El Sevilla se impone en el barro al Cádiz
Mendilibar debuta en el banquillo sevillista con un triunfo muy importante, que aleja a su equipo de la zona de descenso
“Crecimos en el barro, a nada tememos”. Así rezaba la pancarta mostrada por la afición del Sevilla en el Nuevo Mirandilla. Ahí, en el barro, en un derbi regional marcado por una necesidad casi extrema, José Luis Mendilibar se estrenó con una victoria que aleja al Sevilla de la zona de descenso. Un triunfo vital que mete al Cádiz en un lío, que permite al Sevilla volver a ganar lejos de su estadio ocho partidos después, y que se definió por detalles en un partido con un fútbol muy espeso. En los dos goles del Sevilla falló el meta David Gil, que juega por la sanción de Ledesma, el titular. Su despeje débil al interior de su propia área fue muy bien aprovechado por Ocampos, de lo más entonado del Sevilla.
Un poco más tarde llegó la jugada decisiva del choque. Fali, que había enviado un balón al palo, subió al ataque cuando más apretaba su Cádiz. Navas salvó el empate ante Guardiola con un cruce fantástico. En el balón siguiente al área, con Fali fuera de sitio, la falta de Badé fue muy bien tocada por Bryan Gil para que En-Nesyri, muy trabajador, hiciera el segundo. Fútbol directo, estilo Mendilibar, se supone, tres toques y gol. Fue el colofón a un choque demasiado tenso. Donde todo ocurrió después de un primer tiempo realmente discreto.
No hay fútbol cuando la amenaza del descenso acecha. Mucho más cuando el peligro le llega a un equipo como el Sevilla, con sus jugadores sin saber muy bien cómo reaccionar ante este tipo de situaciones. Son circunstancias del juego que van más allá de la influencia de un nuevo entrenador, caso de Mendilibar. Dos semanas de trabajo con el vasco dieron para ver a un Sevilla con Dmitrovic en la portería por Bono y el abandono de la defensa de tres centrales por un 4-3-3 más clásico es los esquemas de Mendilibar. También, para que el juego del Sevilla se basara en los pelotazos de Dmitrovic desde su área aprovechando la buena pegada del serbio.
Fueron los matices novedosos de un Sevilla que apenas mejoró con respecto a la etapa de Sampaoli. Apareció de nuevo el juego plano y sin profundidad de un grupo que sigue muy desconcertado. El equipo de Sergio, que apostó por Negredo arriba, se defendió con mucha consistencia ante un Sevilla romo e inocente.
El gol de Ocampos lo cambió todo en la segunda mitad. El Cádiz creó peligro de forma rústica, con balones al área, hasta que En-Nesyri hizo el segundo. “Sabíamos que iba a ser muy complicado. Soy un recién llegado y apenas les conozco. Es un triunfo muy importante”, admitió el propio Mendilibar.
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