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El Barcelona gana estabilidad con Christensen de medio centro

La posición del danés empuja y favorece la creatividad de Pedri y Gündogan

Christensen Barcelona
Andreas Christensen, conduce el balón durante el Alavés-Barcelona (1-3) disputado el pasado sábado en Mendizorroza.AFP7 vía Europa Press (AFP7 vía Europa Press)
Ramon Besa

Xavi no para de dar vueltas a la alineación del Barça. No ha encontrado una formación estable por las lesiones y el difícil encaje de algunos fichajes de rendimiento irregular como el de Jõao Félix o Cancelo. Afianzado Lamine Yamal en la delantera en ausencia de Raphinha, la defensa ha agradecido la llegada de los jóvenes Pau Cubarsí y Héctor Fort. La última novedad en cualquier caso es la posición de Christensen: el danés dejó de ejercer de central para jugar de medio centro ante el Alavés. El técnico recupera a una figura clave en la averiada mecánica de juego desde la salida de Busquets a Miami.

“Nos va a dar orden y disciplina”, argumentó Xavi. “No perdió la pelota, estuvo agresivo y, además, se sintió cómodo”, prosiguió el entrenador. “Teníamos que evitar los contragolpes”, insistió para incidir después en el carácter de Christensen: “Es muy competitivo, gana duelos y por su capacidad técnica puede funcionar” en una demarcación que no ha tenido un futbolista fijo una vez que Oriol Romeu se cayó de la alineación después de un buen inicio de temporada junto a De Jong. La alternativa de Eric García desapareció con su pase al Girona.

La presencia de Christensen como pivote defensivo evoca los tiempos en que el titular era Edmilson o Márquez e incluso Yaya Touré hasta que Guardiola apostó por Busquets. El exinternacional español no solo fue capaz de sublimar el puesto de medio centro en el Barcelona sino que también supo mezclar con Xabi Alonso en la línea de centrocampistas de la selección dirigida por Del Bosque. Xavi apostó también por jugar con dos futbolistas en la base del cuadrado: Busquets y De Jong. El adiós del catalán obligó a buscar un sustituto y el técnico no pudo fichar a Zubimendi ni a Kimmich. La apuesta fue Oriol Romeu.

El exjugador del Girona ha dejado de ser titular y habitualmente solo comparece en los tramos finales de los partidos, sobre todo cuando el marcador es favorable, como pasó en Mendizorroza. Xavi ha probado también con Sergi Roberto, Gündogan, De Jong o Pedri. No ha dado con una buena solución porque a menudo ha alejado a jugadores creativos de la zona de definición, del último pase o de conexión con Lewandowski. La presencia de Christensen, por el contrario, empujó y favoreció el fútbol de Gündogan, autor de un gol —suma cinco— y de una asistencia —ya suma nueve— contra el Alavés.

La alineación del danés en la divisoria supone además ganar un cuarto centrocampista, una fórmula que le suele venir bien al Barça, sobre todo cuando la delantera no presiona, como ha sucedido cuando formaron Lewandowski, Raphinha y João Félix. Las lesiones de Raphinha y Ferran han dejado la ofensiva en manos de Lamine Yamal, Lewandowski y a veces Vitor Roque. El equipo necesita ser más compacto para contrarrestar su falta de repliegue y de intensidad defensiva, reiterativo en las concesiones, evidentes también contra el Alavés.

“Juega muy bien por dentro”, explica Xavi sobre Christensen. El danés es un jugador fiable —su acierto en el pase en Mendizorroza fue del 89,6%— porque tiene buena técnica y es receptivo tácticamente mientras que no sobresale precisamente en agilidad ni profundidad, poco dotado para recibir, darse la vuelta y jugar de cara al campo contrario, una suerte que también dominaba Busquets. No hay un jugador igual ni parecido al mediocentro que hoy vuelve a jugar con Messi. La salida de balón, sin embargo, ha mejorado sensiblemente con un central de la calidad de Pau Cubarsí y todavía progresará más con el regreso de Iñigo Martínez.

El Barça ha rifado mucho la pelota con los largos desplazamientos de Araujo. Alrededor de Christensen, o de un mediocentro clásico, es más fácil que el equipo se junte, reduzca las pérdidas y pueda encajar menos goles (30), tarea en la que también notará el regreso inminente de Ter Stegen. Las sensaciones mejoraron en cualquier caso en Mendizorroza. Los azulgrana se sintieron más seguros a partir de una mejor ocupación de la cancha y estuvieron especialmente precisos en los remates a la portería de Sivera. El reto es ganar estabilidad en los partidos de entreguerras con vistas a la cita con el Nápoles y las grandes citas de la Liga.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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