Sergi Roberto y no Marcos Alonso; recuperado Lewandowski, se mantuvo Ferran y no entró un cuarto medio como Kessié. A cada duda, Xavi respondió con un movimiento ofensivo que permitió a Koundé mantener el puesto de central y no el de lateral derecho al que se ha visto desplazado cuando faltaba Araujo. Aceptaba el Barça un partido abierto en un escenario grandilocuente ante un rival valiente, cargado de delanteros, sin el sancionado Sancet y con Raúl García. Valverde leyó la alineación de Xavi y cambió de banda a Nico Williams para que enfrentara a Sergi Roberto.
El partido empezó por tanto con el Athletic perfilado por el costado de Nico. Los rojiblancos pisaban la cancha azulgrana y presionaban la salida de balón cerca de Ter Stegen. No era fácil para el Barça tirar la línea de pase porque el equipo era impreciso y estaba demasiado estirado, a veces incluso partido, hasta que al cuarto de hora De Jong conectó con Lewandowski. El polaco erró en el control después de la conducción y se venció ante Agirrezabala. Los barcelonistas, poco finos, funcionan mejor en la recuperación que en la elaboración en ausencia de Pedri.
El Athletic amenazaba más que jugaba mientras que el Barça chutaba sin que sus tiros encontraran la portería, desenfocados Ferran y Busquets, sueltos ante Agirrezabala. No intimidaban los catalanes, demasiado planos y nada ingeniosos, y poco a poco se arrimaron los vascos, que rozaron el gol con un disparo de Iñaki Williams y un cabezazo al poste a la salida de un córner de Raúl García. Gavi no paraba de chocar y De Jong iba y venía sin mandar después de que su mejor jugada fuera desperdiciada por Lewandowski, descoordinado desde su regreso del Mundial.
“¡Que salga Negreira!” cantaban en San Mamés. “¡A Segunda!” insistían. Habían remitido las embestidas del Athletic y no había noticias del Barça. El gol llegó por sorpresa cuando Busquets tomó el cuero en la frontal, quebró a Dani García y abrió para que Raphinha cruzara un disparo a la derecha izquierda de Agirrezabala. Aunque la jugada fue anulada inicialmente por fuera de juego del brasileño, el VAR validó el tanto cuando se vislumbraba el descanso de un partido muy abierto, racheado, sin control ni fútbol, como si el balón estorbara tanto al Athletic como al Barcelona.
El gol serenó un poco a los azulgrana, más dominadores en la reanudación, aunque reiterativos en las pérdidas y discontinuos en el juego frente a un igualmente desnortado Athletic. El encuentro se convirtió en un pesaroso pasatiempos: los azulgrana no sabían, poco exigidos y demasiado acomodados, y los rojiblancos no podían, fuera de onda y sin energía, para desespero de San Mamés. Valverde recurrió entonces a un agitador como Muniain y también a Zarraga mientras los azulgrana retiraban a Ferran y se recogían con un volante como Kessié. No había disparos, tampoco ocasiones, un paisaje inédito en los Athletic-Barça.
Aunque el ritmo apenas aumentaba, no hubo una oportunidad hasta la media hora cuando Berenguer disparó al poste derecho de Ter Stegen. El Barça no sabía rematar el encuentro y el Athletic se inflaba muy de vez en cuando, más por el viento de su hinchada que por su fútbol, escaso en los dos bandos por más interés que pusiera Xavi. El abandono de los azulgrana acabó por despertar a Muniain. Ter Stegen tuvo que intervenir con mucho acierto después de un tiro de rosca del delantero; ni siquiera en las jornadas más aciagas hay que subestimar las acometidas del Athletic.
El VAR anuló un gol a Iñaki Williams por manos de Muniain y Ter Stegen y Koundé evitaron el empate que mereció el Athletic mientras llovían billetes con la firma de “mafia” en alusión al Barça. La tecnología, las circunstancias y Ter Stegen jugaron un partido más a favor del equipo del 0-1.
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