Joan Cardona, bronce en el Finn, primera medalla para la vela
El más joven del equipo olímpico entre los regatistas sube al podio tras los dos cuartos puestos en 49er
Después de los dos cuartos puestos en el 49er (el de Tamara Echegoyen-Paula Barceló y de Diego Botón-Iago López Marra), Joan Cardona, 23 años y el más joven de la expedición española en vela, ha conseguido la primera medalla para la disciplina en Tokio, un bronce en la categoría Finn. El oro ha sido para el británico Giles Scott y la plata para el húngaro Zsombor Berecz.
Cardona es un gigantón de metro noventa, amante del golf. Tanto que trasnocha cada vez que hay competiciones importantes como el Masters de Augusta. “No se pierde una, él es así, le apasiona una cosa y a tope con ella. Cuando se propone una cosa va a tope, a tope, a tope; machacar y machacar”, le describe su técnico, Diego Fructuoso. Pese a ser un júnior, asombra la tranquilidad con la que Cardona ha saltado a diario al campo de regatas de Enoshima desde que empezó la competición. Mientras los demás andan con cara de nervios y agobio, él se permite el lujo de bromear hasta un minuto antes de salir. Su entrenador dice que tiene una sangre fría envidiable.
Las eliminatorias para clasificarse para la Medal Race (la carrera para las medallas, a la que acceden solo los 10 primeros barcos) son un proceso infernal que dura una semana y que te obliga a estar todos los días al máximo nivel: para tomar las decisiones correctas y, sobre todo, para entender qué es lo que no funciona cuando las cosas se tuercen. Dar con la tecla te puede arreglar las regatas siguientes, perderte, te condena a arrastrar las dudas del día anterior y a la eliminación. Que se lo pregunten si no a Silvia Mas y Patricia Cantero, del 470, que llegaban como campeonas del mundo y no se han clasificado para la Medal Race.
“Me sabe a oro esta medalla porque ha sido una carreta muy dura y una semana larguísima. Es increíble la sensación”, dice Cardona al mismo tiempo que asegura que lo ha pasado mal en el arranque de la Medal. “Me he complicado un poco la vida yo solo”. Salió a competir después de los 49er, masculino y femenino, que llegaban a la Medal Race con opciones de medalla y, sin embargo, se quedaron fuera del podio. ¿Notó más presión por tener que sacar un resultado?, le preguntaron. “La presión siempre existe, hiciesen lo que hiciesen ellos. Me ha dado pena, al menos con esta medalla a ver si consigo darles yo un poco de alegría a ellos”.
Cardona compite en la clase Finn, una de las modalidades más lentas. Así lo explica él, nacido en Barcelona pero menorquín de adopción. Sus padres, profesores, se mudaron a la isla cuando Joan tenía un mes. “En la vela olímpica decidimos mucho el barco en el que navegamos por el físico, por el peso y altura. Nuestro barco es el de los llamados heavy weight, de los pesos pesados, somos los más grandes y más pesados de la vela olímpica y por mis características era el barco que mejor me venía”. Empezó en esta modalidad (que no estará en el programa olímpico de París 2024) en 2017. El barco mide 4,5 metros y pesa 116 kilos sin el mástil. “Es de los más lentos y también por eso las regatas son mucho más apretadas. Es un barco muy táctico en el que es muy importante estar muy bien físicamente y ser muy buenos en el posicionamiento con el resto porque vamos todos tan juntos que cualquier pequeña diferencia se nota un montón”, explica.
Hizo baloncesto desde pequeño, pero donde más resultados sacaba era en la vela. “Me gustaba mucho. Había buen ambiente en el club de Mahón y me decanté por la vela”, cuenta. Era un niño cuando sus padres, que tenían un barco, se lo llevaban a navegar por las calas de Menorca. Tardó poco en empezar con el Optimist (vela ligera). “Con nueve años fui a mi primer campeonato de España, eso de estar viajando, el ambiente, el hacer un grupo de amigos muy grande, el salir a competir fuera y ver que tenía un nivel alto era lo que más me motivaba”. Así que, con 15 años, dejó Menorca y se trasladó a Mallorca, al centro de tecnificación de Baleares. Y eso, cuenta su técnico, no fue fácil: “Irte de casa, apostar todo por esto nunca es fácil”.
Muchas son las cosas que ha tenido que dejar de lado muchas cosas. “Acabé mis estudios en bachillerato, pero no me apunté a la universidad. Esos son los sacrificios, no salir tanto con mis amigos, estar casi todo el año fuera de casa sin ver a la familia. Pero me acostumbré rápido a ello”. Tan rápido que en su debut olímpico se ha hecho con el bronce.
“Ganar una medalla olímpica ha sido siempre el sueño de mi vida. Así que dejar de lado todo no ha sido tampoco un sacrificio muy grande, al final estoy haciendo lo que me gusta y lo que realmente quiero”. En París 2024 el Finn se cae del programa olímpico. “Y es una pena, porque con Joan hubiésemos tenido carrera para rato”, lamenta su técnico. Su peso no se adapta a los 49er ni mucho menos a los 470. “La opción que tiene sería perder 15 kilos y competir en Laser”, apunta Fructuoso. Y dice Cardona: “Sólo pensé en venir a Tokio y en disfrutar del momento, ya con calma pensaré en qué voy a hacer”.
Este miércoles, disputarán la Medal Race Jordi Xammar y Nico Rodríguez, del 470, la última opción de medalla para la vela española, que llegó a Tokio con 10 barcos clasificados de 10 categorías.
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