Y el gol de Osimhen eclipsó a Iñigo Martínez
El central vasco, una apuesta de la anterior dirección deportiva, con Alemany y Cruyff, realiza un partido muy serio en Nápoles; sin embargo, queda en la mira en el tanto del empate
Estigmatizada y siempre a la búsqueda de un jugador al que señalar, la culpa tiene mala prensa en el fútbol. Iñigo Martínez no se libró de esa vieja receta judeocristiana deseosa de encontrar un responsable, sobre todo en las malas. En la noche en que el Barcelona regresaba a los octavos de final de la Champions después de tres temporadas, los muchachos de Xavi jugaron un buen partido en Nápoles. “Uno de los mejores de la temporada”, celebraban desde el cuerpo técnico. Sin embargo, el Barça solo cosechó un punto. Y las miradas cayeron sobre Iñigo Martínez, tan astuto para adelantar al equipo en la jugada que terminó en el gol de Lewandowski como ingenuo para dejarse ganar la posición por Osimhen en el empate del Nápoles.
El central vasco caminaba solo por el laberinto de pasillos en las catacumbas del Diego Armando Maradona para llegar al autobús de Barcelona. Tenía cara de pocos amigos, sin ganas de sonreír, mucho menos de hablar. Había quedado marcado como el responsable del gol del empate del Nápoles. “Tenía que esperarlo. No era necesario que intentara anticipar a un delantero fuerte como Oshimen”, analizó un miembro del cuerpo técnico. El Big Data, en cualquier caso, el mismo que según Xavi Hernández le entregaría inmediatamente al Barcelona el liderazgo en la Liga, no contempla ningún error de Iñigo Martínez en el gol de Osimhen. “En la acción de ayer, aunque a la vista parezca un error del central, estadísticamente no lo es. Cayó en un forcejeo. No falló un pase hacia un compañero que habilitó a un rival o falló en una acción que propició una situación de gol donde no la había”, explica Albert Valor, uno de los especialistas que trabaja para Statsperfom, una de las grandes empresas de estadísticas en el deporte.
El Barcelona, en cualquier caso, firmó en Nápoles su tercer mejor trabajo defensivo de la temporada. “Fue una ocasión y un gol. Hicimos un gran partido”, destacó Araujo, compañero de baile de Iñigo. Y Xavi añadió: “Dominamos 75 minutos y en el primer tiro a puerta de ellos fue gol. Es una pena. Esto es la Champions. No hemos estado efectivos, es el resumen de la temporada”. El Barça recibió seis remates (uno solo a portería: el gol) por los tres (uno) del Amberes en Montjuïc y los cinco (dos goles) del Getafe en el Coliseum Alfonso Pérez. La potencia de la delantera del Nápoles, en cualquier caso, justamente con Osimhen como máximo referente, cuenta con más fútbol y glamour que la del Amberes y el Getafe, dos partidos en los que Iñigo Martínez no participó.
Xavi confía en la experiencia, pero esencialmente en el fútbol de Iñigo Martínez. Y no quería sorpresas ante el Nápoles. “No hemos pensado en una cuestión de veteranía, solo en competir de la mejor manera y es cierto que Iñigo nos da empaque y salida de balón”, alertó Xavi en la previa del duelo en el Diego Armando Maradona. Lo cierto es que, con el central criado en la Real Sociedad en la zaga, la defensa azulgrana se siente más segura, por supuesto también el equipo. Con el vasco en el campo, el Barcelona ha cosechado un 66% de victorias; sin él el 55%. Además, y lo más importante para Xavi, con Iñigo como central zurdo, el Barça encajada una media de 1,1 goles por partido. Y, cuando no está, la estadística sube a 1,6. Un 45% más.
Iñigo Martínez fue uno de los fichajes estratégicos de la anterior dirección deportiva. Mateu Alemany y sobre todo Jordi Cruyff, que tenía como principal objetivo encontrar jugadores que acabaran contrato, pusieron sus ojos rápidamente en el central del Athletic. Pasaron largas jornadas en Bilbao y convencieron al vasco de que el Barcelona de Xavi era mejor opción que el Atlético de Madrid y también las tentadoras ofertas de la liga italiana. Xavi y Cruyff se encargaron de convencerlo en lo deportivo, mientras que Mateu lo hizo en el aspecto económico. Y así se convirtió en el primer refuerzo azulgrana del verano, aunque oficialmente el primero que se dio a conocer fue el Gündogan.
El Barça no se equivocó con Iñigo, un destello de luz en la defensa del equipo azulgrana esta temporada. Aunque esta vez la culpa apuntó al vasco. Y el gol de Osimhen eclipsó a Iñigo Martínez.
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