Satisfacción por el proyecto español de reforma sindical

El propósito reformista del Gobierno español, expuesto recientemente al director general de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), el francés Francis Blanchard, por el ministro de Relaciones Sindicales, señor Martín Villa, ha sido favorablemente acogido en el seno de la OIT, donde se espera con atención la culminación del proceso democratizador de España.En este sentido, las declaraciones hechas a EL PAIS por el señor Blanchard reflejan el interés con que el director general de la OIT acogió el sentido de la reforma expuesto por el ministro español.

«El señor Martín Villa quiso hacerme partícipe del sentido de la reforma -explicó el señor Blanchard-, y le he indicado que acogía con mucho interés y gran satisfacción las perspectivas que ha trazado, en la medida en que sean conformes al espíritu de los textos fundamentales de la OIT y signifiquen un progreso en el camino de una mejor organización del mundo del trabajo y, en particular, de los elementos que deben jugar un papel importante, es decir, las organizaciones profesionales de empresa«El ministro me expuso con detalle lo que son los objetivos de la reforma el calendario de la misma. De su exposición -agregó el señor Blanchard- he podido saber que esta reforma va en el sentido de los principios propios de nuestra organización, concretamente en lo que hace referencia a los convenios número 87, sobre la libertad sindical, y el 98, sobre la negociación colectiva.»

En relación con el proyecto de creación de un consejo económico-social, órgano tripartito contemplado en el convenio 113 de la OIT, el señor Blanchard mostró al ministro español su complacencia «en un momento en que España, manifiestamente, se ha transformado en un gran país con dímensión internacional, con todas las características de una economía moderna a todos los niveles».

«En consecuencia, la existencia de un consejo económico-social que ensamble a los representantes eminentes, de los poderes públicos con los representantes de los sectores económicos -empresarios y trabajadores-, así como otros grupos, como cooperativas, consumidores, etcétera, puede jugar un papel considerable en la preparación de toda una serie de medidas o disposiciones de carácter legislativo reglamentario que afectarán, de una forma positiva a la evolución del progreso económico y social de España».

«Aplaudo vivamente -concluyó el director general de la OIT- la creación de un consejo económico-social que, de ninguna manera desarrollará un doble papel con el Parlamento, pues su cometido será especifico y muy importante. Naturalmente, todo dependerá en última instancia del uso que se haga de este organismo. Imagino que el Gobierno español lanzará un amplio llamamiento a las opiniones del consejo económico social cuando éste esté constituido como potente instrumento de estímulo e iniciativa, frente a los considerables problemas que en el terreno económico y social se plantean en un país industrializado y moderno como España.»