Neymar, diana mundial
El brasileño, baja casi segura hasta octavos por el tobillo, es el jugador que más faltas ha recibido desde Brasil 2014
Menos de 24 horas después de que el Mundial temblara con las imágenes del tobillo derecho inflamadísimo de Neymar, en el campo de entrenamiento de la selección brasileña, la camiseta del 10 más prominente era la de un tipo encerrado en un peluche amarillo gigante. Canarinho, el pájaro mascota de Brasil, posaba para decenas de fotos con los invitados al entrenamiento abierto a familiares y amigos de la selección al día siguiente de debutar con victoria (2-0). Poco después de que la mezquita cercana llamara al rezo, comparecieron sobre la hierba del estadio Grand Hamad los que no habían sido titulares contra Serbia. Apareció también algún titular, como Vinicius, al trote de charleta con un asistente. Pero no Neymar.
El atacante se había quedado en el hotel para que los fisios siguieran tratándolo. Los exámenes médicos que le practicaron este viernes determinaron que había sufrido un esguince y que tenía además un pequeño edema óseo. El resultado de una de las entradas de los serbios. Además de dolorido, estaba desolado: “Hoy se convirtió en uno de los momentos más difíciles de mi carrera. Otra vez en un Mundial. Estoy lesionado. Me duele, pero estoy seguro de que podré volver”, escribió en Instagram.
La primera certeza sobre el brasileño, el centro de la selección favorita en Qatar, es que no podrá jugar el lunes contra Suiza (17.00, Movistar). A partir de ahí, todo sigue siendo incierto, aunque el aspecto del pie, y la referencia a la inflamación en el hueso, llevan a pensar que el atacante tampoco jugará el viernes que viene contra Camerún (20.00, Movistar), y que solo resulta razonable esperarlo en octavos.
Fuentes de la federación brasileña, sin embargo, no quieren mirar tan lejos. Prefieren esperar a observar la evolución del tobillo, y tener una idea más precisa de los plazos después de Suiza. Pero no dudan de que podrá volver a jugar en Qatar. El primero, el seleccionador, Tite, que el mismo jueves, aún en el estadio de Lusail, aseguró que se lo volvería a ver en la cancha.
Esa noche había pesar en la delegación canarinha. El médico, Rodrigo Lesmar, compareció el primero, y después de detallar lo poco que había podido averiguar sobre el estado del tobillo, contó que Neymar había aguantado 11 minutos en el campo después de la entrada que le dobló el pie. Hasta que vio el partido cerrado. Entonces, en el minuto 80, incapaz de aguantar más el dolor, se sentó en la hierba, pidió que lo miraran, se levantó y dejó el partido cojeando rumbo al banquillo, donde se cubrió la cabeza con la camiseta.
La entrada que lo sacó del encuentro no fue un lance aislado. El árbitro le pitó el jueves a Serbia 14 faltas, y nueve fueron a Neymar, el 64%, según el recuento de Opta. Nadie recibió tantas en la primera jornada del Mundial. Pero no es solo de ahora.
Neymar es la principal presa de los mundiales desde que debutó en el de Brasil en 2014. A partir de entonces, es el jugador al que más faltas le han hecho, 53, con una distancia notable respecto de los siguientes: Hazard, con 42, y Messi, con 36. Si se mira el dato cada 90 minutos, para comparar a futbolistas que han jugado distinto número de partidos, Neymar sigue en cabeza, con 4,83 faltas por partido, por delante de Hazard (3,99) y del costarricense Joel Campbell (3,79).
Tomando en cuenta los Mundiales desde el de Inglaterra en 1966, solo hay cuatro futbolistas a los que les hicieran más faltas por partido que al brasileño: Maradona (7,05), Ariel Ortega (5,89), Enzo Francescoli (5,17) y Alexis Sánchez (5,09).
La persecución que sufrió Neymar contra Serbia no pareció casual. Cuatro años antes, en el Mundial de Rusia, también se habían cruzado, con el mismo resultado, 2-0. Aquel día, Neymar los acribilló con una sucesión de ocasiones y pases peligrosos, y con una asistencia a Thiago Silva en el segundo gol. En aquella ocasión, los serbios hicieron 11 faltas, tres menos que esta vez, pero sobre todo escogieron las víctimas de manera distinta. Solo tres fueron a Neymar, las mismas que a Willian, mucho menos incisivo. Antes del jueves, el seleccionador serbio, Dragan Stojkovic, ya había dejado asomar su preocupación por cómo desactivar el ataque de Brasil: “Necesitamos estar concentrados e intentar pararlos del modo correcto y de manera inteligente. Es posible pararlos”. Después del partido, no creyó que sus jugadores hubieran sido demasiado duros: “Han sido faltas normales, tarjetas amarillas normales. Un partido muy justo y correcto, de fair play. Un partido limpio, y una victoria merecida de Brasil”.
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