Peter Lim niega que el Valencia esté en venta y coloca a su hijo de presidente

Las casualidades no existen. Al menos no puede ser cuestión del azar que dos anuncios importantes en torno al Valencia se sucedan el mismo día. Uno de esos anuncios explicaba ayer que el club de la capital del Turia nombraba a Kiat Lim, hijo del propietario de la entidad, Peter Lim, como el nuevo presidente en sustitución de Layhoon Chan. El otro se podía leer en The Business Times, un periódico económico de Singapur, el país del dueño, que publicaba varias frases de un supuesto comunicado de Meriton Holdings, propiedad de Peter Lim, en el que se afirma que el club “no está en venta” y que todas las informaciones al respecto de esta operación “son falsas”.

Peter Lim coloca a su hijo como muestra irrefutable de que no quiere vender el Valencia, el club de fútbol del que logró la mayoría accionarial en 2014. Antes estuvieron al frente de la gestión Amadeo Salvo, el hombre que, junto a Aurelio Martínez, trajo al millonario singapurés a Valencia. Y después de este: Layhoon Chan, Anil Murthy, Khojama Kalimuddi y, nuevamente, Layhoon Chan.

La ejecutiva tenía una misión muy concreta en esta segunda etapa: dialogar y negociar con las instituciones para reanudar la construcción del nuevo estadio. La presidenta logró desbloquear este asunto y después de unos meses muy agrios, con ruedas de prensa en las que recibió preguntas duras pero también algunas impertinentes, o una junta de accionistas tan tensa que optó por suspenderla y desalojar a los socios que protestaban airadamente por su gestión, ha decidido dejar la ciudad y, probablemente, volver a Singapur para seguir trabajando a las órdenes del patrón.

Ahora es el turno de Kiat Lim, vicepresidente de Thomson Medical Group, un grupo empresarial, también propiedad de su padre, dedicado a la medicina privada en Malasia y Singapur, según la revista Forbes, que calcula la fortuna de Peter Lim en 1.600 millones de dólares.

El nuevo presidente, que asumirá el cargo este miércoles, es un hombre de 31 años que en diciembre de 2022, cuando entró como consejero, viajó a Valencia y concedió una entrevista a la radio oficial del club que hoy, 26 meses más tarde, suena casi a burla. “Dos finales consecutivas de Champions League (dijo en alusión a esos partidos por el título jugados por el Valencia en 2000 y 2001). Debemos tener esto en cuenta para avanzar. Este es el nivel en el que deberíamos estar. Entiendo que los aficionados estén molestos; yo también lo estoy”.

Ahora, dos años después de esas declaraciones, el Valencia, desmantelado por Peter Lim tras vender a sus principales jugadores, rema a contracorriente para no bajar a Segunda. El equipo, ahora dirigido por Carlos Corberán, lleva 24 jornadas en puestos de descenso, y la afición, harta y muy decepcionada, desea perder de vista a Peter Lim para renacer de sus cenizas.

El clima es altamente inflamable y ya ha habido violentas protestas a las puertas del estadio, donde cada partido, en el minuto 19 —un guiño al año de fundación de la entidad, 1919—, la afición pide a gritos “Peter, vete ya”. Y por toda la ciudad, desde los balcones de particulares a los aseos de muchos bares de copas, se pueden ver los carteles o pegatinas amarillas con una frase que ya toda Valencia se sabe de memoria: “Lim, go home”. O sea, que venda, que se vaya a su casa. Donde él sí que está, por cierto. Y desde donde ahora envía a su nuevo emisario.

Kiat Lim, uno de los dos hijos de Peter Lim, asume esta nueva responsabilidad en un momento “clave para la organización”, cuenta el comunicado en el que se asegura que es una apuesta de futuro. “Su nombramiento demuestra un firme compromiso a largo plazo con el club y refuerza la apuesta del club por la estabilidad y la construcción de un proyecto sólido para el futuro”. Aunque no hace mucho, en diciembre, en una de sus escasas comparecencias ante los medios de comunicación, Layhoon Chan había abierto una puerta. De salida. “Si llega una oferta atractiva, seguramente la estudiaremos”, dijo todavía como presidenta de un club que, por un lado, lleva varias temporadas intentando no perder la categoría, y que, por otro, tiene abierto el proyecto de un nuevo estadio y todos los negocios que orbitan alrededor.

Meriton ha querido dejar claras sus intenciones en The Business Times. “Esas informaciones son falsas. El Valencia no está en venta y sigue comprometido con el Valencia”. El artículo, además, menciona un intento de compra del club, por parte de un grupo de inversión de Indonesia, hace dos años. Aunque en los círculos futbolísticos de la ciudad se duda de esta afirmación y existe el convencimiento de que Peter Lim no estará otros diez años como propietario del club, el de mayor arraigo y masa social en la Comunidad Valenciana.

Mientras siguen las protestas y se renuevan las caras al frente de la junta directiva, las obras del Nuevo Mestalla se han reanudado después de estar años paradas. Aunque nadie tiene la certeza de que la construcción vaya a estar terminada algún día. Pues habla el pasado reciente y los más de 16 cursos que ha pasado el armazón desnudo de hormigón del futuro estadio sin que nadie le tocara un pelo. El Valencia ha necesitado pedir un préstamo por 320 millones de euros, una operación que, al parecer, no se ha cerrado y que podría derrumbarse si el Valencia baja a Segunda. Todo está conectado. No existen las casualidades.