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El "segundo Helsinki", facilitado por una propuesta española

La segunda fase de la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea (CSCE) podrá realizarse en Belgrado a partir del 4 de octubre. Esta segunda reunión, prevista por el Acta Final de la Conferencia de Helsinki, en 1975, debe constatar los resultados obtenidos decide entonces en el dominio de la distensión Este-Oeste.

Para prepararla se reunieron los 35 Estados firmantes -todos los europeos, con excepción de Albania, más Estados Unidos y Canadá, como miembros de la OTAN- desde el 15 de junio en Belgrado. Hasta el miércoles no les ha sido posible encontrar una base de acuerdo. A éste se ha llegado, -como adelantó ayer EL PAIS-, finalmente, gracias a una propuesta española, que contempla las posiciones enfrentadas de los países del Este -salvo Rumania- por un lado, y de los ingleses y holandeses, como cabezas de fila de los occidentales por el otro.Una serie de cuestiones de organizacion han estado en el centro de la discusión desde el principio. Para los soviéticos, estas negociaciones preparatorias de Belgrado debían simplemente prescribir a la conferencia de otoño discusiones en pleno y una corta duración. Los occidentales, sin embargo, deseaban crear las condiciones para una elaboración concreta en los tres dominios o «cestas» del Acta Final de Helsinki, y para una discusión ilimitada. En el fondo, lo que se jugaba en los asuntos de procedimiento, era la importancia que van a tomar las cuestiones comprendidas en la tercera cesta -la de los derechos del hombre-. Una limitación previáy una discusión confusa y no especificada, sin grupos de trabajo, eran medios que hubiesen permitido potencialmente bloquear desarrollos no satisfactorios.

La proposición española ofreció una matizada integración de deseos opuestos. Sobre su base, con algunas correcciones y el reenvío de algunos temas al pleno de otoño, se ha llegado el miércoles a fijar fechas. La conferencia preparatoria obligará al pleno del 4 de octubre también a una forma de trabajo. Tres comisiones, una para cada una de las «cestas», de ben constatar concretamente en su dominio los resultados obteni dos desde 1975. Para ello tienen tiempo hasta el 15 de diciembre. A partir de esta fecha, entra en funciones una comisión de re dacción, que debe preparar la declaración final, en base a los trabajos de las comisiones. El pleno en sí, y por tanto los traba jos de redacción, no están limita dos temporalmente. Otra de las funciones del pleno es la fijación de una fecha y lugar para la se gunda conferencia sucesora de Helsinki. El delegado soviético impuso, al aceptar la proposición española, que sea reconocido el principio de la unanimidad como regla de decisión durante los trabajos.

Para los países no pertenecientes a un pacto, en cuyo seno los observadores políticos sitúan a España, uno de los objetivos a alcanzar en estas negociaciones previas era la institucionalización de conferencias periódicas encargadas de verificar la evolución política de Europa según el espíritu de Helsinki. Tras una resistencia inicial, los países occidentales se han unido a esta concepción. Aunque no han trascendido precisiones, parece evidente que la reunión que seguirá a la de octubre tendrá lugar en un país no ligado por alianzas. Teniendo en cuenta la actividad española en estas negociaciones, el diario alemán Die Welt indicó que el silencio de los círculos gubernamentales españoles ante un posible ingreso en la OTAN creaba uno de los prerrequisitos para un nuevo protagonismo español, esta vez como organizador de una futura conferencia. Abundando en esta tesis no puede dejar de observarse que los soviéticos han sido llevados al compromiso gracias a una intervención rumana posterior a la española. Rumania, se había comportado hasta ese momento como un miembro del bloque neutral, apoyando tesis diferentes de las de los otros seis países del Pacto de Varsovia. La mediación rumana tuvo lugar, pero, casi con simultaneidad, hacla el fin de la visita del secretario del PCE, Santiago Carrillo, a Nicolás Ceaucescu.

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