Juan Ayuso: “Siento que llevo el peso de las carreras y empiezo a decidir cómo quiero que sean”
El español, que ha ganado tres laureles en el curso, aspira a seguir la racha en la Volta Catalunya


De camino a la entrevista, Juan Ayuso (Barcelona; 22 años) se para a saludar a un perrito que alborota en el coqueto y bucólico salón del hotel Eden Roc de Sant Feliu de Guíxols, municipio hoy punto de partida para la Volta Catalunya. Disfruta de las vistas al mar, donde el oleaje golpea con fuerza. Como hace él en el pelotón, pues en este curso ha ganado tres carreras (Faun Drome; Trofeo Laigueglia; y la Tirreno-Adriático) que no fueron cuatro porque en la Faun-Ardèche se equivocó de dirección en una rotonda a 300 metros de meta, ya con el sprint a tiro.
Pregunta. ¿Comenzar así era pensar demasiado a lo grande?
Respuesta. El año está saliendo como había deseado, pero me hubiese gustado que fueran cuatro, porque si no pasa eso en la rotonda… Si hago el sprint y pierdo, se acepta, pero perder así fue difícil de asimilar porque no es algo con lo que esté habituado a lidiar.
P. Hace unos años decía que no se preparaba para correr, sino para ganar. ¿Sigue pensando igual?
R. Es que cuando me entreno, me sacrifico y paso momentos difíciles, pienso en que se hace para ganar. Esa es la motivación.
P. En Laigueglia venció con un ataque a 40 kilómetros de meta y en solitario. Algo que se ha visto a Evenepoel, a Pogacar… ¿Es el ciclismo que llega?
R. Está cambiando, sí. Pero cuando vi que me quedaban 33 kilómetros por delante y tanto sufrimiento, me dije: “Me cago en todo, ¿dónde leches me he metido?”.
P. ¿Está mejor que nunca?
R. Es el año que más he mejorado. Ya no solo por los resultados, sino por cómo los he conseguido. Ahora hay que consolidar, que este sea mi nuevo nivel y que no sea por un periodo corto de tiempo. En 2023 me lesioné y en 2024 me retiré del Tour y no volví a recuperar mi nivel. Este año ha ido perfecto y, ya que siempre me ha faltado regularidad, quiero evitar esos periodos de la temporada en los que estaba ausente.
P. ¿Nota la presión o se divierte más?
R. Siento la presión del equipo porque si ponen todos los huevos en mi cesta, no hay plan B si fallo. El equipo, indirectamente, me exige resultados, pero nunca me han dicho que hay que ganar sí o sí. Sé que espera mucho de mí y que tengo que responder. Pero siempre he corrido con la mentalidad de hacerlo lo mejor posible, así que no cambia mucho. Aunque, por el otro lado, este año es más divertido. Siento que llevo el peso de las carreras y empiezo a decidir cómo quiero que sean. Si no estás fuerte, te limitas a lo que otros dictan. Ahora miro cuándo voy a arrancar, cuándo quiero hacer la selección..
P. ¿Le da tiempo a pensar eso en las carreras?
R. Bueno, lo que pienso es en estar centrado. Hay momentos difíciles de llevar a nivel mental, sobre todo en los puertos. Ahí es cuando me recuerdo lo que he pasado, lo que he trabajado en altura, lo que sufrido en días de lluvia y nieve… Me he privado de mucho para poder estar aquí y debo hacer que lo hecho merezca la pena. También me aplico una frase que se puede leer en un cartel subiendo a Sierra Nevada detrás de una señal. Dice: “Libera tu mente y las piernas la seguirán”. Tiene razón.
P. ¿Tuvo miedo o ansiedad por saber si llegaría al nivel de ahora?
R. Lo que he tenido ha sido frustración. Me decía: “¿Por qué me pasa a mí? A los buenos, buenos, nunca les pasa nada —que no quiero que les pase ¿eh?—, pero a mí una tras otra”. Me frustraba porque pensaba que podía y que tenía el nivel, que era algo para mí y que no lo podía conseguir por diferentes circunstancias.
P. ¿Pero puede comer en la mesa de su compañero Pogacar?
R. Él come solo. Puede perder una carrera puntual, pero no hay nadie en el ciclismo que sea favorito en todas las carreras y que sea capaz de ganarlas como él.
P. Este año correrá el Giro. ¿Es la carrera que puede explicar que Ayuso ha venido para quedarse?
R. Se está pintando de una manera… Para mí no es así. No es tan determinante para mi carrera ni mi futuro. Si lo gano, será un nuevo paso, y si no, pues tengo 23 años y me quedarán muchas más oportunidades para lograrlo. Lo normal y lo fácil es que no lo gane.
P. ¿Pero es verdad que le preguntó a su técnico si, con los valores de los entrenamientos en la mano, le daba para ganarlo?
R. Por suerte, no me contestó. Si me dice que sí, me podría confiar; y si me dice que no, desmotivar. Así que me la responderé yo mismo en un mes y medio.
P. Antes está la Volta. ¿El objetivo es ganar?
R. Quiero intentar ganar por cómo vengo en la temporada. Pero es una prueba importante porque por primera vez en mucho tiempo me voy a medir con Roglic, que también estará en el Giro. Ganar o perder no querrá decir mucho porque en un mes y medio seguro que llegamos mejor de forma, pero es una medida, el primer enfrentamiento, y quiero ganarlo. Tengo ganas. La pena es que no esté Vingegaard (por lesión) porque si quieres ser el mejor, hay que ganar a los mejores.

Una Volta con muchos pretendientes
Apeado Vingegaard (Visma) por una caída en la París-Niza que le dejó la muñeca mal, el cartel de la Volta se resintió pero no perdió su atractivo, con muchos pretendientes para el triunfo. Como Ayuso (UAE) y Roglic (Bora), ganador de cuatro Vueltas y campeón de la Volta hace dos años tras un mano a mano con Evenepoel. También están O’Connor (Jayco), Landa (Soudal), Mas (Movistar), Bernal (Ineos), Carapaz (EF), Geoghegan Hart (Lidl-Trek) y Kuss (Visma). Todos ellos aspiran a suceder a Pogacar en un recorrido bien escarpado, con tres finales en alto. La alta montaña comenzará en la tercera etapa, con hasta 5.000 metros de desnivel positivo acumulado hasta llegar a La Molina. Al día siguiente se subirá a Montserrat —30 años después de la última ascensión—. Y en la penúltima etapa, el Coll de Pradell (categoría especial) y la explosiva Collada de Sant Isidre pueden ser jueces antes de las subidas a Montjuïc del domingo.
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