Aymeric Laporte: “Yo al campo salgo a trabajar, no me pagan para que disfrute”
El defensa de la selección española conversa con EL PAÍS sobre el racismo, las redes sociales, la evolución del juego, Guardiola y los amistosos ante Colombia y Brasil antes de la Eurocopa de Alemania
Parece un tipo seco, distante. No lo es. “Soy muy amigo de mis amigos y estoy con la gente que quiero; con la que no, no”, resume Aymeric Laporte (Angen, Francia; 29 años). Se presenta con un discurso meditado, pero no premeditado. Es espontáneo, aunque huye del compadreo. Aparece en bicicleta en la Ciudad de Fútbol de Las Rozas y retrasa sin rechistar su hora de la siesta para conversar con EL PAÍS y finalizar la sesión de fotos. Tras ganar la Champions League con el Manchester City, el central de la selección española se mudó a la liga árabe para jugar en el Al-Nassr de Cristiano Ronaldo. Ahora regresa a Europa para vestirse con la camiseta de la Roja en el último parón antes de la concentración rumbo a la Eurocopa de Alemania. España se enfrenta este viernes (21.30, La1) en Londres a Colombia y el próximo martes recibe a Brasil en el Santiago Bernabéu. Un partido con Vinicius como protagonista, marcado por la lucha de la RFEF y de la Confederación brasileña contra el racismo.
Pregunta. ¿El fútbol está atrasado respecto del resto de la sociedad?
Respuesta. En el fútbol todo se maximiza. Lo que pasa en el fútbol pasa en muchos otros deportes; pero, sin embargo, no se le da tanta importancia. Por supuesto, eso no quiere decir que el problema sea que en el fútbol hay un escaparate mayor. El problema es el racismo. Pero también es verdad que es difícil de combatir. ¿Qué haces con el racista? ¿Lo pones en la cárcel? ¿Dejará de ser racista por estar en la cárcel? ¿Lo vas a multar? ¿Dejará de ser racista si lo multas?
P. ¿Entonces?
R. Tiene que ver con cómo le inculcas valores a la gente, cómo la educas… Y, cuando te lo inculcan de joven, es cuando mejor consigues aprender que no hay diferencia entre una persona u otra por el color de la piel.
P. ¿Le ha pasado de sentir rabia o vergüenza ajena por algún comentario en un campo?
R. Al final, estás acostumbrado a escuchar de todo: insultos, amenazas…
P. ¿Pero entiende al jugador que dice basta?
R. Por supuesto, pero también hay que decir basta con otras cosas.
P. Por ejemplo.
R. Los acosos en redes, el maltrato verbal. A la persona que se está esforzando en hacer algo, sea futbolista o no, y al final lo que recibe son muchas críticas, solo se le hace daño. Y eso no aporta nada a la sociedad. Al contrario, la perjudica.
P. ¿Cómo se hace para lidiar con esa situación?
R. El futbolista ya está curado de espanto.
P. La costumbre no debería ser una justificación.
R. Correcto, pero el problema sigue estando. La manera de superarlo, o mejor dicho la manera de lidiar con esto, lamentablemente es la de mirar para otro lado y seguir con tu vida. No puedes estar pendiente de gente, que, en la mayoría de casos, son personas aburridas que no tienen otra cosa que hacer que hablar mal de otros. Y lo hacen solo para estar en el foco. Ya le digo yo que Jeff Bezos [presidente de Amazon] no está hablando mal de nadie. Lo hace la gente que no se esfuerza en sus cosas y que desconoce el esfuerzo que hacen otras personas. Gente que no sabe lo es que es el sacrificio. Entonces, tienen más tiempo para hablar de tonterías e insultar. Esa gente no me importa demasiado.
P. ¿De niño qué quería ser?
R. Futbolista.
P. ¿Sin embargo, no le gusta mucho el fútbol?
R. Me gusta el fútbol, me gusta el balón, pero no me gusta lo que rodea al fútbol. Si usted me dice que quitan las cámaras y todo eso y yo voy con mis amigos… Estaría encantado de jugar. Pero soy futbolista profesional y encima soy defensa, que es el que peor tarea tiene.
P. ¿Peor que la del portero?
R. El portero para una y salva el partido. El defensa es el último hombre, es el que más expuesto está para cometer un penalti, el que más expuesto está para llegar tarde y ver la tarjeta roja. Nosotros somos los que nos comemos todo eso.
P. ¿Y cómo lo trabaja mentalmente?
R. ¿Usted cree que quiero me expulsen? Obviamente, no. Si me caen más críticas me las tendré que comer. Al final, puedes hacer un error que te perjudica. Pero yo intento hacerlo lo mejor posible. Y si puedo meter un gol, pues lo meto.
P. ¿El entorno le fue matando la pasión por el juego?
R. Como en todos los trabajos, supongo. El fútbol es una pasión y un trabajo.
P. Pero el fútbol no deja de ser un juego, usted sale a jugar al campo.
R. Yo al campo salgo a trabajar. Cuando eres profesional tienes muchas responsabilidades y te pagan por tener esa responsabilidad. No te pagan para que disfrutes. Tienes un patrón y un jefe que te exigen. Y es normal, para eso tienes un contrato. No es como cuándo me voy con mis amigos y me pongo de delantero y no bajo a defender.
P. ¿Esto justifica su traspaso a Arabia?
R. No sé si lo justifica o no. Evidentemente, no me olvido de cuando tenía cinco años y era yo el que pagaba para jugar al fútbol. Bueno, en realidad, eran mis padres los que pagaban.
P. ¿Se acuerda el momento que hizo el click y dejó de tomarse el fútbol como un juego?
R. Me lo sigo tomando como un juego, pero como profesional tienes otras responsabilidades. Lo disfruto, pero es un trabajo. Son dos cosas que se compaginan. Pero hay muchas cosas que me gustaría hacer que no hago porque soy profesional.
P. ¿Cómo qué?
R. Me gustaría tener dos días libres a la semana, pero tengo que seguir el plan de entrenamiento.
P. ¿Su posición es la que más ha evolucionado?
R. No, la que más evolucionado es la del portero. Antes solamente tenían que parar y ahora tienen que parar, pero también jugar con los pies y ayudar a la defensa. Obviamente, la nuestra también ha cambiado. De solamente defender se ha pasado a mejorar en la salida de balón, a orientar el juego... Ahora el fuera de juego es más complejo y también tienes que estar más coordinado con tus compañeros.
P. ¿En eso Guardiola es el que más le ha ayudado?
R. El número uno, sin ninguna duda.
P. ¿Para usted que está en Arabia, estos dos partidos son más importantes?
R. Son dos amistosos, la única diferencia es que son los últimos antes de ir a la Eurocopa. Obviamente, es bueno hacerlo bien para demostrar tanto personalmente como colectivamente. Es importante para la ambición que tenemos.
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