Brasil se mira en el espejo de Brasil
En un gran partido de Neymar, el equipo de Tite golea a Perú por 4-0 en Río de Janeiro
Brasil avanza a medio gas. Y le alcanza. En realidad, le sobra. Primero borró a la diezmada Venezuela en el debut y este viernes superó a Perú (4-0) con tanta autoridad como fútbol a Perú en Río de Janeiro. Nadie le tose al equipo de Tite en Sudamérica. Manda en las eliminatorias, arrasa en la Copa América. La Canarinha dosifica el juego según sus necesidades. Acelera y se frena. Aburre y entretiene. Nunca sufre. Tiene, como si fuera poco, un futbolista de época: Neymar. El 10, en la previa de la Copa América, estaba remolón. Ahora en Teresópolis ya nadie duda de que el delantero del PSG quiere un título con la selección mayor.
Brasil, de entrada, andaba sin prisa en Río de Janeiro, presionaba con rabia cuando perdía el balón y, sin embargo, cuando recuperaba la posesión estaba manso. Parecía que los muchachos de Tite solo querían jugar al pie, como si les aburriera profundizar. Hasta que Neymar dijo basta. En una jugada en la que participaron todos los atacantes, Everton, Gabriel Jesús y Gabigol, la diferencia la puso el delantero del PSG. ¿El resultado? Gol de Alex Sandro. El lateral se coló en el corazón del área y puso fin a la resistencia de Perú. Los muchachos de Tite ni miraron el marcador. De nuevo a la parsimonia, con Neymar cerca de los volantes cuando el equipo perdía ritmo en la circulación.
Cómodo cuando le tocaba dirigir el juego, intenso para adelantar las líneas, Neymar se siente el líder espiritual de Brasil por mucho que el brazalete se lo colocara Thiago Silva ante Perú como antes ya lo había hecho Casemiro en el estreno ante Venezuela. El volante del Real Madrid, sin embargo, se sentó en el banquillo junto a Tite en Río de Janeiro. No fue el único. El técnico realizó seis cambios respecto del equipo que goleó a la Vinotinto en la jornada inaugural (3-0). Entraron Ederson, Thiago Silva, Alex Sandro, Fabinho, Everton y Gabigol. Gareca, sin sorpresas en el once. El sorprendente finalista de la última edición de la Copa América en 2019 se reencontraba con Brasil. Esta vez sin su histórico referente, el máximo artillero de la selección inca (39), Paolo Guerrero, que sufre tendinitis en la rodilla derecha.
A diferencia de la final en Maracaná en 2019, en el Estadio Nilton Santos Perú no se dejó intimidar. De hecho, hasta se animó a mandar en Río. El problema para Gareca es que sin Guerrero, Perú se queda sin pólvora en ataque. En el primer tiempo, buscó la portería de Ederson en cinco ocasiones, ninguna con éxito. Brasil, en cuatro. Entonces, Tite entendió que la Canarinha necesitaba una marcha más. Afuera un desconectado Gabriel Barbosa, Gabigol, (tocó nueve veces el balón por las 17 del portero Ederson) y Everton por Richarlison y Éverton Ribeiro. Mejoró Brasil. Más cerca de Gallese, siempre pendiente de Neymar.
El 10 engañó al árbitro, pero no al VAR y se quedó con las ganas de lanzar su segundo penalti en la Copa América. No le importó. Tuvo revancha. Aceleró Fred y encontró a Neymar en la media luna. El delantero del PSG no se lo pensó dos veces. Latigazo cruzado y a celebrar con Tite. El gol de Brasil partió a Perú. El equipo compacto y ordenado de Gareca convirtió el duelo en un ida y vuelta. Muy mala idea frente al poderío de Brasil. Y la Canarinha se miró en el espejo de la Canarinha. De los cuatro remates del primer tiempo a los 13 del segundo. Todos querían el balón, todos querían marcar. Neymar, generoso, distribuyó el gol. Marcó Everton Ribeiro, también Richarlison. Los cambios le dieron la razón a Tite.
Serio en el primer tiempo, divertido en el segundo; manda Brasil en América.
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