La condena por prevaricar de Rafael Louzán somete a un examen de conciencia a los barones de la RFEF y al fútbol español
El presidente del CSD, Rodríguez Uribes, es tajante: “No puede presentarse nadie que esté inhabilitado judicialmente”
La negativa de Rafael Louzán a abandonar su propósito de presidir la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) al estar condenado a siete años de inhabilitación para ocupar un cargo público por prevaricar ha desembocado en un oscuro juego electoral y en un examen de conciencia entre los presidentes de las territoriales para conceder avales. Algunos barones le han comunicado a Louzán que ni le avalarán ni le votarán, pero la gran mayoría le apoyan pese a los riesgos reputacionales que corre el fútbol español si el gallego mantiene su intención de ocupar la poltrona federativa.
Por su condena, aunque no sea firme por estar recurrida en el Tribunal Supremo, Louzán no podría ocupar cargos ni en UEFA ni en FIFA porque no pasaría los controles de integridad. El escarnio sería internacional en el momento en el que su candidatura a formar parte de los comités ejecutivos de ambas organizaciones fuese rechazada. También los estatutos de la RFEF, en su artículo 19.4, dicen que no podrán ser miembros de los órganos federativos “aquellas personas inhabilitadas para cargo público”. Esta es una de las cartas que quiere jugar el Consejo Superior de Deportes (CSD) para que, bien la junta electoral o el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), frenen a Louzán por incurrir en causa de inelegibilidad.
Los estatutos federativos no especifican si la condena debe ser firme, aunque Louzán defiende que la Orden Ministerial que regula las elecciones en las federaciones es de rango superior y sí especifica que las condenas deben ser firmes. Los servicios jurídicos del CSD discrepan y advierten que la normativa estatuaria puede ser más restrictiva y complementaria mientras no contradiga a la citada. El presidente del CSD, José Manuel Rodríguez Uribes, fue rotundo este lunes al respecto: “Hay que cumplir algunos requisitos. Por supuesto, lo que establece la propia federación, que dice que no puede presentarse nadie que esté inhabilitado judicialmente. Bueno, pues ya está, no hay más que decir”.
Este martes, a las cinco de la tarde, termina el plazo para presentar los avales. Louzán cuenta con más de los 21 necesarios para presentar su candidatura y, por si el CSD logra su objetivo de apartar de la carrera electoral al barón gallego, este prestará otros 25 avales para entregárselos a Sergio Merchán, el presidente de la territorial extremeña. Si el inhabilitado Pedro Rocha colocó a María Ángeles García Chaves, Yaye, como su sucesora sin importarle la idoneidad para el cargo de la exfutbolista cacereña, Louzán ha pensado en Merchán como su recambio. A Louzán también le da igual la poca experiencia de Merchán, que apenas lleva un año como barón extremeño, o su preparación para el cargo, muy cuestionada, según fuentes federativas. Este periódico trató sin éxito de ponerse en contacto por vía telefónica con Merchán para confirmar su candidatura y realizarle una serie de preguntas, también enviadas por Whatsapp. Las cuestiones eran si se siente capacitado para el cargo y cuál es su programa o si es el mismo que el de Louzán. Tampoco respondió Merchán a la pregunta de si estudiará, como la candidatura de Louzán recomienda en un informe jurídico repartido entre sus barones afines, la manera de cambiar los estatutos de la federación en sus artículos 19, que juega en contra de Louzán para poder presentarse, y el 24. Este último tiene que ver con los motivos de cese, y en uno de sus apartados dice que cualquier persona que se vea afectada por el 19 cesará en su cargo de manera inmediata.
La pinza de Louzán y Merchán ha irritado a los barones opositores y cierra el paso de las candidaturas externas del empresario Juan Manuel Morales y del exsecretario general de la RFEF Gerardo González. Ambos ayer intentaban recabar los 21 avales necesarios para presentarse, pero o se encontraron con la negativa de los barones contactados o con la decisión de algunos de no dárselos a ningún candidato. Para un barón muy contrario a Louzán, la segunda opción “puede ser una manera de quedar bien ante la sociedad y luego votarle porque el sufragio es secreto”.
Esta tarde a las cinco se sabrá si la mayoría de los barones, que siempre sacan pecho de que ellos son el fútbol español, aprovechan la oportunidad de desmarcarse del plan de Louzán. Si no es así, y el CSD no lo remedia, pondrán de nuevo en riesgo la ya mancillada imagen de la RFEF y del fútbol español.
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