Pau Capell, la esencia del ultrafondista: cómo recorrer 160 kilómetros en menos de 20 horas y terminar feliz

Pau Capell (Sant Boi, 31 años) es capaz de correr cuatro maratones consecutivas por sendas de montaña. El ultrafondista, uno de los mejores del mundo, llegó a la cima de su deporte en 2019 al ganar el Ultra Trail del Mont Blanc. Era la segunda vez que un español lo lograba —la bestia Kilian Jornet también lo consiguió en 2008, 2009 y 2011, y repitió en 2022— en la que está considerada como la prueba de montaña más exigente del mundo: 171 kilómetros y 10.000 metros de desnivel positivo por los Alpes. Veinte horas de agonía por caminos franceses, suizos e italianos.

Este viernes, en Argentina, Capell afrontará su siguiente reto: la Patagonia Run, en la categoría de 100 millas. Es decir, 160 kilómetros, más de 9.000 metros de desnivel y temperaturas que rondan los cero grados durante las veinte horas que aproximadamente tardan los primeros participantes en llegar a meta. Este año defiende el título logrado en 2022 (también ganó en 2019) tras dejar en la pasada edición una imagen de competitividad sana y compañerismo.

El atleta catalán y el corredor local Sergio Pereyra, favorito para ganar la prueba, cruzaron la meta juntos. De la mano. 19 horas, 26 minutos y 3 segundos para Capell, solo un segundo más para Pereyra. “Sergio era el rival más fuerte. Estuvimos compitiendo hasta 10 kilómetros de la meta, que fue donde pude apretar un poco y le dejé atrás. Cuando estaba llegando pensé que tras 18 horas era una pena ganar por un apretón. Quería tener el recuerdo de entrar juntos, uno diferente a ganar en solitario. No me importó esperar”, recuerda Capell, que volverá a medirse a Pereyra esta vez.

A Sudamérica, llega con “buenas sensaciones” después de que en la pasada Transgrancanaria, celebrada en febrero, acabara quinto. Para él no fue una decepción, a pesar de que fue el campeón cuatro ediciones seguidas —entre 2017 y 2020— y acabara segundo en 2022. Unas molestias en los cuádriceps tras 20 kilómetros le obligaron a bajar el ritmo en la carrera, que cruza la isla de Gran Canaria en un recorrido de 128 kilómetros con 7.000 metros de desnivel. “Cuando no gano pienso que sería peor no haber acabado. Es mejor quedarse con lo positivo. Siempre salen cosas. Con los años he aprendido que, si piensas solo en lo negativo, eso te hace ser mal corredor”, valora.

Para correr distancias de 160 kilómetros hay que estar hecho de otra pasta y entrenar muy duro. Además, “lesionarte cuando corres larga distancia siempre es posible”, reconoce Capell, que en 2021 fue operado de la rodilla por un desprendimiento de cartílago. Estuvo meses apartado de la competición. Antes, ese año, sufrió un herpes en el ojo que se le sumó a unos problemas en el hueso sacro de la espalda. “Fue un año difícil. El cuerpo es muy sabio y muchas veces te sale una lesión y te vienen todas juntas. El cuerpo ha estado mucho tiempo en silencio y solo hace falta que le des un poco de voz y empieza a hablar de verdad”, dice.

Capell valora el proceso de recuperación, sobre todo en un deporte como el suyo, donde las rodillas sufren tanto. “Lo importante es recuperar la confianza. En las bajadas hay mucho impacto y las rodillas tienen un papel fundamental. Hay que recordar que todo está curado”, valora. E invertir tiempo para recuperarse del todo: “Hay un trabajo importante de fuerza, además del de cardio propio de este deporte. Cuando falta, noto alguna molestia”.

El aspecto psicológico también es fundamental. Ser capaz de correr 20 horas sin descanso exige poner la mente al límite para gestionar la energía y también la presión. Capell acude a un psicólogo deportivo con el que trabaja en reuniones cada mes o mes y medio. Su entorno familiar y de amigos, cuenta, también es un pilar fundamental. Con el tiempo y la experiencia, dice, ha aprendido a vivir la competición de otra manera. “Fracaso sería estar corriendo y abandonar porque no te gusta lo que estás haciendo. Entonces me preocuparía. Hay muchos atletas que han entrenado mucho. Lo importante es estar ahí”. Capell asegura que el “compromiso” es una de las razones que le empuja a seguir corriendo cuando nota que las sensaciones no son óptimas: “Si hay un día que no puedes ganar, está el compromiso de competir. Hay que seguir hasta el final y agradecer el apoyo de la gente”, asegura el corredor.

Tras todas esas lesiones, Capell volvió con más energía en 2022. Ganó el Spartan Trail World Championship, el circuito de larga distancia de referencia en el ámbito internacional, al que pertenecen la Patagonia Run y la Transgrancanaria. Pero el Mont Blanc y la carrera que ganó en 2019 es el objetivo de cada año. Capell venció en aquella ocasión y batió el récord de la prueba: 20 horas y 19 minutos. Una marca que el catalán Kilian Jornet, el mejor corredor de montaña de la historia, trituró el año pasado: 19 horas y 49 minutos.

Tanto el corredor como Laia Diez, su entrenadora, ponen siempre el foco en la Ultra Trail del Mont Blanc, que se disputa en septiembre. “Es la cima. Buscamos llegar en las mejores condiciones”, comenta Diez, que asegura que Capell tiene “las ideas muy claras” y es un “cabezota”, lo que le ayuda a correr mejor. Esta, sumada a una alimentación adecuada, son las claves en una carrera: “Hay que comer y beber cuando toca, la dieta es el punto más débil que tenemos”.

Su entrenadora señala un punto a mejorar: “No es muy amigo del descanso, le da la impresión de que pierde el tiempo”. Y también un punto fuerte, que le servirá en la Patagonia: “Es muy humilde. Ya lo era hace diez años. Y es muy constante. Tiene una capacidad de sacrificio increíble. Eso le convierte en un gran deportista”.

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