España muda de piel
Sin apenas rastro de la etapa de Luis Enrique, De la Fuente comienza la mudanza de la Roja con la idea de una mayor pegada en las dos áreas ante una Noruega afeitada sin Haaland
Una España de mudanza se abre paso este sábado (20.45, La1) ante la afeitada Noruega sin Haaland, ese terminator con botas que se ha caído del cartel como primer solista. Pocos mejor que el ariete del City para haber medido a la enmendada selección del riojano Luis de la Fuente, a sus 61 años de estreno en la gran pasarela internacional. Ni rastro de Luis Enrique, una Roja más aperturista al público, sin andamios, sin proclamas de autoliderazgo único y con una convocatoria en la que nadie chirría. De la Fuente, otra índole.
Una Roja tan refrescada que, retirado Busquets de la selección, ya no hay huella alguna de la realeza española de su ciclo más glorioso (2008-2012).
En principio, una España de De la Fuente con más colmillo en las áreas, menos retórica. Al frente, los principales goleadores patrios. Ausente por lesión Gerard Moreno, no hay mejor nómina que la de Borja Iglesias, Iago Aspas, Joselu y el capitán Morata. Poco o mucho, ellos son el gol español. Como aguadores, Olmo, Oyarzabal —cuarto capitán, elegido personalmente por el nuevo seleccionador—, Nico Williams y Pino, relevo del lesionado Bryan Gil. En la trinchera del repescado Kepa, Laporte, Nacho, Íñigo Martínez y David García, todos duchos en el fútbol profesional, por más que algunos no hayan tenido recorrido internacional. Todos aliviados sin Haaland a la vista.
Rodri ya no será un central postizo, sino el medio centro que es. Lastimado Pedri, Merino, Fabián, Ceballos y Zubimendi han sido acunados por De la Fuente en las categorías inferiores. Y se suma Gavi, tan temerario como pujante, y a los 18 años hace un mundo que se graduó.
Un cesto “con un nivel fantástico y muchas posibilidades”. Palabra de De la Fuente. Tan encantado con las “miradas emocionadas” que ha visto en todos los jugadores que, de alguna manera, restó importancia a su primera alineación: “Ponga a los que ponga voy a acertar”. El preparador se mostró partidario de alternar más de un plan táctico y suele inclinarse por un 4-2-3-1 con variables hacia el 4-3-3. El reto, la clasificación para la Eurocopa de 2024 en Alemania, con dos plazas en juego y una hipotética repesca asegurada para España. Georgia, Chipre y Escocia cierran el grupo.
En Málaga, la Noruega de Odegaard, madurado como capitán y gran referente del Arsenal, líder de la Premier. De promesa a la cima. En su selección, máxime sin Haaland —presumiblemente relevado por Sorloth (Real Sociedad) o Larsen (Celta)—, no tiene gran forro. Pocas celebridades, aunque sí un equipo macizo, muy físico y que se conoce al dedillo La Rosaleda, en la que ya jugó algunos partidos como local durante la pandemia. En un país de 5,5 millones de habitantes se reduce el caladero futbolístico. De ahí que esta selección nórdica solo haya desfilado en una Eurocopa —en la de 2000, con victoria inicial sobre la España de Camacho— y tres Mundiales —1938, 1994 y 1998—. Aunque no se alistó contra la Roja en Rotterdam, en aquella Noruega ya figuraba Stale Solbakken, actual seleccionador. Un tipo con mucho carácter al que la vida le dio una segunda oportunidad el 13 de marzo de 2001. Aquel día se entrenaba con el Copenhague cuando sufrió un infarto y llegó a estar ocho minutos clínicamente muerto. Con 33 años y un marcapasos se jubiló para pasar a los banquillos, donde en 2010 tuvo una bronca considerable con Pep Guardiola en un Copenhague-Barça a cuenta de un silbido de Pinto para simular un fuera de juego que paralizó una contra danesa.
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