A Dinamarca nadie le tose en el Mundial de balonmano: cuarto título seguido tras derrotar a Croacia
La selección nórdica, liderada por Mathias Gidsel, cierra ante los balcánicos (26-32) un torneo inmaculado, en el que gana todos los partidos por una diferencia media de 12 goles
Campeona olímpica de balonmano en agosto y del mundo en febrero. ¿Quién puede ahora con Dinamarca? Nadie, nadie pudo y nadie siquiera se le acercó en este Mundial. Tampoco la fogosidad de Croacia (26-32), que estiró su vida en la final hasta el descanso (12-16) y luego murió como todos ante los nórdicos (14-24 en el minuto 41). Es verdad que a Dinamarca se le vienen escapando los Europeos, pero su rodillo en los Mundiales resulta abrumador: cuarto título consecutivo (2019, 21, 23 y 25), una serie única en la historia (el máximo eran dos seguidos) que la ha logrado, además, sin perder un partido.
Por si quedaba alguna duda, la selección de Nikolaj Jacobsen se marchó de Oslo investido como un conjunto de época que suma 37 encuentros imbatido en los Mundiales, en los que apenas ha cedido dos empates (contra Egipto en 2021 y Croacia en 2023). En esta edición venció los nueve choques con una diferencia media de 12,5 goles. No ha ganado, ha triturado. A Alemania, por 10 en la segunda fase; a Brasil, por 12 en cuartos; y a Portugal, por 13 en semifinales. Era la favorita al oro y lo ha querido dejar muy claro.
Una máquina de ejecutar balonmano a una velocidad endiablada que se condensa en el nuevo rey de este deporte, llamado Mathias Gidsel, elegido el MVP, un zurdo de 25 años que golea, asiste y defiende con una voracidad enorme. La final la cerró con 10 tantos en 11 lanzamientos más cuatro asistencias. Por supuesto, acabó el campeonato como el máximo anotador: 74 dianas. Sin descanso en estas dos semanas y sin clemencia con los rivales.
Él es la punta de lanza de un grupo de recursos inagotable: Simon Pytlick, Rasmus Lauge, Emil Jakobsen, Magnus Saugstrup y el meta azulgrana Emil Nielsen, que cerró la tarde con 13 paradas. Dinamarca, un país de temperaturas heladas cuyos jóvenes buscan cobijo en deportes a cubierto, se ha convertido en una factoría de fabricar jugadores de élite mundial. En verano, después de los Juegos, anunciaron su adiós dos banderas como Mikkel Hansen y el portero Niklas Landin, casi nada, y medio año más tarde ha levantado su cuarto Mundial con una autoridad incontestable, como si nada hubiera ocurrido.
Existía la duda de qué podría pasar en una final contra Francia, pero los galos acabaron consumidos en semifinales frente a Croacia en la caldera de Zagreb. Y los balcánicos, en su primer encuentro del torneo fuera de su territorio, tiraron de su carácter competitivo y la sobrexcitación hasta que la realidad machacona se impuso. Mediada la primera mitad perdieron por una roja a Marko Mamic y, tras el habitual demarraje danés del inicio de la segunda parte, solo les quedó evitar que la brecha fuera gigante. Su gran soldado Domagoj Duvnjak (36 años), maltrecho en este campeonato, se tuvo que resignar con la plata, su novena medalla internacional tras una final arbitrada por la pareja española Ignacio García Serradilla y Andreu Marín.
Un rato antes, Francia se consoló con el bronce (35-34) ante la sorpresa de estos días, Portugal, que tuvo la última posesión para empatar, pero el tiro desde el extremo de Antonio Areia quedó en nada. En todo caso, fue el torneo de la selección lusa y de Dinamarca, claro.
Croacia, 26 - Dinamarca, 32
Croacia: Kuzmanovic; Glavas (2, 1p), Maras (-), Susnja (-), Mamic (-), Srna (-) y Jelinic (3) -equipo inicial- Pesic (ps), Duvnjak (1), Sostaric (5, 2p), Klarica (4), Simic (-), Srna (-), Karacic (2), Mamic (-), Lucin (1), Martinovic (6), Sipic (2)
Dinamarca: Nielsen; Kirkelokke (2), Gidsel (10), Lauge Schmidt (1), Pytlick (4), Jakobsen (5, 3p) y Jorgensen (2) -equipo inicial- Green (ps), Magnus Landin (1), Saugstrup (-), Mensah Larsen (-), Plogv Hansen (3), Siersbak (-), Hald (-), Arnoldsen (-) y Madsen (4, 3p)
Marcador cada cinco minutos: 1-2, 1-4, 3-6, 7-8, 9-11 y 12-16 (Descanso) 13-20, 14-23, 16-25, 20-27, 23-29 y 26-32 (Final)
Árbitros: García Serradilla y Marín Lorente. Expulsaron con tarjeta roja directa al jugador croata Marko Mamic (m. 21) y por tres exclusiones al también croata Zvonimir Srna (m. 55). Además, excluyeron por dos minutos a Maras (2), Jelinic, Duvnjak, Kirkelokke, Saugstrup (2) y Magnus Landin.
Unity Arena de Oslo. 13.384 espectadores.
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