Gavi, el gladiador más precoz de La Roja
El interior andaluz del Barcelona se convertirá con 18 años en el jugador español más joven en una Copa del Mundo
Nadie como Gavi (Los Palacios; Sevilla; 18 años) representa la atrevida osadía de la adolescente selección de Luis Enrique. Cuando el próximo 23 de noviembre España debute contra Costa Rica, el precoz interior del Barcelona se convertirá en el jugador más joven de la historia de España en disputar un Mundial. Con una docena de internacionalidades, Gavi solo tiene una gran cicatriz de guerra en las grandes competiciones de selecciones, pero es profunda. Su estreno, en el que se bautizó como el internacional español absoluto más joven con 17 años y 62 días, fue ante Italia en las semifinales de la Liga de Naciones en Milán. Desconocido para la mayoría de los aficionados españoles, los tifosi que abarrotaban San Siro se frotaban los ojos ante las embestidas de un novato que se encaraba como un gladiador con cualquier jugador italiano que se le cruzara en las disputas. Gavi jugó a la pierna dura y salió ganador de los duelos cuerpo a cuerpo como un veterano curtido ante rivales que sí lo eran. Fue la clase de actuación ante la que el clasicismo futbolero suele sentenciar: “Aquí hay jugador”.
“Quién iba a pensar que iba a resultar el jugador que ha resultado desde el primer momento. Solo Luis Enrique”, dicen en la federación. Gavi es el paradigma del reclutamiento de talento joven llevado a cabo por el preparador asturiano y puesto en marcha con más énfasis a su regreso al cargo tras el intervalo por el fallecimiento de su hija. Jesús Casas, su segundo hasta finales del pasado mes de febrero, vivió en primera persona la captación de Gavi. “Con los jóvenes se trata primero de que se ajusten a la idea del juego y por supuesto que su rendimiento se pudiera vislumbrar válido para dar ese salto. Luis Enrique no tenía dudas con él, por eso le concedió la titularidad ante Italia pese a que era su primera convocatoria con la selección”.
Un año y medio después de su sorprendente y estelar entrada en la internacionalidad absoluta, Gavi se presenta a este Mundial más maduro. Eso dicen observar quienes conviven en el día a día con el grupo. “Es muy despistado, se olvida de las cosas, pero ha mejorado”, explica un empleado federativo que ve al muchacho tranquilo ante la responsabilidad que tendrá que asumir en Qatar como uno de los centrocampistas de cabecera de Luis Enrique.
Parte junto a su compañero Pedri como uno de los dos interiores que más posibilidades tienen de acompañar a Busquets. “Es como si le hubieran insertado un chip en su cerebro que le transmite esa tranquilidad”, abundan en la federación. A ambos se les ve como dos futbolistas más hechos ante las dificultades que se les puedan presentar por las experiencias vividas en el Barcelona durante la pasada temporada, con malos resultados y un cambio de entrenador a mitad de temporada. “Es carácter puro, todo corazón, disciplinado y trabajador, una maravilla. Ha sido el mejor del partido”, le ensalzó Xavi en la sala de prensa del Sánchez Pizjuán después de la victoria del Barça ante el Sevilla por 0-3 a primeros de septiembre. Dos meses antes, Luis Enrique había emitido una valoración que amplificaba la fe que le tiene. “Con balón, Gavi es un desconocido en el fútbol español, incluso para los que le tienen cerca”, aseveró el seleccionador español tras el empate con Portugal (1-1) en el primer envite de la tercera edición de la Liga de Naciones disputado en el Benito Villamarín. Ese día el técnico de La Roja quiso acabar con la etiqueta que definía a su apuesta más elocuente como un mero jugador de rompe y rasga con buenas condiciones técnicas.
Para Luis Enrique lo mejor de Gavi con la pelota aún está por llegar y pretende que sea bajo la exigencia que le impone a los interiores. Esta es mayor que en el Barcelona. “Es la posición más difícil y en la que más hay que trabajar en ataque y en defensa. Los dos interiores son principalmente los que se encargan de taponar a los jugadores rivales de más creación. Una vez que recuperamos el balón, tienen que tener capacidad más que de sobra para filtrar pases, conducción para llegar y chutar...”, ha explicado Luis Enrique en más de una ocasión. Pero si en alguien tiene confianza para eso es en el jugador que abandera el insolente descaro de la juventud de su selección.
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