Carolina Marín: “Siempre creí que podía con todo y la vida me ha frenado”
La leyenda del bádminton presenta un documental sobre su desventura olímpica en París y reflexiona sobre la convivencia con el miedo a la lesión
El miedo es una presencia ominosa, tácita, en cada segundo de metraje del documental Carolina Marín, La Lucha Infinita, que Movistar+ estrena este lunes. Como una tormenta que se cierne, el dolor de sus dos rodillas —la derecha rota en 2019, y la izquierda rota en 2020— amenaza con el desastre en los largos días que conforman la preparación de la jugadora de bádminton camino de los Juegos de París y la tragedia en semifinales. No le faltaron motivos para arriesgarse a perseguir su segundo oro. Yonex, Santander, Iberdrola, LaLiga, Movistar, Toyota, PlayStation, Sanitas, Samsung, Carrefour y Bi Yuan unieron sus marcas al magnetismo que desprende esta muchacha asombrosa, nacida en Huelva hace 31 años, coronada el 25 de octubre pasado con el premio Princesa de Asturias de los Deportes.
Pregunta. ¿No teme mostrar su dolor, su vulnerabilidad, ante una cámara que le sigue?
Respuesta. Creo que es bueno compartirlo porque así la gente puede ser consciente de todo lo que hay detrás. La gente sabe muy poquito del camino que tenemos que recorrer los deportistas para conseguir las recompensas. No solo no me da miedo sino que me siento muy orgullosa de poderlo mostrar para que la gente que critica desde el sofá de su casa tome consciencia de todo.
P. ¿Cómo siente la rodilla?
R. ¿Ahora mismo?
P. Sí. ¿Le duele?
R. Mi rodilla está bien. Estoy cumpliendo todos los plazos. Lo he visto en la resonancia. La estabilidad del ligamento cruzado está bien.
P. ¿Cómo se repara un ligamento roto?
R. Como es la segunda vez que me rompo el cruzado derecho… La primera vez me lo unieron con un injerto del músculo semitendinoso del isquiotibial. Ahora me lo han cogido con el tendón rotuliano. El tendón rotuliano está compuesto por tres tiras. A mí me quitaron la del medio. Afortunadamente tenía un buen rotuliano en la pierna derecha, a pesar de que mi pierna dominante es la izquierda. Mi rotuliano tiene casi el grosor del rotuliano de un hombre. Pero por supuesto que la rodilla la noto diferente. La primera vez solo me rompí el ligamento y ahora también me he roto los dos meniscos. Me arranqué el menisco externo de raíz y hubo que operarlo de urgencia.
P. Los traumatólogos dicen que el promedio de re-rotura del cruzado en mujeres que practican deportes como el bádminton ronda el 40-50%. ¿No sentía que en París caminaría por una cornisa?
R. En el alto nivel siempre existe el riesgo.
P. Pero el bádminton es un deporte extremo para las articulaciones. ¿No siente que se rompió justamente cuando comenzó a jugar sin miedo? ¿Jugar con miedo previene lesiones o es al revés?
R. Yo siempre he jugado sin miedo. Si tienes miedo, ¿para qué juegas? Si estás pensando todo el rato que te vas a romper, ¿para qué juegas? Así no se puede jugar. Te estarías haciendo daño a ti mismo física y psicológicamente. Te estarías rompiendo antes.
P. Lo natural es tener miedo. ¿Cómo hizo para vencerlo?
R. Confiar. Siempre tienes alguna duda. Siempre se te pasa algo por la cabeza. Pero aprendes a confiar en el trabajo que haces.
P. ¿Usted jugó como los alpinistas colgados sobre un abismo? Con la mente en la cumbre...
R. Tal cual.
P. ¿Qué se propuso demostrar?
R. Todo lo que he hecho ha sido porque me lo quería demostrar a mí misma. Soñaba en grande desde muy pequeñita. Quería demostrarle al mundo entero lo que era el bádminton y me siento orgullosa de haber puesto este deporte en boca de todos los españoles.
P. ¿Ha completado su tarea?
R. Tengo una deuda pendiente conmigo misma: poder retirarme en una pista de bádminton. Que no me retire una lesión. Obviamente se me queda la espinita de ese segundo oro olímpico. Pero es algo que no tengo que demostrar a nadie. La gente me lo dice constantemente por la calle: que la medalla de oro era mía.
P. ¿Cuál es su plan para volver a competir?
R. Ahora mismo mi tiempo es infinito. Quiero que llegue el momento en el cual, cuando me sienta preparada y con ganas —sobre todo con ganas— de volver a coger una raqueta, lo volveré a hacer. Pero no quiero que sea una obligación porque sé que cuando me obligo las cosas no salen bien. Me canso rápido. Necesito este paréntesis porque ha habido mucho dolor. Hoy mi pensamiento está un poco en qué camino puedo empezar a abrir de cara a mi futuro. Porque si no me hubiera lesionado me habría gustado retirarme en el Mundial del año que viene.
P. ¿A qué dedica el tiempo?
R. Acudo a eventos de mis patrocinadores. Afortunadamente me están dando muchísimos premios. Y estoy iniciando un camino que quiero seguir una vez que cuelgue la raqueta, que es dar charlas motivacionales para empresas. Me gusta mucho. También quiero fundar una academia internacional que lleve mi nombre.
P. ¿Qué se trajo de París?
R. Yo iba con la intención de ganar el segundo oro olímpico y me he traído algo más grande. El apoyo y la empatía de mucha gente. No creo que sea consciente de lo que provoqué en la gente. Me siento orgullosa de inspirar a muchos niños y niñas. Yo no pude tener un referente en mi infancia. Veía muy poco deporte en televisión. Creo que gracias a mi trayectoria muchos jóvenes en nuestro país han visto que somos capaces de abrir nuevos aminos.
P. ¿Qué aprendió de todo esto?
R. Que cuando quieres algo tan grande te da igual pasar por cualquier obstáculo. Nos exigimos más que nadie. Por eso debes rodearte del mejor equipo. Para que ellos te ayuden a ser consiente de muchas cosas… que te crees tú que puedes con todo, pero la vida de repente te dice que no es posible. Yo siempre he creído que podía con todo hasta que la vida me ha frenado de esta manera. Me hizo aprender mucho y reflexionar muy adentro mío, sobre muchas cosas.
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