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El Alcaraz huracanado fulmina a Dimitrov

El español iguala ante el búlgaro su resultado más contundente en un Masters 1000 (doble 6-1, en 1h 14m) e irrumpe con fuerza en los cuartos de final, ante Cerúndolo

Alcaraz golpea de revés durante el partido frente a Dimitrov.
Alcaraz golpea de revés durante el partido frente a Dimitrov. JOHN G. MABANGLO (EFE)
Alejandro Ciriza

Deslumbrado, al pobre Grigor Dimitrov no le queda otra que reír: sí, lo de hoy se antoja imposible, parece pensar el búlgaro, quien corre y corre sin parar, sin premio alguno. Dos juegos rasca: doble 6-1, en 1h 14m. No concede nada más Carlos Alcaraz, subido a lomos de una extraordinaria ola californiana que comenzó a surfear en 2023, después de que cediera en las semifinales del curso previo ante Rafael Nadal, y que todavía dibuja un tubo por el que se desliza a toda pastilla el murciano. Son ya 15 triunfos consecutivos en Indian Wells e inmejorables sensaciones de cara al siguiente capítulo, la próxima madrugada (no antes de las 3.00, Movistar+) frente al argentino Francisco Cerúndolo. Esto va de pasárselo bien, dice el protagonista, y aplica otra vez su doctrina contra un rival que termina con cara de circunstancias y le aplaude: efectivamente, no había remedio.

De mantener este ritmo, no parece fácil que alguien pueda abatir a Alcaraz en esta edición. Tal vez sea Ben Shelton, quizá Jack Draper, aunque la rugosidad de la superficie resta mordiente a sus cañonazos. ¿Holger Rune? Más bien complicado, por eso de la decepción tan continuada. ¿Y tal vez haya dado con la fórmula Daniil Medvedev, por fin? Pero o bien juega al despiste, o el ruso aún sigue a disgusto con la pista: “Es la más lenta, aquí los breaks no valen para nada”. Quién sabe. El caso es que, visto lo visto hasta ahora, Alcaraz marca de manera indiscutible el paso y es el tenista al que todos temen, teniendo en cuenta que se ha adjudicado 30 de los 32 últimos sets que ha disputado y que a sus 21 años ya canta 50 victorias en los Masters 1000, el único jugador nacido en este siglo que ha sido capaz de conseguirlo junto al italiano Jannik Sinner (53).

Decía Dimitrov en el preámbulo del encuentro que el español posee todos los golpes. Y no le falta razón. Posee artillería pesada en esa raqueta que no deja de ser una mera extensión de su brazo derecho, con el que dibuja trayectorias fantásticas e inventa sin parar, como los grandes genios. Da igual que sople con fuerza el viento, como es el caso. Él, hedonista de raza, va a lo suyo: imaginar, disparar, levitar. “Ves regatear a Neymar y transmite alegría, tienes ganas de mirar sus partidos. Yo juego para que la gente disfrute”, asegura el futbolista Lamine Yamal, otra extraordinaria excepción. Y lo mismo sucede con Alcaraz, quien en medio de un presente plano se desmarca a base de imaginación y heterodoxia, escapando al guion general. Llegue adonde llegue, él ya ha quedado registrado como un tenista diferente y especial, sutil y demoledor al mismo tiempo.

Le tenía ganas a Dimitrov, superior en los dos últimos cruces, el hombre que hizo todo lo posible para acabar con el sambenito de Baby Federer. “¿De verdad parezco un bebé?”. Casi todo lo ha cambiado. Se quitó la bandana y ahora (33 años y 15º del mundo) juega con la gorrilla hacia atrás; también sustituyó la firma deportiva que en su día compartía con el suizo; y hasta se ha dejado una barba de cinco días que contrasta con el impoluto y rasurado rostro del virtuoso. Conserva, eso sí, el elegante revés a una mano sobre el que percute una y otra vez Alcaraz, quien rompe nada más empezar, arremete otra vez para 4-1 y remata el primer set con otro break. Un santiamén. Continúa con el destrozo en el segundo, por mucho que el rival arañe un juego que se estira durante casi diez minutos. Puro espejismo de nuevo.

Serio y contundente, a la par que luminoso, el de El Palmar se divierte y certifica un marcador que iguala los dos más abultados que había logrado hasta ahora en el territorio de los mil, con los precedentes del 6-2 y 6-0 endosado a Roberto Bautista en el Indian Wells de 2022, y el 6-0 y 6-2 a Facundo Bagnis en Miami 2023. “Es difícil jugar contra Grigor, tiene mucho talento y hace lo que quiere con la pelota. Había perdido contra él las dos últimas veces... Hoy, con las condiciones [de viento] fue complicado para los dos, así que tenía que sobrevivir. Estoy muy contento por haber podido jugar intercambios largos a pesar de las condiciones y por haber pasado de ronda”, señala al término del partido, adentrado una vez más en los cuartos de final —cuatro de cuatro en los torneos que ha jugado este año; el único en conseguirlo en el Valle de Coachella en esta década— y a la caza de Federer y Novak Djokovic.

Ellos son, hasta ahora, los dos tenistas que han firmado un triplete sucesivo en este escenario, y se postula ahora con regularidad y mucho arte este Alcaraz huracanado por el que merece la pena pagar la entrada. Ocurra lo que ocurra, termine como termine la historia, rara vez decepciona en la pista. Garantía de entretenimiento. Golpes de todos los colores. Los 15 triunfos encadenados le sitúan a tres de los que enlazó el dios suizo (segunda ronda de 2004 a segunda ronda de 2007) y a cuatro del límite histórico fijado en el torneo por el serbio (segunda ronda de 2014 a octavos de 2017). Aprieta y goza Alcaraz. “He sentido muy bien la pelota, la posición en cada golpe era muy buena. Cada vez me siento mejor”. Y se avecina Cerúndolo, de 26 años y 26º de la ATP; batido en el único precedente, Queen’s, el curso pasado. “Es muy completo. Intentaré ser muy agresivo y jugar con pasión”.

15 DE 27: UN FIJO EN LOS CUARTOS

A. C.

El promedio de Alcaraz en los Masters 1000 es espectacular. Tanto es así que, según datos facilitados por Opta, es el cuarto jugador desde 1990 que más veces ha desembarcado en los cuartos de este tipo de torneos. Son 15 de 27, un 55,6%. Solo le superan Nadal, Djokovic, Federer y Stefan Edberg.

El murciano se medirá con Cerúndolo al cierre de una jornada que comenzará con el Grieskspoor-Rune y continuará con el Fills-Medvedev y el Shelton-Draper. El cuadro femenino deparará los siguientes cruces: Zheng-Swiatek, Andreeva-Svitolina, Bencic-Keys y Sabalenka-Samsonova.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
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