Un duro más
Este periódico vale un duro más, pero yo, modestamente, voy a darles a ustedes un duro más de crónica. Un duro más de información, de cotilleo, de mundanismo, de metáforas y de jey-society. Un duro más de parados y quiosqueros. Y no un duro más de pan, porque, parece que también el pan va a subir.Pitita les va a dar a ustedes un duro más de elegancia y Nadisuka un duro más de sexy que a ella, en eso, le sobran duros.
-¿Y un duro más de compromiso?- salta el parado.
No, un duro más de compromiso político va a ser difícil, porque uno ya se compromete todo lo que puede y debe o no debe comprometerse un cronista. Uno no quiere pasar de¡ estilismo al terrorismo.
-Pues le ha faltado a usted el canto de un duro.
Un duro más. y el escritor se convierte en activista. Fernando Arrabal y Miguel Delibes, tan dispares. acaban de decir que el intelectual no es hombre de partido. José Luis Aranguren y, Adolfo Marsillach, dispares asimismo. han dicho otro tanto en estos días. Entre el compromiso y la militancia. el escritor se salva siempre por el canto de un duro.
Eso.
Pero si tiene obligación el cronniqueur- aunque sea un poco snob, el columnista, el cronista de la vida que pasa el articulista. de dar cada día al lector un duro más de verdad. de realidad, de libertad. El ,escritor de periódico ' acuña por la noche, en la cocina de su casa. la moneda modesta, pero contrastada, de su pensamiento, la calderilla de sus palabras humildes, pero dispuestas.
Claro que hay escritores que, amedidá,que pasa tiempo van dando cada día un duró menos, se van haciendo conservadores y reservones. Es lo _que se llama una involución. Allá ellos. Viene el escritor en crisálida a preguntármelo y se mueve dentro de la gabardina como dentro de la crisálida.:
-¿Cuál es la razón del éxito?
-El éxito no existe, joven. Pero eso que llamamos éxito consiste en dar cada día al lector un duro más haya o no haya subido el periódico
Me decía un viejo cronista César González-Ruano, cuando yo iba a verle escribir a Teide por las, mañanas:
-En esta profesión, un duro, y quietos.
Hoy pienso que es todo lo contrario. En esta profesión, un duro y a no parar. A fundir en seguí da el duro. A derrocharlo en noticias, en opiniones, en imágenes, en compromisos, en audacias. Si no, llega el día en que uno no vale ni un duro.
De los pocos duros- que suelen pagar los periódicos al escritor (sería inmoral que encima de dar nos tribuna nos hiciesén ricos) el escritor debe descontar cada día un duro más para las ánimas del purgatorio, para esas ánimas que son los lectores ávidos y necesitados de saber, de leer, de informarse. de enterarse, porque muchos años les han tenido, efectivamente, e el purgatorio de la desinformacion, en el limbo de los justos y de los tontos, en el seno de Abraham y de Arias Salgado, en el valle de Josafat y de Información y Turismo.
En lo político, pienso que el éxito de Suárez ha sido jugarse un duro más que su predecesor Arias. Quizá sólo el canto de un duro, de uno de esos duros nuevos con la efigie del Rey. La Oposición, en cambio, derrocha sus caudales de entusiasmo, de buena voluntad " de audacia y de diálogo. Lo mejor de este Gobierno es la Oposición.
-No empiece usted con la paradoja, don Francisco, que me pierdo, dice el quiosquero.
Nos estamos ganando la democracia duro a duro. El Atlético le marcó cuatro goles al Madrid queridos caraqueños, en cuanto Rubén Cano se gastó un duro en meter el primer gol. La prensa española se ha atenido durante cuarenta años, forzosamente, al lema de Ruano: «Un duro y quietos» Hoy hemos subido un duro, pero no paramos.
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