La selección española de balonmano es indomable: se levanta de la nada y rasca un empate ante Suecia

La selección española de balonmano es un equipo muy pesado. No hay nada que le lleve a la rendición. Insiste, vuelve, cambia, así hasta exprimir y sacar de quicio a los rivales. Si no estaba muerta contra Suecia, se le pareció bastante. 16-9 a punto de terminar la primera mitad y sin rebajar la diferencia de cinco goles durante gran parte de la segunda (23-17 cuando entró en el último cuarto del choque). No había manera de que la defensa le echara el lazo a Albin Lagergren (nueve goles en 11 lanzamientos). La noche se encaminaba hacia un final previsible después de una presentación negada de la selección. Pero grano a grano, otra vez, la medallista de bronce olímpico hizo granero y rascó un punto in extremis que le supo a oro en el cierre de la primera fase. Álex Dujshebaev empató a falta de ocho segundos y su hermano Dani estiró el brazo en el último suspiro para defender la portería vacía. Los Hispanos pasan a la Main Round con tres puntos, igual que Suecia, y allí se encontrarán el miércoles (20.30, todos por Teledeporte) con Noruega (cero puntos), el viernes (15.30) con Portugal (4) y el domingo (18.00) con Brasil (2).

España apareció del revés, nublada por una secuencia fatal de pérdidas (10 al intermedio) y una defensa con muchos rotos. La primera consecuencia fue muy evidente: Suecia podía apuntarse goles fáciles a la contra mientras los Hispanos padecían en cada acometida, por momentos en cada pase, incapaces de dar con la clave del crucigrama. La defensa muy cerrada de los nórdicos resultaba un muro insalvable y, por supuesto, la selección apenas podía correr, lo que más le gusta. Así que del 4-4 se saltó al 9-4 mediada la primera mitad, la distancia que marcó el discurrir durante gran parte de la velada.

En la otra orilla, Lagregren resultaba incontenible mientras Jordi Ribera no dejaba de mover el cubilete en busca de una barandilla con la que frenar la caída. Tiró rápido de Álex Dujshebaev en ataque y lo colocó en el avanzado en la defensa 5-1, agitó la primera línea y recurrió a Petar Cikusa, una de las bazas para momentos de crisis. El joven percutía, lo intentaba y algo producía, aunque el único que fue capaz de aplicar un ligero torniquete fue Gonzalo Pérez de Vargas, quién si no. Casi lo mejor fue el resultado al descanso: 16-11 tras el siete metros de Ferrán Solé, porque dos minutos antes la herida era de 16-9. El primer guiño de lo que estaba por venir.

Pese a las señales de vida de Pérez de Vargas, tras los 15 minutos de reflexión surgió bajo palos Sergey Hernández para terminar de tocar todas las teclas. España necesitaba que ocurriera algo. En ataque continuó al frente Petar Cikusa, pero no, tampoco todavía. A España se le fueron algunos lanzamientos cercanos y nada alteraba la tranquila vida sueca al norte de Europa.

Sin embargo, ahí siguió la selección, dale que dale. Ribera colocó dos pivotes, siguió moviendo a los directores de juego y, sobre todo, recurrió al siete contra seis en ataque y a la defensa con avanzado. Estas dos decisiones, según analizó luego el seleccionador, desorientaron a los suecos y, a fuerza de insistir e insistir, de agarrarse a ese espíritu competitivo indomable, se abrió lo que parecía cerrado. De repente, empezó a llover menos. Solo quedaban 13 minutos y España bajó a los cuatro tantos (23-19).

En medio del desierto, encontró el pozo de los extremos y Ferrán Solé comenzó a producir a destajo (siete tantos sin fallo). Y así, grano a grano, las alas, las paradas de Pérez de Vargas (le pidió al árbitro que no expulsara a Hampus Wanne por un tiro que le golpeó en la cabeza cuando aún iba perdiendo por seis), una mejora defensiva con Ian Barrufet en el avanzado y muchas menos pérdidas (solo dos tras el descanso), consiguió que el encuentro se abocara a un thriller. Perdía por tres a falta de tres minutos (27-24), sin embargo, en el golpe de riñón final, Tarrafeta empató a falta de 1m 20s, Niclas Ekberg —la histórica pesadilla española— colocó el 29-28 desde los siete metros con medio minuto pendiente, pero el mayor de los Dujshebaev cerró otra jornada de resistencia, como ante Egipto en los Juegos, o los noruegos y los suecos en el Mundial anterior. El punto le sirve a la selección para mantener intactas todas las opciones de acceder a cuartos.

Suecia, 29 - España, 29

Suecia: Palicka (P), Norsten (P), Lagergren (9), Nilsson, Svensson, Aspenbäck, Johansson (1), Möller (5), Wanne (7), Gottfridsson, Carlsbogard (3), Edvardsson, Pellas, Sandell, Ekberg (1), Forsell Schefvert y Karlsson (3).

España: Pérez de Vargas (P), Hernández (P), A. Dujshebaev (4), D. Dujshebaev (4), Tarrafeta (4), P. Cikusa (1), D. Cikusa, Garciandia (2), Casado, Solé (7), Álvarez, Sánchez-Migallón (1), Fernández, Barrufet (1), Serdio (3) y Rodríguez (2).

Marcador cada cinco minutos: 1-1, 4-4, 8-4, 12-7, 15-8, 16-11 —descanso—; 18-13, 20-14, 23-17, 25-22, 27-25 y 29-29

Árbitros: Adam Biro y Oliver Kiss. Excluyeron dos minutos a Carlsbogard, Möller, Forsell Schefvert y Tarrafeta.

Unity Arena de Oslo. 2.446 espectadores.

Clasificación

Suecia, 5 puntos (3)

España, 5 (3)

Chile, 2 (0)

Japón, 0

*En negrita, los equipos que pasan ronda y entre paréntesis, los puntos con los que lo hacen

Así arranca la Main Round

Portugal, 4 puntos

Suecia, 3

España, 3

Brasil, 2

Noruega, 0

Chile, 0

*Pasan dos a cuartos