Nadal ya ‘juega’ Roland Garros: “Mi objetivo es ser competitivo a medio plazo”
El español firma un ilusionante regreso ante Thiem, recuerda que lo prioritario es preservar el físico e incide en que su deseo es llegar a punto a la gira sobre tierra
Rafael Nadal acaba de redondear un asombroso regreso contra Dominic Thiem (7-5 y 6-1, en 1h 29) y viene a decirle con elegancia al entrevistador, tan ilusionado como el resto de los asistentes por lo que acaba de presenciar, que el dato aportado no le importa en exceso, por no decir nada. El hombre le desliza que con el triunfo contra el austriaco, rubricado casi un año después del último que había logrado, 351 días exactamente, ya se ha desmarcado de Ivan Lendl —ahora un por debajo, 1.068— y se ha situado en el cuarto peldaño histórico, solo por detrás de Jimmy Connors (1.274), Roger Federer (1.251) y Novak Djokovic (1.088). “Como puedes imaginar, no es una estadística en la que estuviera pensando hoy. Tenía suficiente con estar concentrado en volver a la pista y recordar cómo se juega un partido profesional…”, le contesta el español en inglés, emocionado y satisfecho después de una convincente puesta de largo que seguramente ha superado las expectativas.
“¿Nadal no ha jugado en un año? ¡Vaya nivelazo!”, comenta desde la distancia el malagueño Alejandro Davidovich, tan sorprendido por el despegue del mallorquín como el resto de los que lo han presenciado. Nadal, especialista en regresos, acelera los tiempos. Pulcro despliegue frente a un adversario ayuda lo suyo, porque tras ceder el primer set, Thiem se ha venido abajo. En todo caso, más allá de la rotundidad de la victoria impacta la naturalidad de las maniobras y la precisión en los golpes, sin fisuras reseñables en esta primera propuesta individual –se rodó previamente en el dobles del domingo– pese al extenso periodo en la reserva. Se sospechaba el buen estado de forma, pero no deja mancha alguna y el jueves (no antes de las 9.30, Movistar+) tendrá una nueva oportunidad de engrasarse frente al local Jason Kubler, de 30 años y 102º del mundo.
Es un arranque a pedir de boca para Nadal, que prioriza salvaguardar el físico y ganar kilometraje de aquí a abril, cuando comenzará la gira sobre tierra batida. Sin renunciar a nada en el trayecto hacia esa fecha, porque su recorrido impide negarle sea cual sea la circunstancia, el tenista incide en que el verdadero objetivo es la primavera. “Es solo un comienzo positivo”, rebaja. “He jugado bastante bien, honestamente, pero lo primero y más importante hoy era mantenerme sano. Si soy capaz de jugar más partidos, será más útil en para recuperar algunas cosas que, por supuesto, necesito si quiero ser competitivo. Mi objetivo sigue siendo ser competitivo a medio plazo, en un par de meses; ahora bien, si lo soy ya, fantástico, sería una gran sorpresa. Ya veremos, día a día. Hoy ha sido positivo, vamos a ver después de mañana…”.
En este curso que apunta a ser el último de su carrera, no hay mayor aliciente para él que la doble estación de París: Roland Garros y los Juegos. Si hay una estación que le ilusione y en la que desee ofrecer su mejor versión es la francesa, de modo que su trabajo está enfocado en esa dirección. Atestiguaba hace dos semanas su preparador, Carlos Moyà, en una entrevista concedida a la ATP: “Hay muchas incógnitas que el tiempo va a ir despejando, pero está claro que Roland Garros es un torneo que le hace muchísima ilusión, como toda la temporada de tierra batida, que es su época favorita del año”. Y por esas mismas fechas, abundaba él mismo en la idea durante un encuentro con este periódico en Kuwait, donde se ejercitaba antes de poner rumbo a Australia: “En mi cabeza está llegar a los últimos torneos de temporada de tierra, que pueden ser Roma y Roland Garros [del 26 de mayo al 9 de junio]. Por eso estoy jugando. Es remota, pero tengo una mínima opción. Claro que está en mi cabeza, no les voy a engañar, no me voy a quitar esa ilusión; si no tuviera esa ilusión, esa motivación, se me haría difícil volver”.
Guess who's back? 🥶
— Tennis TV (@TennisTV) January 2, 2024
The best points as @RafaelNadal secured a memorable comeback win over Dominic Thiem! pic.twitter.com/NnE9K0BJ1W
Por tanto, Nadal contempla el intervalo hasta la primera cita de París como una larga pretemporada en la que sumar kilómetros de calidad será fundamental. Dice que en esta primera intervención no se ha librado de los miedos, dado que el paso por el quirófano —a principios de junio, para reparar el psoas ilíaco y la cadera— afecta al subconsciente, pero al mismo tiempo expresa haberse sentido “más o menos libre” para ejecutar su plan. También valora sobremanera el no haber terminado con malas sensaciones en términos físicos.
”Vas a la pista y tienes la duda de si va a ser un desastre, porque puede pasar. No es algo que esté diciendo aquí para protegerme, en absoluto”, se dirigía a las periodistas tras superar a Thiem; “no lo necesito. No estoy aquí para usar ninguna excusa. Sé lo que está pasando. La gente que ha estado a mi lado sabe cómo me sentía hace un mes y medio. Hablo con la mano en el corazón. Sales a la pista y tienes más nervios de lo habitual, porque realmente al final esperas jugar a este nivel, pero dentro de ti sabes que puede ser un desastre, y eso, por supuesto, me preocupaba”. Ya de retirada en el hotel y consciente del impacto generado, insistía por medio de sus redes sociales en que “nada ha cambiado respecto a lo que venía diciendo: esto es solo un primer paso y queda mucho camino por recorrer. Solo es un partido, lo importante es que estoy sano. Mi objetivo es seguir disfrutando”.
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