Tres goles y selfis con Cristiano Ronaldo en la victoria de Portugal ante Turquía
La selección de Roberto Martínez se clasifica para octavos con credenciales de favorita en un partido varias veces interrumpido por espontáneos que saltaron al campo para fotografiarse con CR7
La Portugal de Roberto Martínez camina firme y sólida por esta Eurocopa. Junto a España y Alemania, es la selección que mejor pinta ha enseñado en lo que va de campeonato. Se ha tenido que deshacer de dos rivales correosos como la República Checa y Turquía. Este sábado sufrió menos que en el estreno con los checos. Hizo tres goles y plasmó ese molde de selección dominante y ofensiva que cuenta con una nómina extraordinaria de jugadores que se reparten por los mejores clubes de Europa. Esta no es la timorata Portugal de Fernando Santos. Esta Portugal no especula y tiene un plan claro desde la posesión de la pelota para hacer daño a sus rivales. Puede tocar pausada, acelerarse en el medio y correr transiciones vertiginosas. Quizá aún no ha logrado la fluidez de España o del primer partido de Alemania, pero es una candidata seria a alzarse con el título el 14 de julio en Berlín.
Turquía, sin sus dos grandes talentos, el madridista Arda Güler y el juventino Yildiz, solo pudo resistirla 20 minutos. Su seleccionador, el italiano Vincenzo Montella había avisado en la previa de que los datos físicos delataban fatiga en la pareja de virgueros que tienen encandilada a la hinchada turca. Fue descorazonador para los fanáticos otomanos verlos en el banquillo. Montella debió pensar que este no era su partido. Su gran batalla será en la última jornada contra los checos, en la que tendrán que certificar la clasificación para los octavos de final como segundos o terceros de grupo. A los hinchas turcos solo les quedó corear su nombre, principalmente el de Güler, cuando fueron cayendo los goles de Portugal. A este le concedió Montella los últimos 20 minutos, cuando Portugal ya tenía tres goles en el zurrón.
Con todo, el inicio del encuentro fue guerrillero y movido. La selección lusa comenzó a imponerse lo que tardó en ajustarse. Se encontró de arranque con una Turquía dinámica y pujante que jugaba con su verdad. Frente a la cantidad de duelos individuales que la presión portuguesa planteaba por todo el campo, Montella ordenó juego directo y vertical. Y le costó a Portugal un par de amenazas serias. A Akturkoglu le faltó medio pie para remachar un centro que cruzó el área pequeña de Diogo Costa. Entre Yilmaz, Yunus y Köckü le dieron guerra a Pepe y Rubén Días. Cuando estos dos marcaron la raya, Turquía comenzó a boquear.
Tomada nota de a lo que pretendían jugar los turcos, fueron Palinha, Vitinha, Bernardo Silva y Cancelo los que pusieron la máquina a funcionar. Ahí emergió una Portugal más autoritaria y segura con la pelota metida en campo contrario. En una combinación entre Nuno Mendes y Leão saltó por los aires el sistema defensivo turco. El centro atrás del lateral del PSG lo dejó muerto Bardacki. Bernardo Silva lo cazó y lo remachó con una rosca violenta, a media altura y junto al palo. El gol fue una muestra de cómo carga el área Portugal de llegadores para acompañar a Cristiano Ronaldo. Este se fue sin marcar, pero protagonizó directa e indirectamente el salseo del partido. Primero, la presencia de su mujer Georgina creó un revuelo tremendo en las tribunas que rodeaban su asiento. Después, Cristiano dejó que un espontáneo infantil se acercara hasta él y poso para que el osado niño se hiciera un selfi. Ya con el segundo intento, Cristiano se molestó. Tenía ganas de marcar y las interrupciones rompían el ritmo del juego. Hubo otros dos espontáneos que lograron saltar al campo y otro par que fueron detenidos sobre las líneas. La seguridad fue puesta en entredicho de manera continúa y el partido se paró en demasiadas ocasiones. El carrusel de maletillas no fue más que el reflejo de esta sociedad de la imagen entronizada en las redes sociales. Dime con quién posas y te diré cuánto vales, aunque sea en seguidores.
Encajado el primer gol, Turquía apenas dio un par de coletazos y terminó por entregar el partido con el gol que va camino en convertirse en el más absurdo del campeonato. Cancelo ganó una anticipación en el centro del campo, pero se le fue el control y la pelota salió mansa de un rebote hacia Ayhan. Este jugó la pelota hacia su portero Bayindir confiando en su intuición. No miró la colocación de su portero y la pelota desfiló hacia la línea de gol sin que ningún defensor turco acertara a detenerlo.
Con ese segundo gol fue con el que la hinchada turca comenzó a recordarle a Montella que Güler estaba en el banquillo. Este siguió calentándolo en el segundo tiempo. Y de nuevo, poco antes de que Portugal hiciera el tercer gol, las 40.000 gargantas turcas volvieron a reclamar al chico. Marcó Bruno Fernandes tras un generoso regalo de Cristiano Ronaldo. Este le cedió el balón al mediapunta del United para que empujara la pelota a placer.
Probablemente en otros tiempos, Cristiano Ronaldo hubiera ejecutado el remate, pero sabía que la asistencia le convertía en el jugador con más pases de gol de la historia del torneo con siete. Un récord es un récord siempre para Cristiano.
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