Paula Badosa: “A veces tienes que pegarte la mayor hostia para salir adelante”
La española, citada en la tercera ronda con Kasatkina tras vencer a Fruhvirtova (6-4 y 6-2), dice que ha mejorado de la espalda y que confía en recuperar el sitio perdido
Libra Paula Badosa desde hace más de un año una batalla mayor, la de dar continuidad a una carrera desde entonces rodeada de interrogantes y de cortisona. Y se percibe la tensión. Al gesto serio de estos días le acompaña la expresividad durante el duelo contra la joven Linda Fruhvirtova en la pista 17 de Wimbledon, unos cuantos aspavientos porque la rival ha solicitado la asistencia médica y ella, siete años mayor, 19 frente a 26, sabe de qué va esto e interpreta que se trata simplemente de una táctica farfullera para trabar la acción, set abajo ya. Así que la española pasea de un lado a otro mosqueada y lo comenta con su banquillo. Y lo dicho, se expresa. Español, catalán, inglés.
“Es joven, pero se las sabe todas, ¿eh?”, protesta. “Se las sabe todas la renacuaja…”, continúa. “¡Está todo el rato así!”, agrega antes de que el partido continúe y selle su acceso a la tercera ronda (6-4 y 6-2), en la que chocará este viernes con Daria Kasatkina. Feliz por el pase, su tono no termina sin embargo de ir en consonancia con la buena marcha adquirida en este despegue en Londres, donde ya ha mejorado el resultado registrado el curso pasado —retirada en la segunda ronda— y donde confía en seguir recopilando sensaciones optimistas. Cuenta que la espalda le respeta más (o que al menos está más controlada), que últimamente compite con mayor confianza y que de vez en cuando un buen topetazo ayuda a cambiar el curso de los acontecimientos. A ella le sucedió en la Caja Mágica.
Badosa llegó allí a finales de abril con la ansiedad de querer hacerlo bien; queriendo correr, seguramente, más de lo recomendable. Y lo pagó. Descabalgada de la zona noble del circuito, llegó a desaparecer del top-100 y el proceso de vuelta está siendo muy duro, pendiente además todo el rato de la respuesta de la espalda. Responde la catalana a la pregunta formulada por EL PAÍS.
“A mí lo que más me costó es ponerme físicamente a punto y recuperarme de un día para otro. Físicamente, me estaba costando mucho y la espalda no me estaba respondiendo, y mentalmente, quieras o no, se te va la confianza; es algo que yo tampoco me esperaba, porque siempre he pensado que la confianza se te va si pierdes. Pero cuando te alejas un poco de la competición, sientes la pérdida, se te va. Y eso también me costó mucho recuperarlo. Creo que mi punto de inflexión llegó en la gira de tierra, en el torneo de Madrid, que me hizo mucho daño”, precisa, refiriéndose a la derrota en la primera ronda contra la gallega Jessica Bouzas.
Volver a disfrutar
Aquel día, Badosa sufrió una gran decepción, pero no tanto por el resultado —derrota en tres sets— como por la imagen ofrecida ante la grada que más le motiva, probablemente, junto con la de Roland Garros. “Venía de la lesión [pequeña rotura en el aductor] y estuve muy mal, pero a partir de ahí resurjo un poco y vuelvo a ser la Paula que quiero ser; recupero también una parte de mi equipo que tenía en su momento [el preparador David Antona, con el que había trabajado en 2022] y eso también me da confianza. E intento buscar cosas pequeñas cosas para reconstruir esa confianza”, continúa.
A partir de ahí, recalca, recuperó el rumbo deseado y percibe una progresión puesta en duda muchas veces durante los últimos meses, tiempos de incertidumbre. La espalda, traicionera a más no poder. Sin embargo, confía en que el físico le responda y en que le permita poco a poco ir trazando recorridos cada vez más largos en los torneos, con el objetivo de seguir ganando ritmo y escalar otra vez en la clasificación mundial —llegó a ser la dos del mundo en 2022— porque le duele sobremanera verse ahí, en el puesto 93º; fuera de sitio, teniendo en cuenta su capacidad. A partir de ahí, trabajo y humildad. “Creo que estoy empezando a ser otra jugadora, y en eso me baso. A veces tienes que pegarte la mayor hostia para salir adelante. Y, como siempre digo, eres como el ave Fénix, y Madrid fue el punto de inflexión”, indica.
Independientemente de marcadores, tiene la esperanza de que todo vaya a mejor y de que a pesar del escaso margen de descanso —el pulso con Fruhvirtova fue pospuesto un día por la lluvia—, pueda estar a la altura contra Kasatkina. “Vengo muy preparada, con mi equipo, un fisio, el médico… Me lo controlan todo muy bien. Quizá me perjudique no tener día de descanso, porque eso me ayuda mucho, pero he terminado pronto y estoy muy bien físicamente”, se despide Badosa de los periodistas, aferrada a la idea de recuperar el terreno perdido y, sobre todo, de volver a disfrutar sobre las pistas del deporte que tanto ama.
DISCRETO PASO DE ROGER FEDERER
Este jueves se dejó ver por las instalaciones de Wimbledon el dueño del jardín, Roger Federer. El suizo, retirado desde hace dos años, acudió al mediodía con traje y gafas de sol y desfiló rodeado por el personal de seguridad hasta acceder a una estancia privada de la Centre Court.
Allí siguió el transcurso de los partidos, aunque no llegó a sentarse en el Royal Box, como sí hiciera hace un año. En 2022, cuando todavía estaba en activo e intentaba recuperarse de la rodilla, participó en la celebración del centenario de la pista central y dos meses después anunció su retirada, oficializada en la Laver Cup.
Con la chapa de miembro del club en la solapa, su discreto paso presidió un día en el que Djokovic consiguió progresar, de nuevo sin contratiempos más allá de ceder un set. La rodilla recientemente operada respondió otra vez: 6-3, 6-4, 5-7 y 7-5 al local Jacob Fearnley. En la siguiente ronda se las verá con el australiano Alexei Popyrin.
La número uno, Iga Swiatek, se impuso a Petra Martic (6-4 y 6-3) y la gallega Jessica Bouzas, protagonista dos días antes por eliminar a la última campeona, Marketa Vondrousova, fue superior a la cántabra Cristina Bucsa: 7-6(1) y 6-3. Se enfrentará a Barbora Krejcikova. Ya de noche, el griego Stefanos Tsitsipas cedió frente a Emiil Ruusuvuori (7-6(6), 7-6(10), 3-6 y 6-3) y el escocés Andy Murray perdió junto a su hermano en la modalidad de dobles. Se llevó una sonora y larga ovación.
Por otra parte, este viernes Carlos Alcaraz buscará el billete a los octavos ante el estadounidense Frances Tiafoe (14.30, Movistar+) y el castellonense Roberto Bautista se medirá con el italiano Fabio Fognini (11.00).
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