RTVE selecciona mal
RTVE nos ofrece sus programas con la impasividad de un Baal que los va engullendo, atenta a cubrir sus espacios, a llenar su tiempo. Pero el espectador no recibe una selección o, cuando menos, la impresión de que se seleccionen los programas: menos aún los anuncios.Así tenemos que en primera cadena se nos sirven unos anuncios como para poner carne de gallina a cualquier persona, por su mal gusto, desacierto cultural y pésima eficacia de aquello que anuncian. Me refiero a la aparición, lamentable, de grandes músicos, enfundados en la pobre apariencia y acción de unos señores en pantalla. Así han avanzado en otro campo, en el de la pintura, y sueltan por esas pantallas un remedo de Las Meninas que ni el pantano más robusto de nuestra piel de toro tendría agua bastante para lavarles la zangolotina imagen.
Si manosean así piezas y figuras de nuestra cultura, será porque ven «infinitas» posibilidades... Pueden abrir capítulos de Miguel Angel para baldosas de mármol plastificado, de Leonardo para anunciar brochas de afeitar Giocondas.
Y el segundo tema hace referencia a la segunda cadena: en ella se emiten «Las reglas del juego», de J. A. Jáuregui, un tema pleno de intereses, de contenidos humanos, altamente entretenido e inteligente. Une a la novedad y originalidad, la gracia en la exposición. Y no sigo diciendo adjetivos porque, si siendo así RTVE, lo ha pasado por su segunda cadena, donde lo ve poquísima gente, será para fastidiar al espectador, y si además decimos cuánto nos gustaly que deseamos que lo pasen íntegro por la primera, igual nos responden desde sus pantallas con una hortera figura de Cicerón diciéndonos: «Hasta ahí podíamos llegar, macho.»
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