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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Finca degradada, propietario feliz

El inmueble situado en la avenida de Felipe II, número 11 es propiedad, desde hace algunos años, de El Corte Inglés, SA. Desde el momento en que pasaron a ser propietarios han procurado hacer imposible por todos los medios la vida de los inquilinos, muchos de los cuales, los pudientes, y mediante una pequeña indemnización, han dejado sus viviendas: ascensor que no funciona durante once meses (señoras embarazadas y con niños, ancianas y enfermos teniendo que bajar y subir escaleras durante todo ese tiempo y precipitando la muerte de una señora mayor cuyo corazón no pudo soportar tal fatiga); ocupación de los pisos que iban quedando vacíos colocando en ellos materias inflamables, máquinas ruidosas y pesadas, picando los patios que fueron denunciados por su mal estado, pero dejándolos sin enfoscar con la consiguiente filtración de humedad, tirada de balcón con ayuda de los bomberos, pero sin proceder a su reparación posterior, mal estado provocado de portal, escaleras, etcétera. No han valido denuncias, súplicas ni cartas (que no se han dignado contestar), ni ninguno de los intentos hechos durante años por los vecinos para que mejoraran las condiciones más elementales de la finca.El 16 de julio del año actual, y con la mayoría de los inquilinos de los quince pisos aún habitados de vacaciones, apuntalan el portal y los pisos bajos vaciándolos previamente ya que eran utilizados como almacenes, carpintería, etcétera por la propiedad. Ni una palabra a los inquilinos explicando el motivo. A mediados de agosto envían una carta en la que poco más o menos les dicen que «tomen las medidas que crean oportunas porque el inmueble ofrece peligro» y que la propiedad salva su responsabilidad.

El 8 del actual aparecen obreros que pican paredes en los pisos vacíos de la planta superior. Tampoco se da explicación alguna, pero a altas horas de la noche los inquilinos reciben un telegrama urgente, que se tomen las medidas de prevención, que el inmueble ofrece peligro, que la propiedad salva su responsabilidad...

¿Está verdaderamente el edificio en ruinas?

No sé si las leyes amparan estos hechos, pero sí sé que existen leyes de humanidad y ética que no son mínimamente respetadas.

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